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Juan Carlos Zapata: El suicidio del poder

Hemos tenido la suerte como lectores se seguir los pasos del alumbramiento de la obra del apureño, de Guasdualito, Juan Carlos Zapata(1960), tanto en sus libros sobre asuntos económicos, empapados de los hechos politicos, como sus novelas, en las cuales siempre brillan los hechos, memorias y dolencias de su tierra apureña.

Entre los libros que nos ha ofrecido en los últimos tiempos, están dos nuevas novelas y el estudio que vamos a comentar: El sucidio del poder(Prólogo: Alvaro Vargas Llosa. Caracas: Editorial El Parricida, 2012.390 p.) podemos ver como con su constante trabajo de investigador y de escritor, con sus muy zazonadas lecturas, su estilo se ha pulido hasta llegar a ser de la belleza que encontramos en esta obra.

El suicidio del poder,  es una indagación que los venezolanos necesitabamos desde tiempo atrás, escrita de la grata forma como lo hallamos. Hemos señalado que necesitabamos este magnífico volumen.  Por varias razones: es la historia de la caída de la República Civil(1958-1998) y del asentamiento de Hugo Chávez(1954-2012) en el poder, el libro apareció tres meses antes de la muerte de este presidente, en diciembre pasado. A todo lo largo de este libro el ojo de águila de este gran reportero, cronista y analista que es Zapata se hace presente a cada paso.

 

EL TELON DE FONDO

 

Pero su telón de fondo de este vasto trabajo se asienta  en el escribir de Mario Vargas Llosa(1936), nuestro flamante Premio Nóbel(2010). Este sirve a Zapata para apuntalar una concepción de la politica, de la historia, del presente, vista a través del peruano, quien tanto ha influido en nuestras vidas a través de sus libros, ya que es por medio de ellos que nos permite comprender los hechos venezolanos, y el propio ideario del peruano. Escarba bien Zapata obras centrales del arequipeñocomo sus novelas Conversación en la Catedral y La fiesta del chivo, a veces La guerra del fin del mundo, libro mayor entre los suyos, ¿el más importante?, obra que explica la esencia del vivir latinoamericano. Y explica el por qué de su conflicto con Gabriel García Márquez: los diversas que eran ya el día del puñetazo en Ciudad de México, sus convicciónes politicas. Y, desde luego, ahonda Zapata, con finísimos y comprensivos ojos, en su larga obra como ensayista, como analista politico, incluso como diserto crítico literario. Todo ello puestos a andar a partir del cariño, no lo podemos llamar de otra formas, que ha sentido siempre Vargas Llosa por Venezuela: el país que le dio, en 1967, el primer gran empuje internacional para su carrera creadora; la nación, que por ser visceralmente democrática en 1967, respetó sus opiniones politicas, el día que recibió el Premio Rómulo Gallegos, de las manos venerables ya entonces de nuestro mayor novelista, don Rómulo Gallegos(1884-1969). Todos lo escuchamos aquella noche en el Museo de Bellas Artes, nadie lo molestó por sus ideas, aunque no sabíamos, hoy sí, la hidalguía como la que se había portado ante Alejo Carpentier(1904-1980) cuanto este en nombre de Fidel Castro(1926) quiso empujarlo a una acción inicua: ofrecer el monto del galardón, limpiamente ganado con su trabajo y su talento, a la revolución de barbudos, con el ofrecieminto de que lo hiciera y ellos, en forma escondida, como siempre han hecho las cosas, le devolverían el monto. Vargas Llosa se negó. Carpentier, gran escritor demostró aquel día el pequeño ser humano que era, solo un servidor de la dictadura cubana. Y, sin embargo, eran sus convicciones aquel día, dedicó aquella polemica línea, al recibir el galardón, a elogiar al comunismo habanero. Lo expresado en Caracas aquel día, “La literatura es fuego”, fue página memorable, para nada un discurso de ocasión, su entraña literaria es bella y densa. Hay largos pasajes que nosotros no sabemos de memoria.

La parte que Zapata dedica a Vargas Llosa en este libro es tan certera que pudiera pensar su autor en hacer un libro aparte, extrayendo sus reflexiones y citas, y concebir una obra sobre el Vargas Llosa pensador de la poitica y testigo de su tiempo. Tal la hondura de esa parte, que es el sostén sobre la largo periplo que traza sobre la vida venezolana, deteniéndose en lo expuesto por Vargas Llosa en sus estudios y puntos de vista sobre Chávez y el chavismo, a partir de su artículo “El suicidio de una nación”(El País, Madrid: agosto 8,1999). Este libro de Zapata, hay decirlo es una nueva reiteración suya al estudio de un autor de la literatura latinoamericana a partir de su relación con el país. Antes nos había ofrecido Gabo nació en Caracas no Aracataca.

 

LA IDEA EJE

 

La concepción que mueve todo el estudio de Zapata es esta de Vargas Llosa: “estoy convencido de que la desaparición, incluso parcial y transitoria, de las libertades, del derecho a crítica, de la discrepancia, enajena y amenaza todo proceso de reformas sociales y llega hasta nularlo y, a veces, sustituir las injusticias corregidas por injusticias nuevas”(p.110).

 

 

 

 

NUESTRA LECTURA

Esta que vamos a ofrecer, sobre un libro como este, en cuya lectura no pudimos detenernos hasta haberlo concluido, una vez que iniciada su lectura. Esta, es una lectura crítica, comprensiva, desde luego ni una refuración ni una condena, esto es un ejericio crítico, estamos más de acuerdo con en desacuerdo con Zapata, pero nuestra perspectiva es la del crítico y del analista, del investigador que trata sobre un tema, como el de este libro, que ha llenado también muchas de sus horas de trabajo durante largos años. Y de congojas su corazón venezolano. Y hay, desde luego, personajes y hechos que juzgamos desde distintos ángulos, sobre todo añadiendo observaciones y puntualizaciones que creemos se deben tener en cuenta. Desde luego, en todo momento celebramos este libro y lo bien escrito que está. Hay, además,aquello que anota el autor, “En democracia es posible no solo estar en contra sino, lo mejor, expresarlo abiertamente”(p.62). Y, como esta es una obra de historia, no hemos dejado de utilizar siempre “los métodos escépticos y críticos de la investigación histórica”, como lo aconseja Pual Johnson(1928). Desde luego, el exceticismo, no nos lleva, en ningún momento a dudar del autor, sino siempre a poner y examinar todos los documentos, todas las pruebas y todas las confesiones de los protagonistas de esta obra, sin duda, singular, especialmente por sus aportes a la comprensión de este período trágico del vivir de Venezuela.

POR QUÉ DEL TITULO

Quizá pueda llamar la atención lo contundente del título: el suicidio de un sistema, muchos de cuyos protagonistas no llegaron a calibrar en su exacta dimensión. Por ello el título se explica en estas líneas: “el escritor[Vargas Llosa] se fue paseando por sl suicidio en la literatura, el poder. Madame Bovary es una de esas obras que lo han marcado, y ¿y cuál es final de la protagonista? El suicidio. También [Juan Carlos] Onetti(1909-1994) es uno de sus autores preferidos. ¿Y qué abunda en la obra del uruguayo? Personajes de la derrota, descolocados, deshechos, atrapados, erosionados, que se suicidan o piensan en el suicidio”(p.112). De allí, que podamos preguntar aquí: nuestros partidos, AD y COPEI, los verdaderos personajes del drama que alumbra, en todos sus recovecos, estaban en aquel período cercanos a la derrota, descolocados, deshechos, atrapádos, erosionados. Creemos que sí, al abismo echaron al país entero. Los intentos de salvarlo: tareas de dos de nuestros ancianos politicos, llamados al poder en la hora más ardúa, Ramón J.Velásquez(1916) y Rafael Caldera(1916-2009) no lograron fecundar, pese al esfuerzo de cada uno. El título no puede ser más certero.

