¿Por qué continúa el éxodo?

Es increíble que un país que acogió a millones de emigrantes italianos, portugueses, españoles, corsos, sirios, libaneses y judíos, está ahora en tan malas condiciones, fruto de una aberrante política basada en ideologías trasnochadas. Cinco millones y medio de personas que prácticamente no encuentran otra opción válida de vida que emigrar a donde sea.

Se estima que para el 2022 nos estaremos acercando a la inimaginable cifra de casi 8 millones de huidos, que es la palabra que debe utilizarse para los que se van. Huyen, porque ya no aguantan vivir en un país sin normas, huyen porque no tienen oportunidades decentes de vida, huyen porque están sometidos a una delincuencia, no sólo común, sino de cuello blanco, porque para resolver cualquier falla, la única opción es bajarse de la mula.

Obtener un pasaporte es un verdadero calvario, salvo que se le pague a los gestores que aceleran los trámites. Viajar al interior del país significa estar sometidos a la permanente revisión de documentación en las múltiples alcabalas, puntos de control que no son más que vulgares peajes forzosos en dólares.

El tema de la vacuna es otra humillación a la que son sometidos los venezolanos que no están conectados de una u otra manera al régimen y si por casualidad pudieron obtener la primera dosis cuando van a ponerse la segunda dosis, cumplido el lapso requerido, encuentran la sorpresa de que ésta no está disponible. Por eso, los que pueden y tienen con que salir del país, van a República Dominicana, México, EEUU, y hasta a España, para vacunarse.

Para no alargarnos de más en esta lista, sólo recordemos la intermitencia en el servicio eléctrico y de agua, que en este último caso se resuelve pagando a los numerosos camiones cisternas que proveen el preciado líquido, con cifras que alcanza hasta los 100 dólares por llenar un tanque.

Entonces se entiende que, por azaroso que sea huir del país a cualquier destino, resulta para muchos una mejor opción que seguir padeciendo la precariedad de vivir en Venezuela, bajo las arbitrariedades de este nefasto régimen.