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Desventuras de los venezolanos en la Isla Esmeralda

El día que Jessica Colina decidió irse de su país fue un nueve de agosto del 2012. Conducía su vehículo por la avenida Lara en Valencia a las 8 de la noche y un semáforo en rojo le frenó el paso, en menos de un parpadeo se acercaron dos hombres en una moto y la sacaron del carro a empujones. Uno de ellos, entrado en cólera, le puso un revolver en la cabeza mientras que su compañero le insistió rotundamente que no valía la pena “Deja tranquila a esa perra que no sabe en donde está viviendo”. Le dieron un cachazo en la frente y salieron corriendo con sus pertenencias. Jessica, aún recuerda aquella frase lapidaria. Si, era verdad, por primera vez no sabía en qué país estaba viviendo y por ello decidió que tenía que tomar un avión e irse lejos.

Para Antonio De Armas el día decisivo fue el 2 de julio del 2013, era el día de su cumpleaños. Pero esta vez no había celebración. Su familia estaba presente sentados alrededor del teléfono, cuando a las 10:30 de la noche sonó y la mamá de Antonio lo contestó para confirmar lo que todos temían: habían encontrado al hermano de Antonio muerto en la zona Vista Alegre, al Oeste de Caracas. Lo secuestraron hace 2 semanas cuando se dirigía a su universidad. Esa noche decidió irse del país porque la delincuencia le había arrebatado a su único hermano y con él sus ilusiones de vivir tranquilo en Venezuela.

Antonio y Jessica no se conocen pero están ahora en Dublín, Irlanda, haciendo una cola en un comedor popular de Dublin 7 para recibir su dosis de desayuno. “Tengo 4 meses esperando que el gobierno me mande la segunda manutención, se me terminó el dinero y ya no tengo como comer. Vengo a este charity todos los miércoles para recibir mi porción de comida” confiesa Antonio. En la cola hay varios venezolanos más que entre miedo y pena deciden taparse la cara y no ceder entrevistas.

El Gobierno venezolano los ha abandonado. Ha rechazado la manutención de más de 1500 venezolanos residenciados en Irlanda que realizan distintos estudios, en su mayoría del idioma inglés, valiéndose del artículo 8 de la Providencia 116 de Cadivi: la carencia de disponibilidad de divisas del Banco Central de Venezuela. Solicitudes aprobadas en su totalidad meses atrás hoy aparecen como rechazadas por falta de divisas, en “análisis” o incluso “liquidadas” cuando el estudiante no recibió el dinero pertinente.

Esta es la cruda realidad del joven venezolano en el exterior. Desde el año 2010 la afluencia de los inmigrantes venezolanos a la “Isla Esmeralda” ha subido considerablemente siendo el 2013 el año de mayor afluencia según el último informe publicado en septiembre del 2013 “Trends in International Migrant Stock: Migrants by Destination and Origin” (Tendencias en el número de migrantes internacionales: migrantes por Destino y Origen) en donde se señala que la tendencia de los residentes venezolanos en territorio irlandés en comparación a la última medición que se realizó en el 2010 aumentó 138%.

En total, según el Sargento Brian Whelan de la Oficina de Prensa de la Garda, se encuentran 3.907 venezolanos registrados en los servicios de inmigración para la fecha y el 80% de ellos residen en calidad de estudiantes.

¿Por qué una isla a 7.149 km de distancia de Venezuela luce tan atractiva actualmente?. Este fenómeno nuevo de inmigración se debe a la visa de trabajo que le otorgan al estudiante al ingresar al país. Es una visa temporal pero que permite que un venezolano pueda trabajar y permanecer hasta por tres años en Irlanda. .

Travesía Cadivi

Todo venezolano que decide ponerse el traje de inmigrante tiene que pasar por un camino lleno de dificultades y barreras. La principal de ellas se llama Cadivi. Tres carpetas de 45 hojas folio con un promedio de 12 requisitos que se obtienen en 40 días (si se corre con suerte) es el principal dolor de cabeza de todo inmigrante para solicitar sus divisas y aunque el 15 de enero Cadivi cambió a Cencoex, los estudiantes que aplicaron antes del cambio siguen rigiéndose bajo las leyes de Cadivi .

El 26 de Enero el estudiantado recibió otro duro golpe: un tweet del presidente de Cadivi  Alejando Fleming reveló que el Gobierno nacional recibió alertas de supuestos estudiantes de cursos de idiomas que cometían fraude con divisas en Irlanda y Miami y que establecerían sanciones.

Esta declaración creó una ola de controversia y pánico  en los estudiantes residenciados en Irlanda que depende únicamente de la transacción que les hace el Gobierno para mantenerse en el país extranjero.