LA TECNICA DE LOS MONOLOGOS

Utiliza Zapata en algunos de los capítulos sobre los personajes principales: Jaime Lusinchi(1924), Carlos Andrés Pérez(1922-2010) y Rafael Caldera, la técnica del monólogo, del soliloquio imaginario, hecho en la mejor tradición de la entrevista imaginaria. De todos el mejor es el de Pérez, sobre todo el segundo. El más flaco el de Caldera, válido a ratos pero no siempre, ya que el autor no conoció bien al complejo personaje, ni supo de la calderología, clave para interpretar sus silencios, la forma como miraba, desde luego sin el conocimeinto hondo de que fue un politico intelectual, que eso siempre estaba presente y que siempre fue el profesor Caldera. Sobre ello volveremos, bastante extensamente, para salvar el vacío.

 

ESTE LIBRO

 

Si vamos a definir El suicidio del poder podemos partir de algunas ideas que hemos hallado en nuestra lectura.

Sin duda, esta vasta investigación, nos ofrece “La memoria de los que recuerdan y nunca olvidan”(p.35), es indagación de quien “Conoce bien el país. Lo siente, lo vive, lo sufre”(p.70)

 

LA REPUBLICA CIVIL

 

Creemos que debemos comenzar, porque es la entraña del libro, al menos hasta la p.233, con lo relativo a la República Civil. Esta fue el más largo período democrático de toda la historia de Venezuela, el cual dotó al país de presidentes civiles, de civilidad, de legalidad, de estabilidad politica y de desarrollo pleno. Sus protagonistas nunca fueron las “cúpulas podridas” que dijo Huigo Chávez sino una generación, dos por lo menos, si toda generación aparece cada viente cinco años. Además, fue el siglo XX, el mejor período de toda nuestra historia, mejor que todos los siglos anteriores, que, desde luego, tuvieron, sus momentos de luz y de sombra.

De allí que leamos: “la admiración[de Vargas Llosa] por Venezuela y el sistema politico diseñado por Rómulo Betancourt(1908-1981), líder democrático de talla continental”(p.22).

 

LA ACCION DE UN DUO

 

En verdad, se debería decir, es lo histórico, que la democracia contemporánea en Venezuela fue creada por un dúo: Betancourt y Rafael Caldera y a la caída de la dictadura por un trío, ya que se sumó  Jóvito Villalba(1908-1989), pero este apenas estuvo con ellos cerca de cuatro años, desde 1957 hasta 1961. El 16 de noviembre de 1961, URD abandonó el gobierno, el preámbulo fue la inexplicable actitud, a favor de la Cuba castrista, del canciller Ignacio Luis Arcaya(1912-1990), de URD, en la Conferencia de Cancilleres, en San José de Costa Rica(agosto 28).

En cambio, si es verdad que Betancourt concibió, durante su exilio en el gomecismo, lo que Germán Carrera Damas(1930) denomina con certeza la “República Liberal Democrática”, que se hizo visible en el Plan de Barranquilla(1931) y que trajo a su regreso del destierro, en 1936. También en ese mismo período, dentro de Venezuela, de la cual sólo salió en 1933, en un viaje a Roma, en donde se encontró con el chileno Eduardo Frei(1911-1982), Caldera forjó el proyecto socialcristiano dentro del país. Ambos líderes comenzaron a actuar al inicio del régimen de López Contreras, fue en ese período que Betancourt fundó la agrupación que, desde 1941, sería AD. Y Caldera el suyo, desde la Unión Nacional de Estudiantes(1936) hasta Acción Nacional(1942-1946), y más tarde Copei(1946). Ambos eran politicos del postgomecismo. Caldera, a pocas semanas de morir Gómez, expuso en dos artículos, antes de cumplir 20 años, lo que debería ser la poitica social contemportánea. Caldera fue durante el período lopecista uno de los proyectistas de nuestra primera Ley del Trabajo(1936) y de su sustanciosa tesis de doctorado Derecho del Trabajo(1939), obra que se estudió en las universidades latinoamericanas. Fue Caldera profesor siempre, bellista constante, fue quien inicio, a los diez y nueve años, la revaloración de la figura de nuestro primer humanista, en el libro que le dedicó(1935)  y activo politico, fue  uno de los pocos diputados opositores durante el gobierno de Medina(1941-1944). Betancourt, a quien nada escapaba, debió conocer bien la actividad de Caldera, aunque la primera vez que se encontaron cara a cara, en un mitín, fue en mayo de 1945, como él mismo Caldera recordó, a cinco meses del golpe del 18 de octubre. En ese momento se volvieron a reunir, Caldera fue empujado a reunirse con el nuevo Presidente por el Dr. Pedro del Corral(1895-1986). Betanocurt lo nombró Procurador General de la Nación. En sus constantes reuniones de trabajo le había dicho, como siempre Caldera recordó en nuestrros largos coloquios sobre su vida, “el sistema politico que yo estoy formando requiere de un partido opositor. Y eso serán Uds. los socialcristianos, a los que hay que tener en cuenta”. Tuvo razón, en las elecciones de 1946, para formar la Asamblea  Constituyente(octubre 27) se vio que ya Copei, a meses de haberse fundado(enero 13), era la segunda fuerza política del país, con el 14% de los votación, desde luego lejos de AD que sacó el 79%. El resto de la oposición obtuvo el 7%. Y aunque, a poco Caldera pasó a la oposición, el vinculo no se rompió, volvió a resurgir cuando se planeó, en 1957, el Pacto de Puntofijo(octubre 30,1958), que lleva el nombre de la quinta de Caldera donde fue firmado por AD, COPEI y URD. Fueron por ellos un dúo que nos dio el sistema democrático, que se hizo presente entre 1945-1948 y resurgió en 1958. Villalba no estuvo con ellos en la primera etapa pues durante el “trienio adeco” fue fiero opositor a Betancourt. Se unieron para el pacto tripartito, pero Villalba, hombre de bien, preparado y buen politico, orador destacadísimo, profesor que siempre han recordado sus alumnos, siempre cercano a sus hijos, a quienes formó muy bien, como lo hicieron Caldera y Betancourt con los suyos. Pero no columbró Villalba, pese a su sagacidad, el significado del Pacto de Puntofijo y es vez de pensar escuchó los malos consejos de dos personajes que siempre han hecho daño al país: Luis Miquilena(1919) y José Vicente Rangel(1929), y se salió del Pacto. Sino lo hubiera hecho hubiera llegado a ser presidente. Que Betancourt y Caldera fueron un dúo en su esfuerzo de servicio a la nación no solo lo sabemos los venezolanos, sino que ha sido también comprendido internacionalmente. Nos basta con la opinión del gran historiador inglés Hugh Thomas(1931) para corroborarlo. Esto escribió el británico: “La democracia en Venezuela es una gran creación de la década de 1960, y tiene en si algunos elementos de plutocracia, a pesar de lo cual es un sistema con muchos méritos que honra a sus creadores Rómulo Betancourt y Rafael Caldera”. Por cierto, que el hecho de llamar la atención Thomas de los “elementos de plutocracia”, es una buena contribución al análisis de los hechos económicos, en cuya examen tanto brilla Zapata en El suicidio del poder. Pero no creemos que quede duda, la historia lo indica, que los padres de la democracia, por su constancia, fueron Rómulo y Caldera. Caldera fue el vida más longeva, gracias a su buena salud, como nos lo confió un día.

