Arturo Úslar Pietri

Una de las mayores personalidades del panorama y del acontecer venezolano, uno de los escritores más valiosos de la cultura latinoamericana, hispanoamericana, (%=Link(«/bitblioteca/uslar/»,»Arturo Úslar Pietri»)%), con su novela mayor Las Lanzas Coloradas, “abrió la puerta para lo que sería luego el reconocimiento de la novela latinoamericana en todo el mundo” (Mario Vargas Llosa). Al evocar sus sentimientos parisinos, nos dice: “Al escribir Las lanzas coloradas recuerdo que estaba sentado frente a una ventana que daba a una calle gris, pero yo no veía por la ventana porque estaba asediado por las visiones de mi país. Buscaba alcanzar una mejor perspectiva en lo propio, para sentir y expresar con mejor tino lo más universal y válido de lo propio”. Sabía perfectamente con Sábato que “sólo ahondando en lo propio, en la aldea, se universaliza” Y a él le bastaba tomarle el pulso a su patria, en su nacimiento, para saber lo que sería el nacer de los siglos por venir. Arturo Uslar Pietri se revela en 1931 como uno de los más aventajados narradores de su generación, al entregarnos su novela Las Lanzas Coloradas. El estilo en esta obra señalaba matices distintos a los de la prosa galleguiana. Se imponía en la obra de Úslar una prosa fuerte y cortada de vanguardia. (Pedro Díaz Seijas). Las Lanzas Coloradas son parte de la nueva forma de novelar que va a imponerse en nuestras Letras. Es la novela del Llano, de los llaneros, de la pampa venezolana. Pero es el Llano que se torna bandera, la caballada guerrera se vuelve cuartel… Un estremecimiento. (%=Link(«/bitblioteca/bolivar/decreto.asp»,»La guerra a muerte»)%). La guerra sin cuartel. El doloroso nacimiento de la República. El choque sangriento de esclavos y señores. Y todos los problemas en raíz, sociales y políticos… No hay personaje central, hay personajes. (Miguel Ángel Asturias). La obra de Arturo Úslar Pietri resulta proteica y esa multiplicidad, si bien no altera la unidad de fondo y de pensamiento que la alienta, dispersa en cambio el esfuerzo que, quizás, orientado tenazmente en una sola dirección —novela, cuento o teatro— hubiera desarrollado hasta sus últimas consecuencias las posibilidades estilísticas y expresivas, la visión lúdica, la intuición que asoma constantemente en ella. Su obra satura en cierto modo la literatura venezolana de su tiempo y suscita, a través de planteamientos sucesivos o reiterados, una toma de conciencia de la realidad de nuestro país. (Juan Liscano).

Este hombre singular, que ha venido a ser en nuestra época el ejemplar perfecto del venezolano ilustrado, serviría para un estudio sobre el auténtico hombre del continente. (Germán Arciniegas). Presentar a Arturo Úslar Pietri es presentar a muchos hombres, porque puede decir, como Walt Whitman, el escritor americano por antonomasia: soy amplio y contengo muchedumbres. ((%=Link(«/bitblioteca/jjborges/»,»Jorge Luis Borges»)%)). Habiendo madrugado el mismo día de su nacimiento, continúa y continuará madrugando aún, quebrando lanzas por la “siembra del petróleo”, por la “siembra de la cultura”, por la “siembra de la libertad”, por la “siembra de la patria”, con Las Lanzas Coloradas con que un día naciera a las letras del orbe, con pie firme y seguro porvenir, digno del mejor, del máximo galardón dispuesto para el hombre creador, máxime el de estas tierras lluviosas con sol adentro de protesta, desesperanzadas, agobiadas por el peso de sus infinitas deudas, pendientes del futuro promisorio. Arturo Úslar Pietri, el hombre que fue siendo “muchos hombres en un solo nombre”, para quien “el escritor es una conciencia libre: con su capacidad y sensibilidad. Es el intérprete de la conciencia de su tiempo. No tiene manera de escapar a eso”, para quien “ser auténtico significa reconocer nuestros propios límites, hacer lo que está a nuestro alcance”, sin “alejarse del alba”.