Los inconvenientes no tardaron en aparecer y los primeros casos de retraso de transferencia se asomaron en Febrero.

El retraso de la entrega de las manutenciones de los casi 1500 estudiantes venezolanos ha acarreado que muchos se hayan quedado en situación de calle, mendigar o hasta robar en supermercados o tiendas de departamento.“Ha habido un aumento en el índice de delictividad relacionado con los venezolanos. Han atrapado a jóvenes robando en tiendas de ropas como Penneys o en Cadenas Alimenticias como Tesco o Lidl” refiere un funcionario, que prefiere no ser identificado, que trabaja en una Garda Station de Dublin como traductor entre los hispanoparlantes y la policía irlandesa.

Aunque muchos de los venezolanos que no han podido sustentarse se han regresado a Venezuela, para otros, la situación es difícil “Para algunos regresarse no es una opción ya que las multas para cambiar el pasaje van desde 250 hasta 900 euros y a veces no se consiguen cupos” comenta Carlos Indriago quien ha encabezado recientemente una campaña de protesta para exigir los derechos de vivienda y alimentación adscrito en el artículo 82 y 76 respectivamente de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que, según Indriago, viola Cadivi.

Indriago, un cumanense de 24 años, fue el que encabezó el grupo de estudiantes que decidieron viajar a la Embajada de Venezuela en Inglaterra para  buscar soluciones a los problemas que estaban atravesando. La reunión se dio el 18 de marzo. Se presentó Roberto Blayde como el Secretario General de La Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Inglaterra. Sus exigencias fueron claras pero la respuesta que obtuvieron fueron indignante: parte del staff los llamaron ladrones por mendigar dinero y después de dos horas intensas de discusiones Blayde sacó de su bolsillo 60 libras y se las entregó diciendo que si querían dinero eso era lo que tenían para ellos. La ofensa del Secretario hizo que dos de los estudiantes tomaran medidas extremas y se encadenaran a las puertas de la embajada. “Luego llegó la policía británica, enviada por el propio cónsul, alegando que estábamos perturbando la paz del consulado. La policía nos invitaron a protestar del lado de Londres y que ellos nos garantizaban seguridad, pero si seguíamos de parte de la Embajada nos podían poner presos. Nos sentimos más seguro protestando en Londres que en nuestro propio país” lamenta Indriago

Los cinco jóvenes se sintieron humillados y vejados y al regresar a Dublín  comenzaron una iniciativa de recolectar comida para los estudiantes venezolanos.  Venezolanos, Irlandeses, extranjeros, dueños de colegios de idioma y de cadena de restaurantes, cada uno de ellos empezaron a donar comida, dinero, mercados completos y el 28 y 29 de marzo se pudieron realizar 120 bolsas de comida y ayudar a 67 personas. Asimismo, pudieron conseguir casas temporales para las personas con situación de calle.

Toda esta iniciativa se dio en el restaurante de comida venezolana llamado El Arepazo, ubicado en el corazón del Temple Bar, que se había convertido en, por así decirlo,  una embajada, un centro de acopio y en una reunión obligada para todos los venezolanos que querían desahogar sus penas.

Pero los esfuerzos aún no llegan a ser suficiente para la cantidad de personas que se encuentran en situaciones precarias.

A mediado de Febrero la problemática aumentó considerablemente y las redes sociales no se hicieron esperar para mostrar el descontento  y un venezolano llamado Roger Martínez oriundo de Carúpano creó un grupo llamado “Estudiantes en Dublin esperando 2da y 3ra manutención”. “Creé el grupo cuando olfateé que Cadivi nos estaba abandonando. Decidí comunicar la preocupación por la que muchas personas estaban pasando” argumentó.

El grupo ha servido para comunicar los avances que se han hecho entorno a este tema: las reuniones que han hecho los padres y representantes en Cadivi, las notificaciones que han recibido algunos estudiantes sobre sus casos y sobre todo las palabras de aliento que se dan entre ellos mismos.

Aunque el grupo realizó un bombardeo mediático a Cadivi nunca obtuvo ningún tipo de respuesta. Pero en vista de la presión que ejercieron sus representantes en las oficinas de los Chaguaramos, el Gobierno venezolano decidió aprobar la suma total de 1.000 euros para que cada estudiante pueda regresar al país y no pasar por las penurias que están viviendo. “Yo vendí mi casa, mi carro en Táchira para venir un año a estudiar inglés en Galway. De los 8220 que el gobierno debía depositarme, me dieron 1000. ¿Dónde están los 7220 euros restantes? Porque en mi solicitud inicial todo el dinero fue aprobado, si se gastó en el proceso es porque claramente hubo una mala administración” expresa con indignación Mariana Lara quien tuvo que empezar a trabajar como niñera para pagar la deuda que tenía en el apartamento donde vivía.