 

BETANCOURT

 

Sin ser, Betanocurt uno de los protagonistas de este libro, es imposible soslayarlo. Hay, por ejemplo, un hecho, relacionado con Bertancourt. Zapata lo observa como contrafigura de Rafael Leónidas Trujillo(1891-1961), el dictador dominicano(p.22), así se observa en La fiesta del chivo. Pero, teniendo todo eso en cuenta, el verdadero antagonista de Betancourt en América Latina es Fidel Castro, ambos representaron los dos polos: el venezolano la democracia, el cubano la dictadura marxista, el régimen autocrático más largo de nuestra historia continental.

 

CALDERA

 

Creemos, por lo antes anotado, que debemos apuntalar con otros datos la personalidad de Rafael Caldera, es figura demasiado importante, tan esencial como el propio Betancourt. De allí que se encontraran tanto noticias como interpretaciones que contribuyen a aclarar hechos de su vida y comprender mejor a este hombre cuya “desplegante talento” fue un hecho notorio, que es a la vez lo que se ha denominado “una inteligencia esférica que le permitía abordar los contornos” de aquello que se proponía estudiar, analizar o presentar como parlamentario o como jefe de Estado. Por ello su huella fue singular.

Desde luego una personalidad tan compleja y llena de matices como la de Caldera no se puede entender si se parte de ese error de percepción que signfica haberlo considerado persona soberbia, cosa que no fue. Era un hombre firmente formado, con un carácter bien afinado, con una formación intelectual nada común, todo ello se proyectó en su acción pública. Y como fue hombre, no el único, con grandes logros, producto de poseer, desde muy joven un plan de vida, en un país tan supicaz como Venezuela, especialmente por aquellos que triunfan, se inventó esa idea, que ha pasado a ser uno de los lugares comunes de nuestra vida pública, pero que nos es cierta, lo que tratamos de  cerca a Caldera, nosotros a lo largo de 45 años, casi medio siglo, sabemos que eso no fue así. Todo lo contrario. Pero era un hombre concentrado, de grandes silencios.

No es exagerado decir que fue Caldera hombre que tocó diversos campos de acción en todos fue relevante y en todos dejó obras fudamentales: como bellista, su Andrés Bello(1935), comienzo de su trabajo de revalorización de la figura de Andrés Bello(1781-1865) al escribir un libro pionero, aun vigente, con diversas ediciones y traducciones a las más importantes lenguas. Luego encabezó todas las pesquisas bellistas en compañía del profesor Pedro Grases(1909-2004), las dos cabezas del bellismo contemporpaneo, aquí y acullá; como laboralista su Derecho del Trabajo(1939); como sociólogo su Idea de una sociologia venezolana(1953) y sus Temas de sociología venezolana(1973); como internacionalista tanto El bloque latinoamericano(1961) como Parlamento mundial: una voz latinoamericana(1984); como biógrafo sus Moldes para la fragua(1962); como proyectista legal nuestra primera Ley de Trabajo y su reforma; como constituciuonalista: su labor como presidente de la comisión que redactó la Copnstituciuón de 1961, la de mas larga vigencia en nuestra historia, y su necesario proyecto de reforma(1992), que de aprobarse nos hubiera dado una democracia aun más contemporánea que la que habíamos tenido, esta había sido buena pero podía haber sido mejor, además el tiempo contemporáneo se había acelerado con grandes logros civiles, y hasta el comunismo había caído como un castillo de naipes(1989). Como político su acción fue amplísima: creador del socialcristianismo en Venezuela, hombre de leyes en todo momento de su acción pública. Como Presidente en dos ocasiones sus realizaciones fueron singulares: estas, desde luego, no pueden examinarse solo mirando los hechos politicos externos sino sus realizaciones administrativas. Una de las más singulares: fue su decisión de subida unilateral de los precios del petróleo, el 26 de octubre de1973. Para algunos, siguiendo una idea de Vargas Llosa, ese día fue “el día que se jodió Venezuela”. Pero de haberse adminsitrado bien la riqueza que nos dio habría ofrecido un nuevo tiempo para el país. Pero ya sabemos lo que hizo Pérez con aquel inmenso patrimonio. Con la decisión de Caldera Venezuela era, en 1974, el único país del Tercer Mundo que podía asegurar su desarrollo.

Hay que comprender a Caldera entero: fue el hombre quien antes de cumplir los viente años, rodavía fresco el cadáver del dictador Gómez, esbozó en dos artículos publicados en El Universal, de Caracas(enero 15 y 22,1936), lo que debía ser la política social del país. De allí partió su interés por los problemas del trabajo y por la clase obrera, que él examinó, ya en aquellos días, a partir de la Doctrina Social de la Iglesia, ya que siempre fue un humanista cristiano.

Caldera nunca dejó su cátedra universitaria, siempre estuvo cerca de la gente jóven, siempre estimuló las vocaciones intelectuales que surgieron a su lado, por ello siempre fue el profesor Caldera: esto no debe ser olvidado.

Su acción politica se inició en 1936 y no se detuvo. De hecho hay una algo que nos gustaría subrayar: vivió dentro de Venezuela las dos dictaduras, las de Juan Vicente Gómez(1857-1935) y la de Marcos Pérez Jiménez(1914-2001), de allí su clara idea de lo que eran aquellos régimenes, esto le dio una experiencia y viovencias muy particulares.

Caldera ganó las elecciones de 1968. Por primera vez pudo Copei derrotar la gran maquinaria de AD. Fue entonces cuando se produjo algo que leemos en El suicidio del poder: cuando se dice que Herrera Campins le robó el partido(p.115), en verdad esto no lo hizo el acariguénse, sucedió antes, y fue obra de Pedro Pablo Aguilar, en el momento en que Caldera y se equipo se alejaron del partido para organizar el gobierno, es decir es hecho de fines de 1968, o comienzos de 1969. Ello pudo ser, la raíz de lo que terminó sucediendo después de las elecciones de 1983, que fue cuando apareció lo que los socialcristianos, del ala calderista, denominamos el “parricidio”, cosa no sucedida ni en AD, ni en URD ni en el PCV.

Luego, Zapata salta en el tiempo, hasta 1992, pero soslaya un hecho anterior: en el momento del Caracazo hay un gran discurso de Caldera en el parlamento(mazro 1,1989), allí de adelanta a lo que dirá tres años más tarde, el día del golpe, que Zapata axamina. Fue un singular discurso este del Caracazo. Cuando al día siguiente, en la sesión del 2 de marzo de 1989 Gonzalo Barrios(1902-1993) respondió a Caldera no dejó de afirmar, lo sabía bien, “el laberinto que estamos andando es tan efectivamente enrevesado”. La izquierda, a través de Moisés Moleiro(1937-2002), vio con buenos ojos ambas intervenciones, las consideró el inicio de una reflexión, desgraciadmente aquello llegó hasta allí.

