Entretenimiento

Alemania: Der Aufhaltsame Aufstieg Des Arturo Ui

El inexorable
drama de la tiranía

 

En 1941,
durante su exilio en Finlandia, Bertolt Brecht y Margarete Steffin escribieron
una farsa histórica acerca  de los juegos y relaciones de poder que llevaron a
Adolf Hitler al poder: La resistible ascensión de Arturo Ui, obra que ha
sido seleccionada para inaugurar, el domingo 17 de marzo, el XIV Festival
Internacional de Teatro de Caracas 2002.

Recurriendo al
simil de la guerra que en los años veinte libró la mafia estadounidense, la obra
gira en torno a una crisis en el mercado de vegetales que tiene en el piso a los
miembros de Unión Coliflor, en Chicago.

Arturo Ui, un
despiadado gangster, desencadena una ola de crímenes, violencia, extorsión y
asesinato que lo lleva, finalmente, a tomar el negocio para sí y a querer,
luego,
expandir su crueldad y poder
a otras ciudades estadounidenses.

Aunque Brecht
—quien murió en 1956, después de marcar una importante huella en el teatro del
siglo XX— nunca llegó a verla en escena, esta pieza ha dado la vuelta al mundo
desde 1959, cuando fue estrenada en Londres por el Berliner Ensemble. Años antes
de esta primera presentación, a propósito de un programado estreno mundial de la
obra en Londres, el autor había advertido a  la agrupación: “Debemos tener dos
cosas en mente. Primero: hay que ofrecer a la audiencia pura pantomima, una
especie de película muda en el escenario, pues no saben alemán. Segundo: es
preciso echar abajo un antiguo prejuicio sobre el arte alemán, considerado
terriblemente pesado, lento, laborioso e insulso”.

Los temores de
Brecht en torno a la presentación de su obra en un país extranjero, por las
limitaciones del idioma y por la elección de un tema profundamente germano,
fueron superados ampliamente el Berliner Ensemble, compañía que, junto a su
esposa, Helene Weigel, fundara en 1949. La versión de Peter Palitzsch y Manfred
Wekwerth, así como la actuación de Ekkehard Schallen en el papel principal,
fueron muy bien recibidas por la audiencia de entonces y la obra pasó a ser uno
de los hitos en la historia de la agrupación. Para ese estreno los discípulos
siguieron al pie de la letra los consejos del maestro: el montaje se centró en
el trabajo físico de los actores y la trama fue tejida por medio del cuerpo y la
gestualidad.

Casi cuatro
décadas después, en 1995, el Berliner Ensemble

presenta nuevamente

La resistible ascensión de Arturo Ui,

en una puesta en escena del famoso dramaturgo
Heiner Müller, protagonizada por el
primer actor Martin Wuttke, que fue aclamada por la crítica alemana como
verdadera "maravilla teatral"  y que se ha convertido en una de las 
escenificaciones más exitosas de esa compañía en el ámbito internacional.

Bajo la estricta
vigilancia de la hija de Brecht, Barbara Brecht-Schall, Müller pudo abreviar el
texto, cambiar el orden de algunas escenas y ampliar las inclusiones
shakesperianas en la pieza. Sin embargo, como creativo hombre de teatro, no se
sujetó de manera ortodoxa a las reglas del autor. Es así como, r
emozando
el paradigma brechtiano del teatro al conservar su esencia, el montaje de Müller,
quien murió en 1996, es una absoluta parodia, una burla a la ambición de poder
que enmarca un collage de discursos de Hitler que se escuchan al principio y al
final de la puesta en escena provocando risas que se convierten en ironías que
golpean directamente la mente del espectador, movido a reflexionar sobre la
dinámica de la tiranía.

De tal suerte
que este, su último montaje para el Berliner, Müller subvierte estilísticamente
la propuesta brechtiana pero conserva su espíritu de denuncia, pero adaptando la
pieza a la audiencia contemporánea. En una muy austera escenografía de Hans
Joachim Schlieker, en la que dos marcos rectangulares de un rojo muy vivo
contrastan con los negros y grises predominantes en el vestuario, coloca casi
inmóviles a sus actores, a excepción de Martin Wuttke, quien en su papel de
Arturo Ui se desplaza gesticulante por todo el escenario. Los movimientos de
todos los demás son escuetos y ceñidos, con lo que adelanta el epílogo, que en
el original es prólogo.

Müller eliminó los
carteles que Brecht proponía como rupturas y que debían ubicar al público en los
momentos históricos de la ascensión hitleriana en que se basó cada escena de
brutalidad y rapiña de los gangsters de Chicago que, muy irónicamente se
disputan el mercado del colifor.

En lugar de esto
lleva la ruptura brechtiana al límite.

Así, en esta
obra que fue concebida para ilustrar el peligro que representa el fascismo en
cualquier época, se sigue señalando lo que alguna vez expresara Brecht, “los
grandes criminales políticos deben ser expuestos. Expuestos particularmente a la
risa”. Y la interpretación de esta pieza calibra perfectamente este sentido,
haciendo de Hitler-Ui un personaje absolutamente burlesco y risible.

