Dos borrachos peleándose por una botella vacía
Esa es la percepción generalizada respecto a los problemas que se están generando en el seno de (%=Link(«/bitblioteca/ad/»,»Acción Democrática»)%). El histórico partido llamado, hasta hace unas semanas, a convertirse en el bastión de la oposición en Venezuela parece no haber entendido los signos de los nuevos tiempos.
Durante los últimos días la opinión pública ha sido sorprendida por los conflictos entre un sector renovador dentro de la organización blanca, liderado por Timoteo Zambrano, y un sector más conservador, encabezado por Lewis Pérez y Henry Ramos Allup. La dirigencia acciondemocratista insiste en perder el tiempo en peleas intestinas en vez de realizar realmente el proceso de transformación interna que necesitan, para convertirse en una alternativa democrática de poder en Venezuela.
Una ausencia gigantesca de debate ideológico en el conflicto lo ha convertido en una divergencia burocrática. Mientras el debate gire en torno a los cargos y las cargas que cada dirigente ha de llevar dentro de la vieja organización, la sociedad seguirá cortando amarras con los blancos. Mientras se sigan negando a replantearse su nuevo papel en la política venezolana seguirán pareciendo un par de borrachos peleando en la calle por una botella vacía. Lástima, triste final para un partido con tanta historia.