Luego anota Zapata: “en 1992, Chávez ha intentado derrocar a Pérez y el expresidente Caldera se ha lucido con un discurso en el parlamento legitimando el golpe de Estado”(p.243-144). Esto no es así, es solo un producto de una lectura chavista de su famosa peroración. Esta, piensa Manual Caballero(1931-2010), llegó a ser más importante que el golpe de aquel día. Fue Chávez quien dijo que Caldera se había subido a la ola del 4 de Febrero. Lo que Caldera hizo al hablar aquella trarde fue “explicar” la situación del país y el por qué del golpe, ver el mar de fondo que se vivía, que era muy grave. Fue aquella arenga la de un politico que supo cual era el lugar y por qué debía usar la palabra, incluso en contra de su propio partido, ya alebrestrado contra él. Era imposible que uno de los creadores del sistema democrático, él único que estaba vivo ese día, Betancourt y Villalba habían fallecido, aprobara el golpe, no lo hizo. Pero no se ha sabido leer aquel discurso sin ánimos caldeados, sin prejuicios, es decir sin juicios previos. Varios autores opositores, incluso, sostienen esto, pero es incierto. Allí está clara la condena del golpe, lo consideró “censurable y condenable en todo forma” es “deplorable y doloroso incidente de la sublevación militar” e indicaba que este había sido “felizmente frustrado”.

 

1994: LA SEGUNDA PRESIDENCIA

 

Sobre Caldera hace esta acotación Enrique Tejera París(1919) en sus memorias. Lo que dice es plenamente válido, “accedió a ser presidente por segunda vez. ¡Y como se lo han cobrado!. Pocas veces en la Historia se ha visto tal ensañamiento. Es cierto, contra un error; pero también contra un hombre de figura señera por su honestidad, por la importancia de sus inonovaciones politicas y por su papel en asentar la democracia venezolana”.

Nos sentimos obligados a hacer la observación que sigue. Sentimos que el error que le atribuye a Caldera es el relativo al sobreseimiento a Hugo Chávez. No fue un error. Primero se impuso la tradición venezolana del perdón al insurgente, que nos venía del tiempo del presidente José María Vargas(1786-1854), del criticado “Decreto mostruo”(1836), decreto condenatorio de los golpistas de aquella madrugada, fue entonces cuando apareció la voz de Tomás Lander(1787-1845) condenandolo en su famosa “Petición”(marzo 30,1836), página magna de la venezolanidad, pidiendo ecuanimidad, allí por primera vez apareció la idea de que Venezuela es “una sociedad de cómplices”; b) cuando triunfo liberal en la  Guerra Federal se divulgó el Decreto de Garantías(agosto 18,1863); c) cuando la Pacificación(1969) de los guerrilleros, precisamente puesta a andar por el propio Caldera y ejecutada por su Ministro de Relaciones Interiores, Lorenzo Fernández(1918-1982). Segundo, por ello, con razón, se consideraba, en 1994, el campeón por la paz por su politica de “pacificación”, la cual había dado resultados plenos, puso fin a la insurgencia guerrillera, ya derrotada, plenamente, tanto politica como militarmente. Por ello quiso hacer, a partir de 1994, la paz militar, tras los golpes de 1992.  Tercero: la politica de los sobreseimientos, que no es ni perdón ni administía, había sido iniciada por el presidente Carlos Andrés Pérez y proseguida por el Dr. Ramón J.Velásquez(1916),  así cuando Caldera llegó, en 1994 al despacho del Palacio de Misia Jacinta ya se habían otorgado más de doscientos sobreseimientos, a lo cual se vieron empujados nuestros mandatarios por el alto número de oficiales activos implicados en los dos sucesos de 1992(febrero 4; noviembre 27) y se consideró que era necesario hacerlo, pues el ejército perdería cerca del 25% de sus oficiales activos. Caldera como expresidente estuvo siempre informado de aquella decisión. Velásquez en el momento de tomar posesión, pero desde antes como Senador que era. Cuarto: la decisión pacificadora del presidente Caldera fue tomada en el Comando de su campaña en 1993, en una de estas reuniones estuvimos presentes, como miembro de la fracción cultural del mismo. Por ello, fuera de apoyar lo hecho por Caldera, y sentir siempre la incompresión de muchos, nos hemos sentido obligados a afirmar públicamente, más de una vez, que nos sentimos corresponsables de la medida, así no haya sido entendida. Y quinto: Chávez no fue presidente por la decisión de Caldera sino porque los venezolanos lo eligieron con sus votos. Así de sencillo. Los únicos libres de toda culpa somos los que nunca votamos por Chávez, los que estuvimos en desacuerdo con él por el intento, frustrado, de golpe de Estado, y porque para nada, nunca, íbamos a votar por un militar sino por un civil, esa era ya, en 1998, la tradición forjada desde las elecciones del 7 de diciembre de 1958, ganadas por un civil, Betanocurt. No hay que olvidar, y con esto cerramos esta acotación, lo que le costó al país tener presidentes civiles, solo cinco en el siglo XIX, todos durante muy poco tiempo, sobre todo el destacadísimo Pedro Gual(1783-1862). Y, verdaderamente, el primero fue el maestro Rómulo Gallegos, realmente el primer venezolano civil elegido por votación universal, directa y secreta, por la multitud de venezolanos que le dieron el 75% en los votos, contra el 26% de sus dos contendores, entre los cuales estaba aquel dia el joven Rafael Caldera, de treinta años, ya los socialcristianos eran la segunda fuerza politica del país. Debemos, desde luego, reconocer que el primer venezolano elegido como Gallegos, históricamente hablando, fue Manuel Felipe Tovar(1803-1866) en 1860, cuando el voto universal, directo y secreto, más allá del censitario, que habíamos tenido desde 1830, había sido aprobado en la Constitución de 1858(artículo 81). Pero el magnífico señor Tovar, un civil, fue elegido en plena Guerra Federal(1859-1863) y creemos, así lo hemos estudiado, que los únicos que verdaderamente votaron por él, hombre de excepción, eran quienes habitaban en la Provincia de Caracas, razón tuvo Guillermo Morón(1926) al anotar sobre la elección de Tovar: “elecciones, llevadas a cabo como Dios quiso, en medio de feroz contienda”.

Los otros presidentes civiles, en el siglo XIX, fueron, además de Tovar, Vargas, Pedro Gual, Juan Pablo Rojas Paúl(1826-1905) y Raimundo Andueza Palacio(1846-1900). Y de alli hasta 1947 cuando fue elegido Gallegos, aunque cayó como consecuencia de creer los militares que eran la única norma que había en el país. Civiles fueron los presidentes de la República Civil. Por ello, también, fue una entelequia elegir a Chávez, un oficial, quien rompió la esencia de lo que fue la República Civil. Debemos retornar a nuestra tradición: el civilismo.

 

¿QUÉ ES EL SOBRESIMIENTO?

 

