Economía

Tercera vía sin Venezuela

(La Cumbre de Berlín ultimó al neoliberalismo formalmente)

La recién finalizada cumbre de Berlín (02-06-2000) dejó varias cosas en claro en términos del manejo de la política económica mundial, así como nos dejó en claro quien es quién en la política mundial y en dónde realmente está el liderazgo.

Como conclusión primaria podemos sacar que el presidente de la nación más poderosa de la tierra Bill Clinton (quien está terminando su mandato), es un socialista convencido. Como segunda conclusión podemos sacar en claro que el presidente Chávez no es considerado como un personaje de la Tercera Vía y Venezuela no es considerada una nación líder en América Latina como nos lo quiere vender la propaganda oficial. Como tercera conclusión quedó en claro que el liderazgo económico y político latinoamericano lo tiene el llamado “ABC”, y se demuestra que nunca lo ha perdido; me refiero a Argentina con De La Rúa, Brasil con Cardoso y Chile con Lagos. Como cuarta conclusión de la Cumbre de Berlín podemos considerar que allí se decretó la muerte del neoliberalismo económico para buscar una nueva vía neocapitalista basada en los cambios del postmodernismo.

Pero veamos, ¿por qué es tan importante para la economía mundial la Cumbre de Berlín? – La respuesta la podemos encontrar en quienes conformaron esta cumbre. Además de los mandatarios del “ABC”, asistieron Alemania, obviamente, país anfitrión que estuvo representada por su Canciller Gerhard Schroder; Estados Unidos de América representada por el presidente Bill Clinton; Lionel Jospin de Francia; el Primer Ministro de Portugal Antonio Gutierres; el mandatario sueco Gonar Persson, y además los mandatarios de Italia, Holanda, Grecia,Sudáfrica, Canadá y Nueva Zelandia. Estos 14 mandatarios (el Primer Ministro de Gran Bretaña Tony Blair no asistió porque acababa de ser padre; lo cual por cierto fue muy celebrado por sus pares de la cumbre), tienen en común su militancia socialista y su posición liberal en el estricto sentido de que no creen en el modelo neoliberal globalizador. De hecho, los acuerdos de la reunión se basaron efectivamente en las experiencias de cada uno de los mandatarios allí presentes. Por ejemplo, Clinton llevó a su país de un 11% de cesantía dejada por los republicanos a un 4% y con un crecimiento nunca antes visto en este país desde hacía más de 30 años. (5% de crecimiento promedio del PIB en los últimos 4 años).

En el plano político el gran triunfo fue para el recién estrenado presidente de Chile el profesor Ricardo Lagos quien llevó una realista agenda que fue aprobada en su totalidad para comenzar a ser ejecutada en la próxima cumbre del G-8 que se llevará a cabo en Okinawa, Japón, en las próximas semanas. El otro ganador fue evidentemente la alternativa del logro del bienestar por medio de la cooperación internaciones; es decir, globalización con rostro humano basada principalmente en el imperio de las leyes sociales y la participación más decidida de la sociedad civil, termino que no entiende el señor Luis Miquilena, Presidente de la Asamblea venezolana, pero que tendrá que aprender a convivir con el pues como resultado de la Cumbre de Berlín uno de los paradigmas en la lucha antineoliberal serán precisamente estas instituciones no gubernamentales organizadas.

La idea de los mandatarios con respecto a cambiar la globalización fue muy bien expresada por Jospin quien manifestó que “se trata de fortalecer a las instituciones políticas” para que se pueda identificar “el lado humano de la globalización” redefiniendo “la división laboral entre el Estado, los mercados y la sociedad civil”. En otras palabras no se cuestiona a la economía de mercado sino a su accionar, por lo tanto debe haber en materia laboral una participación más directa del Estado y de la misma sociedad civil.

El presidente chileno Lagos fue enfático en plantear la situación de las naciones emergentes. Lagos dijo que países como Chile que han saneado completamente sus economías y mantienen sus cuentas en orden sin embargo no son escuchados en las instancias económicas internacionales en donde se toman las decisiones y se decide el destino de la mayor parte de la humanidad.

Este planteamiento de Lagos fue incorporado a la declaración final de la cumbre así como la otra proposición del presidente chileno de que este nuevo foro de conversaciones tuviera continuidad, para lo cual se estableció que en julio de este año se reunirían los expertos de estas mismas naciones de la Cumbre de Berlín en la ciudad de Lisboa, Portugal.

El papel gubernamental fue rescatado en esta cumbre, para sorpresa de quienes son partidarios de menos Estado. De hecho se acordó que los gobiernos tienen la responsabilidad de cuidar la estabilidad macroeconómica: empleo, inflación, cambio, etc.; así como facilitar la innovación científico-tecnológica, promover la educación como elemento central de la equidad, posición que ha sido sustentada por los socialistas desde los albores del siglo veinte. Pero además, se acordó establecer una red de protección social segura y financieramente eficiente, además de apelar a las nuevas tecnologías para la creación de nuevos puestos de trabajo y fomento a la participación de la sociedad civil.

