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Jimi Hendrix: Se cumplen 50 años de la muerte del “mejor guitarrista de la historia”

Una de las autopsias realizadas al músico, fallecido el 18 de septiembre de 1970, concluyeron en que se habría ahogado con su propio vómito

“El mejor guitarrista de la historia”, así fue nombrado Jimi Hendrix en 2011,  por la revista musical Rolling Stone. El músico estadounidense cumple este viernes 18 de septiembre 50 años de fallecido; sin embargo su legado es inmortal, tanto para los que le gusta escuchar música, como para los que se dedican a hacerla. Hoy en día cada uno de los riffs de guitarra que quedaron grabados, lo reivindican como una leyenda del rock.

El 18 de septiembre de 1970 fue anunciada la muerte del guitarrista estadounidense. El día antes a su muerte lo había pasado junto a quien era su novia en ese momento, la patinadora de hielo alemana Monika Dannemann, quien afirmó haberlo dejado y luego recogido en casa de un amigo.

La mañana del 18 de septiembre Dannemann encontró a Henrix inconsciente, pero respirando y lo llevó de emergencia al Hospital St Mary Abbot en donde fue declarado sin vida.

Jimi Hendrix en Both Sides of the Sky / Foto: Archivo

Un paseo por la vida de Hendrix

Criado en el seno de una familia muy modesta, James Allen Hendrix, conocido como Jimi Hendrix, aprendió a tocar intentando emular o tocar por encima de los discos de R&B de su padre, como Bobby Womack o Curtis Mayfield, estilo del que mostró un gran conocimiento así como de todas las músicas negras, de B.B. King al «preblues» y las melodías góspel.

En los albores de su carrera, ejerció de músico de acompañamiento y, aunque adaptarse a la marcialidad de un conjunto musical no era lo suyo, tocó junto a leyendas como los Isley Brothers, Sam Cooke o Little Richard, quien le terminó despidiendo por no llegar a la hora al autobús de la gira, no sin antes haberle mostrado cómo conseguir la atención total del público durante una actuación.

Como él, Hendrix se convirtió en un animal de escenario, no solo por sus extravagantes vestuarios, sino también por su manera de tocar y retorcerse. En sus actuaciones, no solo era capaz de conseguir un volumen endiablado, sino de tocar las cuerdas con los dientes, por detrás de la espalda o entre las piernas.

Cuando saltó a la palestra, la guitarra eléctrica era algo relativamente nuevo. Contribuyó a arrancarle nuevos sonidos y poner en práctica técnicas inéditas, con resultados llenos de filigranas como las de Little Wings o Angel o con su dominio del «bending» (tocar una cuerda y tirar de ella hacia arriba o abajo cuando comienza a emitir la nota para obtener un sonido más agudo).

«Pero lo más importante sobre su forma de tocar era el alma que le ponía. Era como si estuviese en contacto con el cosmos. Muchos guitarristas actuales tocan muy rápido para impresionarte, pero cuando intentas recordar lo que han tocado, no puedes. Con él, lo mejor era que siempre podías tararear sus solos en la cabeza, porque eran muy melódicos», destacaba Randy Wolfe, alias Randy California, miembro en 1966 de su banda Jimmy James And The Blue Flames.

Como curiosidad, pese a ser zurdo tocaba siempre con guitarras para diestros (normalmente del modelo Stratocaster) a las que daba la vuelta, invirtiendo la cejilla y reordenando las cuerdas a la manera habitual, con las más finas en la parte inferior.

«Hay un montón de guitarras solistas ahí fuera, pero lo esencial que hay que aprender es el tempo, el ritmo», solía decir este músico excepcional que mostró debilidad por la guitarra rítmica.

A eso, obviamente, se suman una colección de canciones inéditas y versiones a las que dio un toque tan efervescente que se convirtieron en históricas, véase el clásico Hey, Joe, el éxito de Bob Dylan Like A Rolling Stone o el himno americano, The Star-Splangled Banner, con la que cerró de manera brutal el festival de Woodstock de 1969.

Jimi Hendrix en su último concierto / Foto: Archivo

El misterio de la muerte

Jimi Hendrix, era conocido por sus excesos. Un rockstar en toda regla. Amigos y prensa, afirman que al tomar su carácter cambiaba drásticamente, convirtiéndose del hombre más dulce al más agresivo.