Prosegimos con el libro de Zapata. Ya que un hecho que hay que explicar claramente la esencia del el sobreseimiento otorgado a Chávez no fue un perdón, como señala el autor(p.219). Hay ante esto que saber, juridicamente hablando, estos hechos: hay tres palabras distintas: “amninistía”, “indulto” y “sobresimiento”. La amnistía es un acto legslativo que deja sin efecto cualquier consecuencia de la acción punible para las personas que pueden estar involucradas en los hechos, al hacer una especie de borrón y cuenta nueva sobre lo ocurrido. Ni siquiera pueden ser procesados por los delitos en cuestión, quedando exonerada toda persona de cualquier responsabilidad por ley especial. A la vez “indulto” y “sobresimiento” son actos particularizados sobre las personas que ellos contemplan. No se trata de decisiones de alcance general sino individual. El “indulto” es un perdón que se otorga a quien ya ha sido condenado por una sentencia firme que lo declara culpable de cometer uno o varios delitos. El “sobreseimiento” es la terminación anticipada de un proceso penal en el que aun no ha habido sentencia y que se declara concluido por razones de interés general. La medida de sobreseimiento no consiste formalmente en un perdón, porque no ha habido condena, ni implica un juicio de valor sobre la concucta del beneficiario de la medida. El juicio podría terminar en una condena o absolución y se termina anticipadamente, no con el fin inmediato de favorecer al procesado sino con el propósito de satisfacer una aspiración colectiva. Por ejemplo, para lograr la paz pública. El Presidente de la República no puede otorgar una amnistía pero si es facultad suya en los casos de indulto y de sobreseimiento. Y, desde luego, tampoco tiene facultades para inhabilitar politicamente a nadie. Todo esto hay que tenerlo claro. Por ello, insistimos, Chávez no fue presidente porque Caldera le otorgó el sobreseimiento, como a la mayoría de sus compañeros golpistas, sino porque los venezolanos votaron por él para que fuera elegido. Fue, para nosotros, un  acto de analfabetismo politico, Desde luego, también,  se podria pensar en la llamada “Conspiración del 98”(p.154), a la que alude Zapata, fue aquello una decisión de los empresarios, de la gente con poder económico, lejanos a las personas que aquel domingo salieron a votar por el oficial, creyendo erróneamente que pondría orden. No se dieron cuenta, posiblemente nadie lo explicó, que los militares están inhabilitados por su propia formación para el ejercicio de la politica activa. Hasta el Libertador lo advirtió en sus días. He aquí varias de sus máximas sobre este asunto: 1)“Aunque un soldado salve a su patria, rara vez es un buen magistrado(junio 4,1826); 2)” Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno, es el defensor de su libertad. Sus glorias deben confundirse con las de la república, y su adición debe quedar satisfecha al hacer la felicidad de su país”; 3): “El sistema militar es el de la fuerza; y la fuerza no es gobierno”; 4) “Una dolorosa experiencia ha mostrado cuan incompatibles son las funciones de magistrado y de defensor de la República: muchos reveses hemos sufrido por estar reunidos el poder militar y el civil, pues un hombre solo no puede atender a la conservación de la paz y al ejercicio de la guerra, y un hombre solo difícilmente reúne las virtudes y los talentos que requiere el tribunal y el campo”, palabras todas de Bolívar que hablan por si mismas. Y, además, demuestran el desconocimiento de Chávez de su pensamiento.

Y en aquel momento de 1998 debimos volver a recordar que lo que había dado paz y sentido a nuestro ejército profesional, a lo largo de las décadas de la República Civil, fue lo acordado por la Constitución de 1961, según la cual “Las Fuerzas Armadas Nacionales forman una institución apolítica, obediente y no beligerante”(Artículo 132). Pero negros nubarrones estaban saliendo aquel día. La Constitución de 1999 daría derechos politicos a los militares y sus consecuencias las hemos visto. Es tema este intesante y largo, pero no toca tratarlo aquí pese a su singularidad. Sobre esto hay que también volver a citar el discurso de Jorge Olavarría(1933-2005) en el Congreso Nacional(julio 5,1999), en presencia del propio Chávez en lo que le recordó este y otros puntos de este grave asunto, observando el ideario castrense del Libertador.

Todavía falta aun mucho para comprender, con el sentido sereno y equitativo del análisis, con la balanaza de la justicia por delante, para poder ver hacia el lado que se inclina en cada caso. Sin embargo, la segunda presidencia de Caldera nos dio cinco años de paz y estabilidad, en medio de muy difíciles dificultades. Todavía todo ello no se ha visto. Creemos que el análisis de estos cinco años deben partir de dos observaciones de Manuel Caballero, a quien citamos tantas veces por ser quien mejor ha examinado nuestro siglo XX. Sobre el segundo gobierno de Caldera escribió que fue “una mezcla de renovación y convervación”, el cual pese al “estruendoso derumbe institucional, el sistema sobrevivió durante un quinquenio”.

Llegó Caldera a ser presidnete, gracias al gran compromiso que significó el “chiripero”, elecciónes en las que logró destruir el bipartidismo(p.155). Después, dado lo difícil que fue todo, el pacto institucional pervivió y fue grande el apoyo de AD en el parlamento, gracias a las acciones de Luis Alfrado Ucero(1922-2013), el Caudilllo, su Secretario General. Más aun, cuando el MAS, que formaba partte del “chiripero” fue gobierno en Miraflores y oposición en el gobierno, algo inexplicable.

En verdad, si Caldera detuvo el “paquete” perecista fue al principio, luego, el 12 de marzo de  1996, rectificó, vio claro el panorama internacional, el neo-liberalismo era lo seguido, fue cuando pronunció su célebre frase “Solo Dios sabe lo que he ha costado tomar esta decisión”. Fue entonces que llamó a Teodoro Pettkoff(1932) al gabinete. Pero logró realizar politicas que a Pérez lo habían fracturado, tal el aumento del precio de la gasolina. Ello nos ha recordado siempre lo que siempre pensó Richard Nixon(1913-1994) de John Kennedy(1917-1963): por qué triunfaba en aquello que él nunca logró hacerlo. Hay sobre ello una signficativa escena en la película “Nixon”(1995)., de Oliver Stone(1946), sobre ello. La razón era que Caldera fue siempre, como Kennedy, un politico intelectual, que todo lo pensaba con cuidado, pasando hasta la media noche en su despacho, en cambio ni Pérez era un hombre preparado y se lanzaba muchas veces, todos lo vimos, sin pensar. Tal, para nosotros, uno de sus graves talones de Aquiles.

 

 

PEREZ

 

Siendo El suicidio del poder la historia del fin de la República Civil, su personaje central lo es Carlos Andrés Pérez, sobre todo por los días de su segunda presidencia, aunque hay referencias interesantes a la primera, siempre bien examinada por Zapata.

Veamos: cuando Pérez logró encontrarse con la izquierda, con sus intelectuales, por vez primera, en su primer gobierno, como dice Zapata, no fue por sí mismo, sino gracias a Francisco Herrera Luque(1927-1991), su embajador entonces, y gracias a la presencia del presidente mexicano Luis Echeverría(1922). Fue Pancho Herrera quien los invitó, también a otros democrátacas, nosotros estabamos aquella noche en el Círculo de Militar. Recuérdese que las vinculaciones Herrera Luque-Pérez venían de los tiempos de la campaña electoral cuando Herrera Luque fue su psiquiatra. Ahora aquel día, recordamos vivamente el discurso de Pérez agradeciendo a Echeverría que aquello hubiera sido posible. No perdió Pérez la oportunidad de lo que preparó Herrera Luque, quien sabía que la izquierda siempre venía con buenos ojos al gobierno azteca, y no a Pérez, de allí que aquel era el momento. Recordamos aun las palabras de Pérez, fue a las 9,30 de la noche del  sabado 27 de julio de 1974 en el Círculo Militar, desde luego aquella copiosa lista de invitados no pudo ser hecha por la cancillería mexicana sino por la embajada venezolana, y a través del buen ojo de Herrera Luque.

Por cierto, en este libro nunca se menciona a Herrera Luque, personaje fundamental de este período, claramente desde 1961 cuando publicó Los viajeros de Indias, aunque había iniciado su trayectoria pública cuatro años antes al publicar dos estudios psiquiátricos en sendos folletos.  Fue Herrera Luque, y por ello nos interesa aquí, el primer intelectual nuestro en comprender las graves dolencias y los males que ya aquejaban a la democracia venezolana, ya a comienzos de los años ochenta. Pérez no solo lo humilló sino que el perecismo aun no le ha perdonado sus rectas desnuncias de corrupción en el mundo diplompático, que hizo cuando fue su embajador en México. Fue Herrera Luque uno de estos hombres-faros del país. ¡Cuanta falta no ha hecho en los tiempos de chavismo¡, que el vaticinó, primero en una declaraciones en 1990 y en otras en los meses finales de su vida y más larde en su novela 1998, cuyo pratogonista es quien ganó las elecciones del año del título. Igual, cuanta falta nos ha hecho, además de los suyos, los análisis de Carlos Rangel(1929-1988), Juan Nuño(1927-1995) y José Ignacio Cabrujas(1937-1995), tal aquella tetralogía de hombres-país. Uslar Pietri habló sin parar hasta el final, muy apensadumbrado y solitario, y Manuel Caballero analizó día a día aquel suceder, lo que lo hacen el primer estudioso del régimen de Chávez.