Sobre el autor

Nacido Eugen Berthold
Friedrich Brecht en Augsburgo, Alemania, el 10 de febrero de 1898, estudió
medicina pero llegó a ser el poeta y dramaturgo más grande del siglo en lengua
alemana. Sufrió persecución por parte del nazismo, conoció el exilio en Londres,
Finlandia, Dinamarca, Moscú y Estados Unidos y compareció ante el tristemente
célebre Comité de Actividades Antinorteamericanas. En fin, Bertolt Brecht,
es —aun después de su muerte, en 1956— un artista sospechoso.

Se casó en 1929 con la
actriz Helene Weigel, considerada la mejor intérprete de su obra Madre Coraje
y a cuyo cargo quedó, tras la muerte del poeta, el Berliner Ensemble fundado por
ambos en 1947.

Desde su primera obra de
teatro, Baal (1922), mostró su rebelión contra el orden social injusto y
contra la hipocresía burguesa. Tambores en la noche, En la jungla de las
ciudades, La ópera de tres centavos, Santa Juana de los Mataderos, Terrores y
miserias del Tercer Reich,
La resistible ascensión de Arturo Ui,
o Galileo Galilei hablan de esa postura. 

Del director

Heiner Müller
surgió en los años 50  como uno de los más destacados discípulos  de Bertolt
Brecht, completando su aprendizaje en el Berliner Ensemble, en Berlín Oriental,
compañía de la cual sería director artístico muchos años después, hasta su
muerte en 1996. Sus primeros trabajos son fuertemente marcados por el modelo
brechtiano, influencia que Müller luego fue decantando para hacerse de un camino
propio en la vanguardia europea. Fascinado por la pieza incompleta de Georg
Büchner, Woyzeck, Müller comenzó a escribir lo que llamó “fragmentos
sintéticos”, textos que ofrecían a los directores y dramaturgos una manera libre
de tratar el material en cada nueva producción. Un texto de Müller puede tener
siempre el mismo nombre, pero cada montaje tiene la intención de ser una nueva
pieza.

De la Compañía

Berliner
Ensemble fue fundado por Brecht y su esposa Helene Weigel en 1949. En 1954 se le
dio su primera sede, el Theater am Schiffbauerdamm, el mismo teatro en donde el
dramaturgo alemán había estrenado La ópera de tres peniques, en 1929. Fue allí
donde Brecht dirigió obras como El círculo de tiza caucasiano y La vida de
Galileo. Sus discípulos Beno Besson, Egon Monk, Peter Palitzch y Manfred
Wekwerth, junto a Caspar Neher y Karl von Appen y los compositores Paul Dessau y
Hans Eisler, estuvieron entre sus más cercanos colaboradores. Después de la
muerte de Brecht en 1956, Weigel continuó con la compañía, que de allí en
adelante ha experimentado la dinámica propia de un ensamble renovador del teatro
contemporáneo.

 La crítica

 “El
Berliner Ensemble actual todavía utiliza con éxito las ideas de Brecht sobre la
actuación y la puesta en escena, algunas veces las siguen al pie de la letra,
pero otras les dan vuelta intencionalmente”.


David Littlejohn. The Wall Street Journal, julio de 1999


 
“No
hay contradicción en el retrato cómico de un tirano. La comicidad se dirige a la
mente, y Brecht quería hacernos pensar con el teatro. Él no quería que nos
dejáramos llevar por una ola de emoción o por ilusiones. Es maravilloso ver esta
auténtica muestra del exagerado estilo brechtiano que, como el dramaturgo
deseaba, mantiene a la audiencia a distancia”.


Bob Graham. San Francisco Chronicle.


 
“La
puesta en escena de Müller puede no ser exactamente igual a la que Brecht
hubiera dirigido, pero su marca en el montaje logra que Ui sea hoy igualmente
atractivo, pues actualiza una pieza muy atada a circunstancias históricas. No
obstante, el resurgir de neonazis en la Alemania unificada y en otros países,
nos deja ver que ninguna era está libre de sus Arturos, y el payaso de hoy puede
ser el terrorista de mañana”.
Kerry Reid. The
Express
.

Ficha técnica

Compañía 
Berliner Ensemble

Autor
Bertolt Brecht
Dirección

Heiner Müller

Intérpretes
Martin Wuttke,
Markus Meyer, Volker Spengler, Victor Deiß, Stefan Lisewski, Michael Gwisdek,
Margarita Broich, Stefan Lisewski, Margarita Broich, Klaus Hecke, Veit Schubert,
Michael Rothmann, Götz Schulte, Jörg Michael Koerbl, Axel Werner, Hans-Peter
Reinecke, Klaus Hecke, Axel Werner, Heinrich Buttchereit, Wolfgang Holz, Stephan
Suschke, Uwe Preuß, Thomas Wendrich, Ruth Glöss,Uwe Preuß , Uwe Steinbruch Katja
Danowski, Götz Schulte, Jörg Michael Koerbl

Diseño/Escenario y vestuario

Hans
Joachim Schlieker

Codirección

Stephan Suschke

Asistente de dirección Eva Rößler

Asistente de dramaturgia

Krischan Schroth
Director de escena
A
ngelika
Ritter

Apuntador

Ingrid Leipold

Dirección de vestuario

Bárbara Naujok
Dirección técnica

Uwe Arsand

Iluminación

Steffan Heinke, Jens Ritcher, Lars Schweinert

Sonido


Alexander Bramann, Jochen Schubert

Música
Schubert,
Paperlace, Verdi, Liszt, A.v. Klebsattel, Mozart y Wagner

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