Crecimientos descontrolado de la próstata es sinónimo de hiperplasia prostática
El volumen normal de la glándula debe estar en un rango de entre 20 a 25 centímetros cúbicos. El tamaño exagerado puede causar obstrucción del conducto urinario, vaciado incompleto, chorro débil y forzamiento
Desde la etapa de pre-pubertad del hombre –entre 10 y 14 años de edad– hasta que llega a la adultez, las hormonas androgénicas masculinas estimulan el desarrollo y crecimiento normal de la próstata. Con la edad, específicamente después de los 40 años, ocurre una serie de desbalances en el organismo que pueden ocasionar un incremento excesivo del tejido prostático, llegando a producirse hiperplasia prostática.
Dicha enfermedad ocasiona obstrucción del conducto urinario, vacilación al ir al baño, intermitencia, vaciado incompleto, chorro débil y forzamiento. No tratarla a tiempo puede ocasionar alteraciones del sueño, la vida sexual, laboral y personal; infecciones urinarias; formación de cálculos en la vejiga; orina con sangre e insuficiencia renal.
El médico especialista en urología, Dr. Antonio León, hizo varias recomendaciones para prevenir y detectar oportunamente el trastorno:
- Chequear periódicamente el tamaño de la próstata, el cual debe estar en un rango entre 20 y 25 centímetros cúbicos. Un paciente con hiperplasia puede llegar a tener un volumen superior a 80.
- Realizarse anualmente un chequeo con antígeno prostático y un tacto rectal. En el caso de presentar síntomas, además de los exámenes anteriores es aconsejable hacerse estudios de flujo urinario, ecografía abdominal o transrectal y evaluación endoscópica o citoscopia.
- Reducir la práctica de spinning o ciclismo, pues la presión que ejercen las máquinas sobre la próstata es dañina.
- Consumir oligoelementos, vitamina E y antioxidantes, evitando la ingesta excesiva de alcohol y cigarrillos.
El doctor León explicó que una vez diagnosticada la hiperplasia prostática se debe iniciar tratamiento farmacológico con inhibidores de la enzima 5 alfa-reductasa, como el dutasteride. Este medicamento impide que la testosterona se convierta en dihidrotestosterona, la hormona que estimula el crecimiento de la próstata.
Según el galeno, la importancia de la adherencia a la terapia medicinal radica en que es la manera más eficaz y segura de lograr una remisión de la enfermedad y aliviar los síntomas molestos, sin recurrir a intervenciones quirúrgicas. Además, disminuye el riesgo de infección por retención urinaria y mejora la calidad de vida