Entretenimiento

Amor en Colombia

Del 22 al 26 de Agosto de este año, se celebró en Bogotá el Encuentro Iberoamericano de Escritores, cuyo temario se concentró en el amor. El Encuentro, organizado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, terminó con la lectura de textos de amor a Colombia, escritos por los representantes de 17 países a modo de Declaraciones de amor a Colombia. Textos que son también una declaración de dolor por los momentos tristes del país hermano, de admiración por sus paisajes y de esperanza por sus gentes. En decir de María Mercedes Carranza: “En medio de la tristeza, la desesperación y la rabia por la situación de nuestro país, ocurren de tarde en tarde hechos amables que nos recuerdan que aún pertenecemos al mundo de los vivos y no de los muertos, como parece serlo el territorio colombiano; que nos recuerdan que existen un afecto que se pronuncia amor y una palabra que se deletrea f-e-l-i-c-i-d-a-d y que no es imposible que ellas pasen de la boca al corazón.” A continuación, fragmentos de algunas de esas cartas de amor, en espera que verdaderamente el diablo o las entrañas del monstruo, en estos días, no hayan visitado definitivamente a nuestros hermanos.

“… Cuando un día conocí de cerca a una colombiana, comprobé la maestría de los escritores colombianos, su delicado uso de la llavecita dorada. De nombre Luz, llegó a mi casa aquella soñadora con toda la luz de Colombia en sus maneras y fue luz en Cuba durante años. Cuando un día muy triste para el arte y la literatura cubanos volvió a Medellín, de donde procedía, dejó en las gavetas del Ministro no sé cuántos enormes proyectos que de realizarse hubiesen sido nuevo vigor y prestigio para la cultura cubana.

Entre tanto, cocinaba Luz por la noche en su casa comida de su país para sus amigos, sonreía misteriosa, detenía el tiempo (y también la Tierra, a veces), y de este modo nos enseñaba sin ostentación el modo de ser colombiano aunque no el secreto, y con toda razón: ya que eso, según sospeché enseguida y he podido comprobarlo después en mi trato con decenas de colombianos, no es exactamente un secreto: es más bien un don. Regina mi mujer, la adora, igual mi pequeño hijo Rafael. Si me preguntan qué idea tengo de Colombia, pienso en Luz Elena Zabala. Esa luz secreta de Luz es justamente la que me cautiva en la poesía y la narrativa colombianas.

Fue la luz que sedujo en Jorge Isaac, y que en mi caso con José Asunción Silva (precursor del Modernismo con José Martí) y con Barba Jacob fue además camaradería de gente que conversa en la sombra sus tristezas y acuden a los bares para olvidar; después vinieron puntuales como profetas León de Greiff, a quien vi de lejos una vez, y Zalamea con quien caminé conversando por las calles de La Habana en un mediodía tremendo de los años 60 con César López y alguien más, y hasta hoy he seguido fascinado el curso de esa luz, la he visto crecer, atravesar cielos y fronteras y llegar a instalarse en el ámbito de la lengua con carácter de luminaria, dándole a Colombia algo que no le habían dado (ni podrían darle) su oro, su petróleo”. Rafael Alcides Pérez (Cuba).

“Amo a Colombia como a mi patria, y es que en realidad es parte de mi patria, la patria grande de todos los latinoamericanos, la patria bolivariana. Y deseo para esta parte de mi patria, Colombia, lo mismo que para la pequeña tierra en que nací: lo mejor que se puede desear, que es la paz. Pero no deseo la paz sola porque no sería paz, sino la paz verdadera, que es la paz con justicia; porque no puede haber paz sin justicia, de la misma manera que no hay justicia sin paz. Y por eso es que dice el salmo bíblico que «la justicia y la paz se besan». O sea que la paz y la justicia están unidas. Deseo para Colombia y todos nuestros pueblos una sociedad sin pobres. Y una sociedad rica pero donde la riqueza esté repartida. (La sociedad que Jesucristo quiere). Y que el Reino de los Cielos, o mejor dicho la República de los Cielos se establezca en la tierra. Y que nuestro planeta Tierra (que está en el cielo) se una al coro de todos los demás planetas habitados, cantando todos juntos en el corazón un canto de amor.” Ernesto Cardenal (Nicaragua).

“Hoy, nuevamente aquí, con ustedes, lleno de recuerdos aunque sin la mochila ni la guitarra de mi juventud, pero sí con las palabras llenas de corazón, quiero decirles a los colombianos que de tanto amar a su país me duele todo el cuerpo” Gonzalo Lema (Bolivia).

“La amargura sigue, porque los poderosos se preocupan más por encontrar agua en Marte que por darles de comer a más de un billón de hambrientos en el planeta”. Thiago de Mello (Brasil).

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