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Francisco Arévalo ganó Concurso Nacional de Literatura “Alarico Gómez”

(%=Image(5257267,»L»)%)Con la novela “Tropiezos en el campanario”, firmado con el seudónimo de Hugo Víctor, el reconocido escritor del estado Bolívar Francisco Arévalo se convirtió en ganador de la cuarta edición del Concurso Nacional de Literatura “Alarico Gómez”, que anualmente organiza el Gobierno Bolivariano de Monagas a través del Instituto de Cultura (ICUM), haciéndose acreedor del premio único de cinco millones (Bs.5.000.000,oo) de bolívares. El presidente del ICUM, el escritor Miguel Mendoza Barreto, refirió que la mención honorífica de este IV Concurso Nacional de Literatura “Alarico Gómez” fue para Juan Ramón Pérez, por el libro “Eugenio el genio”.

Arévalo es poeta con una dilatada trayectoria y varios libros de poemas que han obtenido premios en el ámbito nacional. También ha sido galardonado con el premio Fundarte de novela con “La esquizofrenia de las golondrinas” y finalista en el premio de literatura de la Contraloría General de la República por su novela “Adiós Matanza en invierno”. El jurado estuvo conformado por José Roberto Duque, Carlos Acosta y Luz Marina Cruz, escritores de Caracas, Cumaná y Monagas respectivamente.

La novela aborda la vida de un cura, bastante terrenal, perdido en una parroquia parecida a cualquiera del país. El personaje es ficticio aunque ha tomado rasgos de personajes eclesiásticos con sus virtudes y sus defectos. La novela es la radiografía de un grupo de personas que viven y subviven en sus creencias, en sus miedos y en sus trajines del día a día. No está exenta de cierto humor desfachatado. Tropiezos en el campanario relata la historia que en el barrio La Seguidilla, padecen y gozan varios de sus habitantes. El padre Aitor, incansable peregrino suramericano, y Margaret, quien ayudaba a este seguidor de Dios a hacer sus oficios más placenteros y llevaderos, son las piezas clave de la obra, y de ellos comienzan a desencadenarse sucesos y hechos de importante significación para el relato. Entre los personajes que poco a poco van ingresando dentro del mundo de “Tropiezos en el campanario” se encuentra doña Concepción, quien traía niños al mundo y tiene una fuerte vinculación a una red de pederastia. En la acción narrativa también aparece un ser sin nombre (una madre) que abandona a sus cinco hijos en manos de una bestia (su marido), por no aguantarlo más.

Así, el escritor Francisco Arévalo con un lenguaje preciso, hasta soez, va narrando una cruda realidad que sucede en un espacio humano, que bien podría ser cualquiera de nuestros barrios.

Para el escritor “todos somos víctimas de una vida intensa, minada de carencias”, es por eso que dentro de Tropiezos en el campanario todas las historias están bañadas de tristeza y condimentadas con humor y dramatismo, bajo un lenguaje envuelto en ese halo festivo de lo cotidiano.

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