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Emilio Porta: Secreto combate entre el poeta y el dragón

(%=Image(8534487 ,»L»)%) El escritor Enrique Gracia Trinidad tuvo la gentileza de traerme desde Madrid Tomo secreto, del poeta español Emilio Porta, Fugger Libros Sial Ediciones, Madrid 2008. Permítanme los lectores empezar por el final de este libro, de cara a la Última visita que es forzoso recibir, en algún giro del sendero terrestre:

“Asistimos a la lucha feroz
del dragón y el poeta.
y sólo somos dueños
de una escasa verdad:
La muerte danza secretamente
para elegir sus blancos (…)

Estos versos de Tomo secreto son enigmáticos, tocan múltiples aristas del vivir, y no hay uno solo de ellos prescindible. El índice inquiere con la advertencia siguiente: “Tomo secreto / -corazón del tiempo- / en cuyo índice / la oscuridad aclara”. Consta de tres Partes, la primera, “Por tus ojos, extranjero, parece que llegaras de lejos”; la segunda, “Como calles antiguas de balcones amargos”; la tercera, “Los tigres asustados de los tigres”.

Provoca una cierta sonrisa leer, en el último poema mencionado (entre paréntesis y en cursivas, sugiriendo tono de confidencia):

(Y, sin embargo, en su última visita
dejó su nombre fuera de toda forma
y después de dejarme ver su cuerpo
me dijo sonriente, no temas,
yo tampoco puedo ser absoluta).

Si nos recreamos en las formas, tres endecasílabos intercalados con versos de diez y doce sílabas, producen una atracción hipnótica en el lector. Tenemos un ejemplo muy cercano en la poesía del venezolano Eugenio Montejo, en la que resulta casi imposible encontrar un verso que no sea de de cuatro, siete, ocho, once o catorce sílabas. Cuando vamos a la esencia del poema de Emilio Porta, se siente un gozo mínimo, una cierta catarsis al leer que la Muerte, -ineludible compañera de baile mejilla con mejilla- reconoce que ella tampoco puede “ser absoluta”. Porque absoluto es solamente el Ser que ES,

Me detengo ahora en el grupo de dípticos de Porta, magníficos, que dicen mucho de su afición por la música y por la Belleza:

“Albinoni viene a visitarme,
viste su traje trágico de notas.”

Traje trágico, aliteración estupenda, tan clásica en un poeta del tercer milenio. Una travesura del que conoce las posibilidades infinitas de la escritura.

Otra faceta adorable de este escritor es la manera como aborda el mundo femenino. En el pórtico del libro Porta transcribe un fragmento del misterioso viaje de David Nahalat, que relata el encuentro con “una mujer cubierta de seda transparente” que le invita a sentarse y le dice: “-Por tus ojos, extranjero, parece que vienes de lejos…” Y es de mencionar el uso, que no abuso, de la adjetivación: “Hay un azucenado color / en las instancias adolescentes de la aurora” (…). “Tú yacías crucificada en rosa, / sobre una vara vegetal / florecida a pesar del frío (…) Y tu cuerpo / parecía un objeto perdido en el pasado.”
Bendiciones al cartero exquisito, Enrique Gracia Trinidad, por llegar a mi puerta con su delicado paquete de tesoros, entre los cuales recibí Tomo secreto de Emilio Porta.

Escribe Gracia en una reseña del 13 de septiembre (1): “Es, como todo buen libro de poesía que se precie, un libro de pensamiento —sin pensamiento la poesía suele convertirse en juego pirotécnico—, un libro de síntesis en el que cada poema, cada frase, a veces cada palabra, lleva detrás un buen montón de sugerencias, ideas, largas conversaciones, maduros silencios, historia vivida o inventada”…Una sola cosa le reprocho a mi entrañable amigo Gracia. Abrir las páginas de este libro me ha hecho añorar desesperadamente una temporada a orillas de un “mar extraño” como el que avizora Emilio: “Se mueve un mar. Se mueve un mar extraño. Se mueve un mar debajo de tu cuerpo. Extrañas olas desconciertan las pieles.” Es necesaria una sucesión de días de ocio, para leer, leer, leer mil veces estos poemas, que fueron escritos seguramente para mí, desde el Génesis, sólo que Porta lo ignora. No puede uno saberlo todo en esta vida:

“No te quiebres en medio
de un vuelo,
no dejes que te venzan
las alas, por el peso,
no dejes que te dejen
en el aire,
parada.”

Procuraré, amigo Porta, no quebrarme, aunque me sienta a veces como dice su poema:

“Eres como una niña de encaje
Al borde de un precipicio (…)

Porque no hemos de dejar que se extinga la lámpara de fuego,
alimentada con el aceite de la fe en la poesía. Es menester
pronunciar el futuro.

* Emilio Porta es Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense. Actualmente es Vicepresidente de la Asociación de Escritores y Artistas españoles. Crítico de cine y teatro, ha publicado varios libros de poesía y narrativa. He vivido durante largos períodos en Inglaterra, Australia y Estados Unidos. El autor escribe al comienzo de su libro Tomo secreto …”Tomo secreto parte de una poética que combina, trata de combinar, ética y estética, que, para mí, van profundamente unidas. Decía Antonio Machado que detrás de todo buen poeta debía haber una metafísica.” El libro comienza con un epígrafe de Horacio Oliveira que reza: “Golpeo la puerta de la realidad / y espero que no se abra nunca”.

(1) Fuente: http://enriquegracia.blogspot.com

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