La primera autopsia que da con la causa de muerte oficial, fue realiza el 21 de septiembre, a tres días de su fallecimiento. En ella se concluyó que Hendrix “había aspirado su propio vómito, lo que le causó asfixia y una intoxicación de barbitúricos”.

Detrás de ese anuncio existen otras teorías que relacionan la muerte del cantante y guitarristas con otros eventos, incluyendo asesinato. Las dudas se generaron luego Gavin Thurston -el forense que hace 50 años dirigió la autopsia de Hendrix-, declarara antes de morir que no existían pruebas suficientes que comprobaran la causa del fallecimiento.

Partiendo de allí el biógrafo Philip Norman decidió realizar el documental «Cosa salvaje: la corta y hechizante vida de Jimi Hendrix», en el que se exploran tres hipótesis, entre las que figura el asesinato como razón más probable.  

Entre los posibles «verdugos» del músico y leyenda estadounidense se encuentra la mafia, un manager y la CIA. Estas hipótesis son parte del documental antes mencionado y está basado en declaraciones de personas que estuvieron alrededor de Hendrix durante sus últimos años de vida; sin embargo ninguna de ellas ha sido comprobada.

James Wright, road manager de Hendrix, contó que el representa del cantante le confesó que lo había asesinado Foto: Archivo

Hendrix, miembro del club de los 27

Entre 1969 y 1971 el mundo del entretenimiento tuvo que cargar con la muerte de varios músicos y actores, todos con 27 años de edad. Esta coincidencia hizo que este grupo de personas llamado «El club de los 27».

El primero que se incluyó a esta lista fue el músico de blues, Robert Johnson. A él se le fueron uniendo Brian Jones, Janis Joplin, Jim Morrison y Hendrix, quien nació en Seattle, Washington, Estados Unidos, el 27 de noviembre de 1942.

Aunque El club de los 27 es considerado un pico estadístico dado desde el 69 hasta el 71, en el nuevo Siglo se le han unido Kurt Cobain y Amy Winehouse.

Una leyenda del rock

En la lista publicada por la Rolling Stone, Hendrix queda como el primero de una larga de guitarristas de fama mundial. Detrás de él se encuentran Erip Clapton, Jimmy Page, Keith Richards, Jeff Beck, B.B. King, Chuck Berry, Eddie Van Halen, Duane Allman y Pete Townshend.

Esta lista fue realizada entre Lenny Kravitz, Eddie Van Halen (que fue elegido número 8), Brian May y Dan Auerbach, de The Black Keys, junto a una selección de veteranos colaboradores y redactores de la revista Rolling Stone.

Además de esa lista publicada en 2011, la misma revista de fama mundial, publicó en febrero de 1992 una edición en honor al cantante, sentenciando que este era “El guitarrista más grande de todos los tiempos”.


The Jimi Hendrix Experience fue una banda de rock británica-estadounidense de finales de la década de 1960

Tinta que no deja morir su legado

Sumado a la fama y trascendencia del sonido de su guitarra, existe un material documental que logra que el legado de Hendrix no muera, mantendiendolo vivo durante cinco décadas.

Algunos de estos son «Vida y muerte de Jimi Hendrix», de Mick Wall, y «Stone Free. Los nueve meses que cambiaron la historia del rock», de Jas Obrecht.

«En muchos aspectos, modificó el sonido del rock mucho más profundamente que los Beatles. Sin duda, ellos aportaron composición al género, pero Jimi cambió el sonido de la guitarra», afirma Pete Townshend, miembro de The Who, en declaraciones recogidas en las primeras páginas del segundo libro mencionada, que revisa las razones que llevaron a su protagonista al éxito y, más aún, a la posteridad.

A través de testimonios, documentos recuperados recientemente y el profundo conocimiento de su autor, Stone Free se centra en el período en el que un anónimo Hendrix viajó al Londres efervescente de la minifalda, los Stones y los «Fab Four» para regresar a EE.UU. como realidad chispeante capaz de epatar en 1967 a los asistentes al Festival de Monterrey, gran precursor de los festivales de rock.

Como Townshend, prácticamente todos los que aparecen en estas páginas coinciden en que Hendrix cambió la forma en que escuchamos la guitarra. «Según su estado de ánimo podía ser tierno, elegante, salvaje o sexual; a veces todo en una misma canción», escribe Obrecht, que le atribuye una personalidad, imaginación, disciplina y destreza «incomparables».

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