“Betancort aseguró que [Luis]Piñerúa(1924-2001) perdió la presidencia por culpa de mi gobierno derrochador, corrompido, saudita e indigestado de petrodólares”(p.88). Y estaba, el viejo líder en lo cierto. No tanto por que Luis Herrera Campins(1925-2007) hubiera ganado sino que en aquel momento nuestra democracia estaba herida de muerte. Y, por los hechos económicos, que son los que engendran las crisis politicas. Fue con Pérez que cayó la democracia. Y en su primera presidencia, el 31 de diciembre de 1977, cuando se sacaron las cuentas del año y se comprobó que aquel había sido el primer año sin superavit fiscal después de la muerte de Gómez. Y lo peor: en el momento en que la nación tenía la mayor suma de recursos de su historia hasta ese momento. Pérez había fracasado, pocos lo comprendieron entonces, era aquella una información que si se divilgó pocos la tomaron en cuenta. Otros, ni siquiera, la comprendieron. Ha sido Manuel Caballero el único que la ha historiado. Su relevancia es muy grande. Tal lo que historiador guaro anotó: “Durante cuatro años, el país, además del sueño del liderazgo tercermnundista, de nacionalismo y de perspetivas de despegue economico, una borrachera de consumismo. Los venezolanos viajaban a todas partes del mundo, comprando, gracias a los petrodólares, los más caros e inservibles cachivaches. Miami se convirtió en el mercado de los venezolanos y Disneylandia en el escenario obligado de las vacaciones de los niños de la clase media. Pero así como de las pesadillas, de los buenos sueños también se suele despertar. Eso hizo que el gobierno de…Pérez, que parecía esta destinado a ser esa culminación gloriosa del auge de los gobiernos democráticos, se volviera también el primero del derrumbe. En 1977 se comenzaron a sentir sus primeros extremecimientos, los signos primeros de una crisis que estallaría ruidosamente en febrero de 1983”.

 

LA PRESIDENCIA QUE COMENZO CON LA CORONACION

 

Hay en pasajes de este libro análisis de Zapata con los que coincidimos, a veces están expresados con las mismas palabras nuestras, muestra de que la meditación sobre nuestra tragedia la compartimos.

Una la podemos formular así: ¿por qué produjo siempre tantas resistencias la persona de Pérez?. Además, nos parece claro, que la suerte que siempre acompañó a este poitico en los días de su segunda presidencia lo abandonó, lo dijo adiós(p.74 y 77).

Y ello, pese, que siempre se puede y debe decir que fue un democrata, que respetó las leyes, que respetó a los adversarios, hizo obra, pero cometió errores, graves algunos. Y como dice Zapata: “El problema no es equivocarse sino lo seguido de las equivocaciobes”(p.213), todos los politicos los cometen, es imposible que ello no suceda, pero hay algunos en que la gente les termina dando la espalda sin misericordia. Eso fue lo que sucedió. Especialmente por haberse metido a “gurungar” la economía, sin un examen previo de la realidad venezolana, paso previo, siempre, a la instrumentación de una nueva politica.  

Una de sus errores fue no escuchar a quien debía. Hay testimonios de Gonzalo Barrios y José Agustín Catalá(1915-2011) que lo avalan. A Catalá le dijo que cada vez que aparecía en su despacho en Miraflores lo que hacía era incordiarlo con sus observaciones. Al parecer solo escuchó a los que lo adulaban, y lo llevaron al precipicio.

“A Carlos Andrés Pérez, en 1989, las bases del modelo venezolano lucirán agotadas, los líderes y los partidos desprestigiados entre sí, por los ataques mutuos, implacables, unos con otros, que debilitan los soportes del sistema”(p.22-23).

Dice Zapata que fue “El primer presidente de la democracia que logra la reelección”(p.24), en verdad no se puede llamar reelección a una nueva elección, con diez años de separación entre una y otra. Para ser reelecto hay que estar electo, es decir, ejerciendo la presidencia en el momento de volver a ser elegido. Eso es así, incluso filológicamente. Aunque, desde luego, está este otro asunto: no son aconsejables nuevas presidencias de antiguos presidentes. Nadie debe ser Presidente sino una vez, la ley debe disponerlo así. Aunque no negamos que hay excepciones, pero escasas. Tal el caso de Alan García(1949) durante su segunda presidencia. Era joven cuando dejó el cargo, pudo pensar y reflexionar, ver los graves errores que había cometido y pudo ser un muy buen presidente la segunda vez, algo reconocido hasta por sus antagonistas, hay ejemplos varios sobre el punto en el libro que comentamos. Pero esto es una excepción. Veremos pronto el derrotero que tomará Michelle Bachellet(1951) en su segundo mandato, ya hay signos de que se puede equivocar y crear una grave situación, sobre todo si se propone hacer todo aquello que Salvador Allende(1906-1970) no pudo hacer. Tiene que darse cuenta que, entre otras cosas, han pasado tres décadas de aquel gobierno y Chile, desde 1989, ha tomado otras rutas. Que piense bien lo que va a hacer.

Cuando Pérez tomó posesión en 1989, después de un avasallante tiunfo en 1988, 53% de los votos, “llegaba con la aureoloa de reformador”. Su antecesor, Jaime Lusinchi, había sacado el 57% de los votos, la más alta votación obtenida por un candidato durante la República Civil.

Pensó hacer la gran reforma con el “Paquete” pero este fracasó. No porque no fuera un proyecto con sentido, sino porque ni siquiera fue anunciado durante la campaña, nadie, sino su asistentes, lo comocían. Y AD cometió el error de avalarlo sin haberlo si siquiera estudiado.

Pero el “Paquete” fracasó, para nosotros, que los hemos estudiado con atención, sin aversión hacia Pérez, lo que inválidaría cualquier análisis. La razón fue porque el “Paquete” fue una importación. No se examinó previamente nuestra realidad con ojos inteligentes. Se olvidó lo que hay que hacer para innovar, según Octavio Paz(1914-1998), “modernizar es adoptar y adaptar. También es recrear”. Olvidó también el sentido más hondo del “Inventamos o erramos” del viejo don Simón Rodríguez (1769.1854). Y en su gabinete, con gente joven y bien formada, pero no preparados politicamente, olvidaron las consecuencias politicas de los hechos económicos. Esto lo hemos corroborado, viendolo en equellos años, leyendo, además, las obras publicadas, los documentos públicos y entrevistando a los ministros de Pérez. Además, era imposible pedir sacrificios a la población sin que la élite dirigente no los hiciera primero. Y la convivencia paquete-corrupción fue intolerable. Por estas razones, el país lo adversó, fue opbligado a aceptarlo. Sobre el error que hemos señalado escribió Vargas Llosa(p.23), “las polticas económicas eran ‘liberales’ de nombre, pero no de contenido…la corrupción hacía el efecto de un veneno que destruía y envllecía las reformas”.