La cumbre de Berlín, a la cual debió haber asistido Venezuela, pues su Presidente y su gobierno se declararon partidarios de la Tercera Vía, se reunieron con los socialistas en Europa, y aparentemente las visitas a Alemania, Francia, Inglaterra, entre otras y las conversaciones con Clinton, habían sido exitosas muestra algo completamente a lo manifestado por la propaganda oficial. La Cancillería no ha pronunciado palabra sobre esta cumbre; el país ha estado ignorante de ella. Estamos frente a un estrepitoso fracaso diplomático y nos encontramos aislados no solamente de quienes propician el modelo de la Tercera Vía, sino que del mundo político. Esto me hace recordar el caso de Albania, nación que se autoproclamaba más comunista que todos los comunistas. Nadie la tomaba en cuenta, ni siquiera los Italianos que eran sus vecinos más cercanos. Cuando cayó el régimen de Tirana, nadie sabía ubicar al país en un mapa; así de aislados estaban. Esperemos que Venezuela no sea más partidaria de la Tercera Vía que su creadora y mentora Hillary Clinton y que su promotor mundial Tony Blair; de ser así nos pasaría lo mismo que a Albania.

La declaración de la Cumbre de Berlín se llamó “Una Gestión de Gobierno Progresista Para el Siglo 21” y en ella los catorce Jefes de Estado se comprometieron, en especial con el Tercer Mundo, y en particular con las naciones llamadas emergentes, a impulsar la prosperidad económica, el fortalecimiento de la sociedad civil (a pesar de Don Luis Miquilena), el perfeccionamiento de la cooperación internacional, en especial en cuanto a la solidaridad, a la justicia social, la igualdad y la responsabilidad compartida. Y de paso, el documento concibe a la Globalización como un factor de riesgos que sin embargo presenta grandes oportunidades en el desarrollo sostenido y sustentable de las naciones.

El documento de Berlín, no concibe a una economía de mercado sin responsabilidad social, que genere, además, a muy mediano plazo, crecimiento económico, estabilidad laboral y empleo pleno, justicia social verdadera y protección del medio ambiente para sustentar nuestra calidad de vida.

En cuanto a los servicios públicos, cuestión que esperamos aquí se considere en el corto plazo, el documento de Berlín expresa que los servicios públicos deben guiarse por las necesidades de los ciudadanos y deben ofrecer mayor niveles de vida y obviamente mejor atención a sus usuarios.

El documento berlinés, recogió no solamente la totalidad de los planteamientos del Presidente Chileno, quien se transformó en un nuevo líder natural de la región (aunque Lagos, lo mismo que Cardoso y De La Rúa son desde hace muchos años ampliamente conocidos en los medios intelectuales europeos y norteamericano), sino que recogió casi la totalidad de las proposiciones del grupo “ABC” que funcionó como en sus mejores tiempos de los 50 y 60.

Estas propuestas son, entre otras que “el mundo establezca un nuevo pacto social internacional”; pues, el mundo, tiene que guiarse y sustentarse por “los deberes del mundo desarrollado frente a los países en vía de desarrollo”, a la vez que los deberes de esto deben ser el uso de los recursos que se le otorgan en uso exclusivo del mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes; en otras palabras se dijo: “señores tendrán ayuda pero no se la roben…”

En el plano comercial el documento acuerda que “hay que facilitar a las naciones menos desarrolladas un mayor acceso” a los mercados de las desarrolladas. En el plano financiero se acordó la necesidad de establecer “una regulación financiera adecuada”.

Finalmente, y una de las cuestiones necesarias de recalcar, es que esta Cumbre se efectuó en forma completamente informal. Allí fueron a conversar amigos, camaradas, compañeros, o como se les llame, para encontrar soluciones a los males creados por el neoliberalismo, al cual se le decretó la pena de muerte pues no cumplió con las expectativas esperadas del libre mercado. Otra de las cosas importantes que se establecieron en la Cumbre es que los acuerdos fueron tomados con la participación de seis de las naciones que integran el G-7, por lo tanto se puede decir que esa declaración no será llevada por el viento. América Latina tuvo una excelente representación en el Grupo “ABC” y es la primera vez que todas sus propuestas son aceptadas unánimemente en un foro internacional. Claro, la representación era de primera categoría pues muy pocas veces se encuentran Presidentes que a la vez sean destacados académicos e intelectuales como De La Rúa de Argentina, Cardoso de Brasil y Lagos de Chile. Como diría alguien en béisbol, puras ligas mayores…

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