Conmemoran 40 años del Festival de Woodstock
Hace 40 años, mientras todavía los EEUU estaban involucrados en la desastrosa guerra de Vietnam, ocurrió lo que luego fue considerado un hito cultural, un evento que ha perdurado en el tiempo como un encuentro juvenil que caracterizó toda una época. Conocido como festival de música de Woodstock, en esos tres días concurrieron una 450.000 personas para presenciar conciertos de decenas de sus cantantes favoritos, entre ellos a los legendarios Bob Dylan, Jimi Hendrix, Santana, Joe Cocker y Janis Joplin, y a grupos que sonaban entonces como The Who, Grateful Dead y Jefferson Airplane. El evento inspiró a una famosa película, “Woodstock, tres días de amor, música y paz”, dirigida por Michael Wadleigh y editada por el entonces novato Martin Scorsese, que en 1971 ganó el Oscar como mejor documental. Además, Woodstock ha sido reseñado en programas televisivos y conciertos en cada cumpleaños, y especialmente en cada década adicional desde aquellos mágicos días del 15 al 17 de agosto de 1969.
Ahora, aunque los tiempos son diferentes, no podía faltar otro concurrido concierto en el mismo pueblo donde tuvo lugar el original, que no fue Woodstock como creen muchos, sino otro poblado cercano en el mismo estado de Nueva York, Bethel, en vista de que el propietario del terreno original no quiso permitir –a última hora- la realización del mismo, por temor a destrozos a su propiedad. Luego se supo que, a pesar de que muchos pagaron los 8 dólares diarios por la entrada de un día, los conciertos terminaron siento gratuitos, ya que la multitud de jóvenes acampó al aire libre en los predios del concierto, a pesar de la falta de servicios sanitarios, y no quisieron seguir pagando en los días sucesivos. De ahí que el evento fue un desastre financiero para los organizadores, liderados por un tal Michael Lang, y Woodstock adquirió la fama no sólo por la nutrida concurrencia, sino por la falta de orden, con la consiguiente liberalidad sexual y las intoxicaciones por drogas y bebidas alcohólicas (hubo tres muertes por sobredosis). En fin, fue un acto juvenil que cerró una década marcada por la liberación sexual, la oposición a una guerra impopular y la rebelión contra el establishment.
En este aniversario, además de los conciertos escenificados con cantantes y grupos de moda en Bethel (donde no asistieron los pocos músicos del Woodstock original), tuvieron lugar numerosos conciertos y actos para recordar al evento por todo el país, e incluso en varias ciudades europeas, latinoamericanas y de Oceanía.
Adicionalmente, se reeditó una colección especial de discos, distinguidas como “40º aniversario”, con las canciones que se grabaron en esa ocasión, esta vez sin dejar ninguna afuera, mientras el DVD de las películas filmadas en el sitio tuvo un intenso mercadeo y muchas televisoras transmitieron programas alusivos al evento. Quizás lo más significativo fue el oportuno estreno de “Taking Woodstock”, un documental realizado por el cineasta taiwanés-estadounidense Ang Lee (el de “El secreto de la montaña”) con reminiscencias de la época y reflexiones sobre el significado de Woodstock para el mundo moderno. En la obra, que fue aplaudida en el pasado festival de Cannes, Lee quiso demostrar que no hubo nunca un evento musical tan extraordinario y multitudinario como Woodstock y quizás no lo vuelva a haber.
Curiosamente, en esos mismos días de Woodstock 1969, en Nueva York tuvo lugar el desfile en homenaje a los astronautas de la exitosa misión del Apolo 11, mientras se estrenaba cuatro películas muy características: “Easy rider” (la cinta de culto que retrata esa época, con Dennis Hopper y Peter Fonda), “Cowboy de Medianoche” (un descarnado drama sobre la violencia urbana, con Dustin Hoffman y Jon Voight), “La pandilla salvaje” (un western extremadamente realista) y, finalmente, “Toma el dinero y corre”, la primera comedia dirigida por Woody Allen, que –de haberse estrenado en estos días– hubiera añadido un toque de ironía por las irregularidades de la banca y la bolsa que condujeron a la crisis económica.
