Dormir bien se relaciona con una vida más larga y más saludable

Un estudio con cerca de 16,000 adultos chinos de 65 años o más ha hallado que los que disfrutaron regularmente de una noche tranquila de sueño también disfrutaron de mejor salud general y más longevidad.

Investigadores de la Universidad Estatal de Portland informan en la edición de mayo de Sleep, que analizaron datos de la encuesta longitudinal de longevidad saludable china (Chinese Longitudinal Healthy Longevity Survey) para que examinaran qué factores se relacionaban con el sueño entre los adultos mayores. Hallaron que los que tenían ochenta años o más tenían más probabilidades de informar sobre mayor calidad del sueño, frente a los adultos que tenían entre 65 y 79. Ser de sexo masculino, vivir en un área rural, ser de estrato socioeconómico más alto y estar en buenas condiciones de salud se relacionan con mayor calidad del sueño.

Cerca de las dos terceras partes del grupo del estudio consideraron su calidad del sueño como buena o muy buena. Los participantes durmieron en promedio 7.5 horas diarias, incluidas las siestas. Los hallazgos sugieren que la calidad del sueño podría tener implicaciones sobre una vida más larga y más saludable.

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Presentación de alimentos que ayudan o perjudican el sueño Los más ancianos duermen mejor. De manera sorprendente, los adultos más jóvenes no durmieron tan bien como sus contrapartes de mayor edad. El estudio mostró que los adultos de cien años o más tenían 70 por ciento más probabilidades de informar sobre mejor calidad del sueño que los que tenían entre 65 y 79, incluso luego de controlar factores como los demográficos, los socioeconómicos y la salud. El acceso a los servicios de atención de la salud y el estatus económico se relacionaron intensamente con sueño de mayor calidad. Los participantes tuvieron 84 por ciento más probabilidades de informar sobre mejor calidad del sueño si tenían suficiente acceso a la atención de la salud y tenían 56 por ciento más probabilidades de informar sobre buena calidad del sueño si sus familias tenían una buena posición económica. Los hombres tenían 23 por ciento más probabilidades que las mujeres de decir que dormían bien.

No sorprende, entonces, que las personas que tenían problemas de salud tenían 46 por ciento menos probabilidades de informar que no dormían bien. Los individuos ansiosos tenían al menos una afección crónica de salud o a los que se les dificultaban tareas diarias tenían menos probabilidades de informar sobre mayor calidad del sueño. Los resultados del estudio se basan en una muestra de población de 15,638 adultos que viven por toda China, entre ellos 3,927 que tenían entre 90 y 99 años de edad, y 2,794 que tenían 100 o más, a quienes se entrevistó acerca de sus hábitos de sueño.

China es un ambiente ideal para estudiar la longevidad porque su población de 1,300 millones tiene casi una de las poblaciones de edad avanzada más grandes del mundo. Se calcula que en China hay unas 40.5 millones de personas de 75 años o más.

Dormir bien promueve la salud

Aunque los investigadores no están sugiriendo una relación causal entre el sueño y el envejecimiento saludable, los hallazgos sí sugieren que dormir bien podría beneficiar a la gente a medida que envejece. «La edad y las afecciones de salud son los dos factores más importantes relacionados con la calidad y la duración del sueño referida por los mismos pacientes», señala Danan Gu, PhD. «La mayoría de los adultos mayores saludables podrían experimentar una calidad del sueño saludable. Los problemas de sueño en las edades más avanzadas probablemente surjan debido a diversos factores fisiológicos y psicosociales, más que por el envejecimiento mismo».

Según una encuesta de 2009 de los CDC, cerca de uno de cada diez estadounidenses refería dificultades para dormir y apenas 30 por ciento decía que dormía lo suficiente. La encuesta también mostró que unos 50 a 70 millones de estadounidenses tienen afecciones crónicas del sueño, como insomnio.