Se cierra el cerco
En la medida en la que el gobierno se percata de que pierde contacto emocional con la mayoría de los venezolanos necesita apretar las tuercas para asegurar su permanencia en el poder.
La nueva ley de Inteligencia o mejor dicho de Seguridad Nacional es un instrumento típico de regimenes dictatoriales o totalitarios en los que se requiere de instrumentos legales para coartar toda forma de libertad mediante el miedo y la denuncia. En el gobierno de Pérez Jiménez la Seguridad Nacional tenía el brazo largo y se imponía por el terror a caer en las manos de los funcionarios de Pedro Estrada. Otro aspecto de la represión era el temor a ser denunciado por cualquier persona en cualquier sitio y en cualquier ocasión. A la caída de la dictadura, se descubrieron en los archivos de la policía los nombres de muchos espías y si no se hizo pública la lista fue en aras de la recién adquirida convivencia democrática. Lo más impresionante es que la mayoría de esos sapos o soplones no lo hacían porque creyeran en el Nuevo Ideal Nacional, sino en la gran mayoría de los casos por razones crematísticas.
La recién aprobada Ley de Inteligencia y Contrainteligencia, junto a la falta de escrúpulos de la elite en el poder, será un instrumento utilizado por mil razones diferentes que nada tienen que ver con una eventual y utópica intervención del imperio en nuestros asuntos. La ley, así como las inhabilitaciones y tantos otros instrumentos, son recursos de los que dispone el gobierno para silenciar a todo aquél que les resulte incómodo cuando no sea necesario tomar otras medidas aún más drásticas.
La dirigencia política y la sociedad como un todo debe movilizarse en contra del permanente secuestro de la Constitución por parte de la camarilla en el poder, a la que ya no le importa como lo califiquen, solo le interesa permanecer en él para disfrutar de sus mieles.
La ley es otra señal del rumbo hacia el totalitarismo que pretende imponer el poder. Ante ello, hay que afirmar la unidad de todo el espectro democrático, en las elecciones de noviembre y antes de las mismas, movilizar a todo el país para detener el rumbo totalitario.