Por su parte, Roger Martinez tuvo que mudarse a una pequeña habitación que comparte con otro venezolano, quien, le cede la cama a Roger mientras él duerme en el piso ya que los mil euros no le alcanza para rentar una habitación para él solo.

Las penurias del inmigrante

Fermín Villaroel tiene desde el 10 de enero esperando su manutención. Al ser sacado de su apartamento por no tener como pagar el alquiler, durmió en el puente Samuel Beckett en Dublín por dos semanas y en ese tiempo solo comía las salsas gratis que daban en Mcdonald y sobrevivió con limosnas que le daban los transeúntes.

Pero Verónica Moreno se ha negado a que la adversidad le venza el sueño, después de intentar buscar trabajo en su profesión de Educación Preescolar sin ningún éxito, decidió empezar a trabajar como striper en un reconocido club en la Dame Street. “Mis papás no saben lo que hago pero es que esta ha sido la única manera que he conseguido para mantenerme en Dublin y no regresar a ese infierno que se ha convertido mi país”. Moreno comenta que varias jóvenes venezolanas trabajan como striper y prostitutas para poder pagar sus necesidades “Las latinas aquí somos más cotizadas. Hay dos venezolanas que en su propia casa han hecho, un lugar de citas, son caras y muy reconocidas. Ellas llegan a cobrar por pasar todo el día con un hombre casi 2mil euros” confiesa la caraqueña de 31 años.

La persona que emigra de Venezuela no es un mesonero, una striper o una niñera, son ingenieros o licenciados con postgrados, experiencias y determinación que quisieron sortear formar parte de una mera estadística. En el año 2013, año en que se incrementó la ola migratoria a Irlanda, se registraron 24.763 homicidios, lo que equivaldría que cada 28 minutos un venezolano fue asesinado violentamente.

En lo que ha trascurrido del 2014 parece ser que las cifras no tienden a bajar, se han registrado 2.841 homicidios solo en el primer trimestre del año, lo que equivaldría a 48 muertes por día según un informe extraoficial del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPCI) de Venezuela.

Una de los 2.841 finados de este año fue Branghela Zambrano, una tachirense de 22 años que en Enero del corriente año tramitó su carpeta para estudiar inglés en Irlanda y su solicitud fue rechazada. Dos meses después, una bala en el costado propiciada por unos antisociales le cegó su vida.

Irlanda se convirtió para muchos en una salida de escape a la situación convulsa que viven los jóvenes en Venezuela, Afuera, colgar un título universitario que costó esfuerzo y dedicación para dedicarse a limpiar mesas, no es fácil. Se requiere de mucha voluntad para darse cuenta que cualquier trabajo vale la pena si puedes ganar el derecho de caminar solo en la noche sin el temor de ser asesinado, poder conseguir todos los productos en los anaqueles o que el sueldo alcance para vivir dignamente.

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3 comentarios

  1. Equivaldría que cada 21,22 minutos un venezolano fue asesinado violentamente, en el 2013.
    «varias jóvenes venezolanas trabajan como striper y prostitutas para poder pagar sus necesidades»: Con toda sinceridad, hay que llevarlo en la sangre, aquello a lo que la persona es proclive, por sus antecedentes o personalidad manifiesta. Si la Visa les permite trabajar, y en Irlanda debe haber empleos para inmigrantes legales, que aunque no aprovechen sus respectivas capacidades y específica preparación académica (ejercer sus profesiones) les permitirían sobrevivir decentemente, sin necesidad de PROSTITUIRSE. No confundamos Gimnasia con Magnesia, que la Historia nos refiere situaciones mucho más difíciles que las de jóvenes venezolanos estudiando Inglés en Irlanda, individuos y grupos en medio de persecuciones atroces, Guerras, Genocidios sistemáticos, y entre millones de gentes en forzadas Diásporas, sobran los dedos para señalar a quienes se dedicaron a la prostitución. Falta que otros se justifiquen diciendo que fueron obligados a vender drogas, a narcotraficar o hacer de sicarios, para llevarse el bocado a la boca. Un poquito de «por favor».-

  2. Bueno lo de prostituirse robar etc se lleva en la sangre El gobierno de Venezuela es una desgracia pero también es un sinsentido tener un plan de inmigración nada mas contando con un subsidio

  3. Me parece y n contrasentido hacer un plan migratorio contando con un subsidio Por culpa de muchas personas que describen acá hay muchos verdaderos estudiantes pasando necesidad

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