Asi el presidente que había logrado más del 50% de los votos, convirtió su presidencia en una amarga experiencia, esta fue resumida así por Manuel Caballero: “En la primera[situación], 1989, se hizo evidente que había perdido al pueblo; en la segunda, 1992, que había perdido al ejercito; en 1993 no solo que había perdido el gobierno, sino algo peor: había perdido el poder”.

 

EL CARACAZO

 

Unas breves anotaciones sobre El Caracazo(febrero 27-marzo 1,1989), como se la denominado comumente, fue un grave hecho sucedido a los viente y cinco  días de la toma de posesión de Pérez y de la llamada “Coronación” en el Teatro Teresa Carreño.

Fue llamada también la insurección de los pobres de Caracas contra las medidas económicas del nuevo gobierno. Fue una inmensa alteración, siempre considerada brote espotáneo, con grandes saqueos y más de trecientos muertos, abaleados por el ejército, fallecidos, la mayoría, cuando ya la situación se había dominado. Dada su gravedad, fue objeto, casi inmediato de diversos análisis. Entre ellos, la única discrepancia, es la del historiador Ramón J.Velásquez, quien piensa que una hecho como aquel debió ser previamente organizado por algún grupo. Lo que nos interesa aquí es solo una pregunta: ¿por qué tras un hecho de aquella magnitud, en que se pidió a Pérez una rectificación de sus politicas, contra las cuales se expresó la protesta, pese a haber anunciado rectificaciones, no las hizo sino que inmediatamente dio órdenes a su equipo de proseguir con el “Paquete”. Así lo indica Mirtha Rivero. Y por terminar, desde luego, el Caracazo, no fue antecedente alguno del golpe de Chávez como él lo propaló una y otra vez.

 

EL 4 DE FEBRERO DE 1992

 

El segundo hecho que desestabilizó la presidencia de Pérez fue el intento, frustrado, de golpe de estado, la madrugada del 4 de febrero de 1992.

Nuestra personal interpretación fue que tras el Caracazo y el levantamiento militar, comenzó Pérez a vivir las consecuencias lo sucedido, no creemos que psicológicamente haya logrado recuperarse ni del Caracazo, ni del 4 de febrero. El el error final fue el primero de todos: no solo la Partida Secreta sino la conspiración de su partido contra él, fueron ellos, aunque hasta hoy no se haya podido establecer con certeza quien lo hizo, fueron manos adecas quienes pusieron las pruebas en manos de José Vicente Rangel, quien fue quien las hizo públicas, pese a haber sido él quien salvó a Pérez con su voto, el único, de la controversia por el barco Sierra Nevada, en 1980. Este había sido un acto de corrupción, como el del Fragatas Misilisticas, ampliamente documentado por los estudiosos de la corrupción, especialmente por los de Ruth Capriles Méndez y su equipo. Le robó Rangel con su voto una posibilidad a la democracia venezolana: la de juzgar delitos cometidos en el ejercicio del poder.

Pasaron los días, la crisis siguió, la conspiración militar también, no hubo forma de convencer al Presidente de aquello, los hechos terminaron sacudiendolo.

La crisis fue constante, todos los días de su gobierno, tanto que le fue difícil gobernar. Y sobre todo ser el orientador politico de las consecuencias del “Paquete”. Fue así, tanto que hasta su renuncia estuvo redactada, él no solo la conoció sino autorizó que fuera redactada, lo hizo uno de sus más destacados asesores, un hombre que siempre estuvo con él. Pese a todo, con dolor, pudo expresar: “La verdad es que al final, todos se comportaron de manera irracional”(p.187).

El final, pese a todo, fue ejemplar. Supo actuar y dar un gran ejemplo. Ello desde el momento en que su edecán Rommel Fuenmayor le trajo la noticia con la decisión de la Corte Suprema de Justicia contra él. Se paró de la mesa, donde almozaba con sus ministros y asesores, y dijo: “Todo ha terminado”. Y se retiró a su despacho. El mismo redactó su discurso final(mayo 20,1993). Nadie participó en ello. Cuando Simón Alberto Consalvi(1927-2013), quien había llegado desde Washington, lo revisó solo le añadió una frase: “hubiera preferido otra muerte”. Pero fue de Pérez el mejor diagnóstico: que su caída era obra de la “rebelión de los naufragos”, ellos son los que hoy gobiernan al país, vivimos otra vez los tiempos de Ño Pernalete con sus Mijiquitas al lado.

Desde aquel 20 de mayo de 1993, día de su suspención, dio un gran ejemplo como democráta pleno, al día siguiente, entregó la presidencia a Octavio Lepage(1923). Acató la ley, hizo vivo su eslogan de ser un hombre que “va de frente y da la cara”. De ese ejemplo hablamos con él la última vez que conservamos, en un restaurat del este, antes que saliera definitivamente del país.

 

LA CAIDA DE LA REPUBLICA CIVIL

 

Pero cuando se produjeron las elecciones de 1998 estabamos ya al borde del final de la República Civil. Dice Zapata con  agudeza: “Se puede afirmar que 1)la primera señal de la quiebra de la élites económicas fue no entender el paquete de Pérez. 2) La segunda señal, la pugna y crisis bancaria; 3) La tercera señal, creer en Caldera como salvador del modelo. 4)La cuarta señal, entregarle más de los necesario a la campaña de Hugo Chávez, ignorando la características del personaje…;5) La quinta señal, creer que a Chávez se le podía manejar como habían calculado manejar a…Irene Saez”(p.214).

Y prosigue explicando que ya en 1998, “el presidente[Caldera], convencido del complicado escenario politico para los partidos y la democracia de partidos”(p.218). Recuérdese que en 1993 él había roto el bipartidismo AD-Copei, al ganar las elecciones.

Pero hay otro hecho que no se ha señalado, pese a estar sucediendo: no se observó con la atención debida el declive del sistema. Aquí están los números:  en las elecciones de 1983: los partidos, AD y Copei, obtuvieron el 79% de los votos: en las de 1988: 74%; en las de 1993: 46%, en esos comicios la Causa Radical obtuvo el 20%, más votos que el MAS, el 10%; en 1998: 39% cuando AD y Copei apoyaron a Enrique Salas Römer. En adelante, las estadísticas no son confiables.

Teniendo en cuenta que estabamos frente al abismo, que los partidos y dirigentes siempre pensaron que el poder les duraría para siempre, cosa que nunca sucede, puede ser largo pero un día acaba. Mientras, “Son los partidos los que se destruyen entre sí, a sus líderes, y al sistema”(p.130). Y,además, mucha gente, de los partidos y de la economía, pensaron: “Aquí, en Venezuela, hay suficiente experiencia de ubicarese a tiempo al lado del poder para evitar la aplanadora”(p.149). Y, desde luego se equivocaron de nuevo.

Con relación a las elecciones de 1998 queremos añadir una observación más, es relativa a Irene Sáez: creemos que no tiene sentido referirse a Irene Sáez en su acción pública siempre enfatizando que fue Miss Universo(p.215), ya que tras su actividad como tal se graduó en Ciencias Polticas e hizo un postgrado en Administración Municial, estudios que obligó a cursar, ya como Alcaldesa de Chacao, a todos los directores de su Alcaldía. En 1993, cuando fue candidata, ya había desarrollado una muy buena gestión en la Alcaldía de Chacao, la que ella misma había fundado. Desde luego, cometió un error, fue desde luego engañada por un amigo, cuyo nombre conservamos, espujándola a ser candidata presidencial cuando debió nominarse, era su lógico desarrollo, como candidato a la Gobernación de Miranda. Luego, el otro error, algún día se sabrá de quien le llegó el consejo, cuando su candidatura crecía, la empujaron a la alianza con COPEI que ya sabemos como terminó. Fue su candidata pero a última hora le dieron la espalda y apoyaron a Salas Römer. Además, en el momento en que se alió con COPEI, este partido, como AD, eran mal vistos, y la candidatura se desinfló. De no haber hecho hubiera llegado como segunda en las elecciones de 1998.

