Cine

“Oppenheimer”, la caja de Pandora que Prometeo abrió

El film está basado en el libro ganador del Premio Pulitzer “Prometeo americano” de Kai Bird y Martin J. Sherwin que fue realizado a lo largo de 25 años y que sirvió de base a Christopher Nolan quien lo adaptó para la gran pantalla

Hablemos de mitología. Prometeo fue un titán amigo de los mortales que desafió a los dioses, robó el fuego y se lo obsequió a la humanidad que empezó a usarlo para poder sobrevivir al frío. En castigo Zeus, el padre de los dioses, hizo que Hefesto creara una mujer de arcilla llamada Pandora que, eventualmente, abrió un recipiente que contenía todas las desgracias de la humanidad mientras que Prometeo fue condenado a ser encadenado y devorado por un águila en un ciclo eterno de dolor debido a la inmortalidad del titán.

Dicho esto, volvamos al cine. “Oppenheimer” es una película que desde que fue anunciada generó gran expectativa por contar con Christopher Nolan como guionista, productor y director, y los cinéfilos sabemos el extraordinario nivel que tiene este realizador en sus producciones entre las que contamos “Memento”, “Interestelar”, la trilogía de Batman y “El Origen” solo por nombrar algunas. La única duda que tenía era “¿Una biopic del padre de la bomba atómica?”, vaya tema complejo en el que se metió el gran Nolan.

Sobre J. Robert Oppenheimer recordamos siempre la frase que citó del libro sagrado del hinduismo Bhagavad-gītā: “Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos” pero poco se sabía de su intimidad, sus motivos, pasiones y sobre todo, como fue un instrumento de un poder que, una vez servido, lo desechó.

El film está basado en el libro ganador del Premio Pulitzer “Prometeo americano” de Kai Bird y Martin J. Sherwin que fue realizado a lo largo de 25 años y que sirvió de base a Christopher Nolan quien lo adaptó para la gran pantalla teniendo como eje central la audiencia de seguridad de Oppenheimer que exploró los antecedentes, las acciones y las asociaciones del físico.

No podemos hablar de esta película sin considerar todo el diseño de producción y es que el equipo del film, liderado por Ruth De Jong, recreó el tiempo y el espacio (valga la referencia física) de J. Robert Oppenheimer; sus espacios académicos y sobre todo, su ciudad-laboratorio en Los Alamos donde se desarrolló el Proyecto Manhattan para la bomba atómica. Esta creación de sets fue más que un mero toque artístico, Nolan sabía que, para lograr la perfección emotiva y realista, necesitaba que el espectador viviera las atmósferas arquitectónicas y sociales de esa época, incluido, su ambiente represor de la incipiente era McCArthy.

A juicio de quien escribe, el gran mérito de “Oppenheimer” es hacer gala de cine hecho con cuido, detalles y, sobre todo, de forma analógica, ya que no se usaron imágenes por computadora (una apuesta fácil y segura) para recrear las pruebas de la bomba atómica y los efectos especiales en general. Christopher Nolan quiso reivindicar lo analógico como herramienta para contar una historia que necesitaba el mayor dinamismo y que logra, mantenernos al filo del asiento durante 3 horas con puntos de giro soberbios y con actuaciones impresionantes.

Y sí, el “muchacho de la película”, literalmente, es el irlandés Cyllian Murphy quien se despoja de su gabardina de Tommy Shelby en Peaky Blinders, para usar el típico sombrero de J. Robert Oppenheimer y mostrar su naturaleza atormentada, metódica y, obsesiva con las posibilidades que ofrece la ciencia. Un rol demandante, agotador y retador que le ha valido al natural de Cork una fila de premios que lo apuntan directo al Oscar 2024.

Ahora, no podemos hablar de Cyllian Murphy sin dejar de mencionar a Emily Blunt quien hace gala de todos sus recursos para mostrar la fuerza, entereza y poder que tiene su personaje como Kitty Oppenheimer, la esposa y apoyo del físico, quien fue su soporte en las horas más oscuras y que toleró muchos de sus errores en una interpretación maravillosa que nos deja ver la versatilidad de esta gran artista.

La trinidad protagonista de Oppenheimer se completa con un gigante Robert Downey Jr, en el rol de Lewis Strauss quien juega varios roles en la historia y que al final se vuelve el punto fuerte del último capítulo del film con una explosión en su actuación que podría valerle su primer Oscar al tan recordado Chaplin y Tony Stark de Marvel.

Sería injusto hablar de las actuaciones y dejar de lado las apariciones de Matt Damon, Florence Pugh, Rami Malek, quienes, a pesar de que no tienen papeles protagónicos o de reparto, le imponen al film un toque único.

Con 11 nominaciones, el film de Christopher Nolan luce como una de las películas que podría hacer historia porque goza del favoritismo en varias de las categorías principales y técnicas entre las que se destacan mejor fotografía, montaje, vestuario y banda sonora para el sueco Ludwig Göransson a quien recordamos por su trabajo en The Mandalorian.

Oppenheimer es un film que, sin pretender ser político, nos confronta con la actualidad en varios aspectos como la guerra y sobre todo, el avance tecnológico; en una era de lo políticamente correcto, la historia de este Prometeo que quiso beneficiar a la humanidad pero terminó desatando desgracias nos hace reflexionar si el tener la facultad, el talento, el poder para crear algo tan grande como peligroso nos obliga realmente a hacerlo o si es mejor, a veces, dejar la caja de Pandora cerrada, aunque solo sea por un tiempo.

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