Economía

Posibilidades de maxidevaluación y/o control de cambios

En los últimos días se ha venido a hablar de las posibilidades de que en Venezuela se produzca una devaluación o se implante un control de cambios, o una combinación de ambas. Ellas son las alternativas lógicas cuando bajan las reservas internacionales y no hay nadie dispuesto a dar un financiamiento masivo (o sea, darnos préstamos para endeudarnos más) que permita soportar la caída. Por lo tanto, si bajan las reservas lo
suficiente, las únicas salidas son la maxidevaluación y/o el control de
cambios. Para que bajen las reservas debe ocurrir un déficit en la suma de la
cuenta
corriente y la cuenta capital. Para que ello se de, deben: a) aumentar
las
importaciones masivamente; b) aumentar la fuga de capitales hasta anular
cualquier superávit en la cuenta corriente.

Hay posibilidades de que aumenten las importaciones porque la moneda está
fuertemente sobrevaluada, lo cual incentiva las compras de bienes
extranjeros y encarece los nacionales. También aumentarían las
importaciones si hay un crecimiento económico como consecuencia de un
aumento del consumo interno (hay veces que crece la economía debido a un
aumento en la producción petrolera, pero el consumo interno disminuye,
porque pueden tener rumbos independientes). De ambas condiciones, tenemos
una que ya está dada, que es la importante sobrevaluación de la moneda, y
la
otra se produce a medias en el año 2001, que es el pequeño repunte de la
economía y el consumo interno, así que ya comenzaremos a ver una presión
en
la cuenta corriente que podría llevarnos hasta un déficit, incluso, desde
la
misma balanza comercial.

La otra posibilidad es una fuga masiva de divisas, que afectaría a la
cuenta
capital. élla depende de la confianza en la situación política,
económica,
social, de seguridad, etc., y si los dueños del dinero están dispuestos a
mantenerlo total o parcialmente en el país, o si por razones de precaución
prefieren llevárselos.

En la historia económica contemporánea de Venezuela hay suficientes casos
de
déficit en la cuenta corriente, a pesar de las grandes exportaciones
petroleras. Y también hay casos de superávits en la cuenta corriente que
son anulados por un abultado déficit en la cuenta capital (debido a la
fuga
de divisas y/o al pago de la deuda externa).

Cuando hay déficit en la combinación de la cuenta corriente y la cuenta
capital de la balanza de pagos, significa que las reservas internacionales
del país están disminuyendo. Todavía hay suficientes reservas, que están
en
un nivel relativamente alto, pero mientras la sobrevaluación siga presente
y
está creciendo, no hay nivel alto que se resista, y no hay manera de
impedirla, porque para eso está el contrabando. Recuerden no solamente a
Venezuela, sino los países del sudeste asiático y la crisis financieras
que
vivieron entre 1997 y 1998; en algunos de ellos, reservas de varias
decenas
de millardos de dólares se esfumaron en cuestión de horas o en menos de
una
semana, mientras las autoridades trataban tontamente de frenar una pequeña
y
necesaria devaluación de sus monedas. Al final vino la maxidevaluación,
peor que lo previsto, y de paso, se quedaron sin reservas.

Las alternativas

Como ya lo dijimos antes, las alternativas principales son la devaluación
y/o el control de cambios. Sobre decidirse por una, otra, o ambas,
depende
de la escuela del pensamiento económico a la cual están más cercanas las
autoridades.

Los que poseen ideologías del tipo socialista se inclinarón por un control
de cambios. Los que poseen ideologías supuestamente neoliberales se
inclinan por quemar las reservas para tratar de defender el valor de la
moneda. Es decir, ambas tratan de mantener por mayor tiempo posible la
actual tasa de cambio, lo que no hace sino prolongar más la agonía, hasta
que al quedarse sin reservas y con la economía devastada, tienen que
evitar
una gigantesca maxidevaluación en lugar del una simple devaluación que
quisieron evitar. Es como un conductor que prefiere caer en un precipicio
de mil metros de alto, solamente para evadir un bache o un policía
acostado.

O sea, los socialistas y los neoliberales nos conducirían al mismo camino
y
al mismo destino, sólo que en vehículos diferentes, pero llegaremos al
mismo
basurero, a pesar de que ideológicamente se enfrentan tanto.

Como uno no solo critica, sino también debe formular propuestas, pues le
propongo a las autoridades que dejen deslizar el bolívar a mayor velocidad
frente al dólar, por ejemplo, 3% mensual (42,58% anual efectivo) 5%
mensual
(79,59% al año efectivo), que vendría a ser preferible que, después de
arruinar al país, tengan que maxidevaluar al 100% de una sola vez.

Además,
en ese período de aumentos progresivos se podrían reactivar los sectores
productivos nacionales, como la industria y la agricultura, mientras que
con
la maxidevaluación tardía llegaremos sin industria y sin agricultura, o
sea,
peor que como estamos ahora.

Ustedes deciden, mis ilustres autoridades.

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Anécdotas

Pecar para evitarle el pecado al prójimo

Cuando se lee la biblia y la mayoría de los textos religiosos oficiales,
tanto católicos como de otras religiones, contienen muchas guías para
prevenir el pecado en el individuo y en la sociedad. Ahora, al igual que
la
administración de justicia, no todo está previsto, y se puede decir que
casi
cada caso es único e irrepetible. Por eso, para ampliar las leyes
religiosas, existen numerosos textos del derecho canónico, que están
basados
en el espíritu de las enseñanzas divinas, particularmente, las de nuestro
señor Jesucristo, su discípulos, y también las del viejo testamento. Así
aumenta el grado de cobertura de las leyes religiosas.

Pues un caso extraño se produjo en Yaguaraparo, y si alguien tiene más
conocimientos que yo sobre el tema, le agradezco que me complemente.

El señor Alcides López Flores es un adventista del séptimo día, y como
ustedes saben, después de los testigos de Jehová son los más insistentes
predicadores; a modo de chiste, cuando alguien le va a desear un mal a
otro,
se le desea que se quede encerrado en un ascensor con un testigo de Jehová
o
un adventista.

Resulta que un día se puso a hablarle al dueño de una fábrica de ron
situada
en la vecina población sucrense de Irapa, y éste le preguntó al señor
Alcides sobre lo que tenía que hacer para alcanzar el cielo y evitar el
pecado.

El señor Alcides, ni corto ni perezoso, le dijo de inmediato que si quería
ir al cielo, debía vender su alambique lo más pronto posible.

Después de pensar y reflexionar un rato en silencio, le respondió que no
lo
iba a hacer, porque alguien compraría su ingenio licorero y comenzaría a
cometer el pecado que actualmente el comete. Para evitarle pecados al
prójimo, era preferible que él se mantuviera con la fábrica de rones.

Ahora, saquen ustedes sus conclusiones, y piensen sobre pecar uno o hacer
que otros pequen.

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