Y, apoyado Enrique Salas Rómer, como candidato de su partido pero apoyado por AD y COPEI, se cometió otro error. Este cerca de las 6npm del día de las elecciones, estabamos de visita en su comando, se negaba a reconocer el triunfo de Chávez, que ya se conocía al medio día. Al final lo hizo. Pero no se dio cuenta que al ser el segunda en la contienda había sido nominado como Jefe de la Oposición, no actuó como tal. Al día siguiente, visitó al doctor Uslar Pietri y eesapareció. “Cosas veredes, Sancho amigo”, como le dijo Don Quijote a sy fiel escudero.

 

 

CHAVEZ

 

La segunda parte de El suicidio del poder, es “La hora de los caudillos”, está dedicada a Chávez. Desde que este apareció en nuestra escena, sobre todo durante la campaña de 1998, nos dimos cuenta que estabamos ante un neo-caudillo. Aunque sabíamos, por nuestra historia, que estos habían desaparecido en 1903, junto con las guerras civiles, en la batalla de Ciudad Bolívar, que puso final también en la llamada Reolución Libertadora, la última guerra caudillista que tuvo el país(diciembre 19,1901-julio 22,1903). Pero apareció uno nuevo, que para nada tenía sentido alguno de la realidad, quien solo pensaba en el pasado, nada en el presente y muy poco en el porvenir, se hizo presente.

Para analizar a Chávez creemos que se hace necesario tener mucho cuidado cuando se le estudia pues muchos hechos, algunos anteriores, fueron alterados por él y por la propaganda de su gobierno, de muchos se han conocido las versiones que el Comandante porpaló, muchas de las cuales no son ciertas, son tergiversadas.Y no nos referimos solo a la historia. Siempre, cuando nos referimos a este Presidente, ha venido a nuestra pluma aquella frase del maestro Gallegos “el llanero es mentiroso de nación”, ya que Chávez siempre cambió las cosas para ponerlas a su favor así no fueran ciertas. En historia terminó creando lo que hemos denominado “Las falacias históricas del chavismo”. Pero hubo muchas más.

Ya sabemos que el oficial comenzó a conspirar casi al salir de la Escuela Militar; en que 1983 juró con otros oficials en el Samán de Güere. Todo el resto de su peripecia es bien conocido.

El siguiente período es de quince años, se inició al ganar las elecciones y concluyó con su deceso.

Destaca Zapata su discurso de la noche del 6 de diciembre de 1998 en el Ateneo de Caracas, pareció conciliador, Zapata lo piensa(p.246). Para nosotros fue todo lo contrario. La idea del eje Orinoco-Apure, su intento de neo-ruralización de un país urbano como es el nuestro, nos dejó perplejo y angustiado. Allí, quizá apareció el perfil suyo que dice Teodoro Petkoff: la mezcla de Robespierre y Danton, “dos personalidades en un solo hombre”(p.246), lo que ya nos habla de su bipolaridad, de su enfermedad mental, de su narcisimo patologica, que analizo el psiquiatra Eloy Silvio Pomenta, comprobado hoy por otros análisis, más grave aun en una personalidad que nunca tuvo equilibrio, ni ningún dominio de si mismo. Con George Jacques Danton(1759-1794) aparecía el conciliador: con Maximalim Robespierre(1758-1794) el agresivo destructor, a este las fuerzas moderadas, los Girondinos, entre los cuales estaba nuestro Francisco de Miranda(1750-1816), lograron derrotarlo. Como el Jacobino el barinés  sólo quería todo el poder para él. “y se desborda”(p.246) por ello de las formas que le pudimos observar.

No es una casualidad que hablemos de un neo-caudillo, ya que Chávez venía de Pedro Pérez Delgado, Maisanta(1882-1924), su bisabuelo natural, un gamonal de nuestras guerras civiles. Este actuó en contra el signo de su tiempo: cuando comenzó sus acciones contra la dictadura ya las contiendas civiles habían acabado. Igual que le sucedió al bisnieto: quiso establecer una revolución cuando el período de estas se había cerrado, cuando se derrumbó el Muro de Berlin(noviembre 10,1989), una década antes de que el se juramentara en el Palacio Federal, faltando, por cierto, a la Constitución, llamándola “moribunda”. Llegar tarde fue el signo de personajes siniestros, tarde llegó a la guerra Pedro Carujo, quien primero intentó asesinar al Libertador(1828) y más tarde derrocar, estando borracho, al presidente Vargas. Tirando su espada sobre el escritorio del repúblico, le dijo que el mundo era de los valientes. Vargas le contestó que este era el del hombre justo. En aquel palique el valiente fue el sabio Vargas: no tuvo miedo ante la fuerza bruta de aquel oficial. Tarde llegó Maisante. Y más tarde su bisnieto, queriendo hacer una revolución cuando estas habían desaparecido.

El otro personaje que mucho influyó en él, llegó a conocerlo en Lima, fue el general Juan Velasco Alvarado(1910-1977), un dictador militar, destructor de la democracia peruana. Después apareció el neo-nazi, antisemita y golpista argentino Norberto Ceresole(1943-2003).

Antes de la llegada de Chávez a Miraflores, los partidos tradicionales, los únicos en nuestra historia por los cuales votaron millones de venezolanos, habían perdido su presencia. De hecho en las elecciones de 1998 protagonizaron una comedia. De hecho Chávez no acabó con ellos, como él le gustó decir, los propios partidos acabaron con ellos mismos, se eliminaron a si mismos, por sí mismos.

Y los siempre cercanos, la gente pudiente, apunta Zapata, “Se auotoengañaron porque el Chávez candidato no les ha ocultado nada. Carlos Andrés Pérez lo venía advirtiendo”(p.240).

A poco el nuevo Presidente, logró la aprobación de su autoritaria Constitución(1999), allí el presidente tenía tales atruibuciones que estabamos en presencia de una dictadura constitucional, como lo indicó el maestro Uslar-Pietri. Esta eliminaba el “carácter no deliberante de la Fuerza Armada; el poder concedido al presidente para decidir sobre los ascensos militares; la supresión del Congreso bicameral, que debilitó la representación regional del poder legislativo y el contrapeso de las dos cámaras; el fortalecimiento del presidencialismo y la extensión del período presidencial a seis años con reelección; la pérdida de equilibrio entre los poderes; la iinclusión de un capítulo sobre derechos indígenas desproporcionado para un problema inexistente; la reafirmación de una orientación estatista e intervencionista” (p.269-270). Y el remate: “Chávez ha demostrado en estos trece años de poder[que] no admite que nadie le lleve la contraria”(p.270). Además, enfatiza, “Con Chávez, han prevalecido los negocios de los gobiernos…Primero lo intereses. Luego la democracia”(p.204).

Analisis ejemplar es el que nos ofrece Zapata a lo largo de este capítulo, pero largamente lograda aquella parte relativa a los sucesos del 11 de abril de 2002 y la presidencia de Pedro Carmona Estanga(abril 12-13,2002). Con estos hechos se cierra el libro.

El por qué del fracaso de Carmona, así se moleste el economista conservador. cuando ello se diga. Pero fracasó él y el país como consecuencia de su carencia de buenos ojos politicos, y además, de ciertas personas que lo acompañaban, como en este libro se verifica a través de precisas citas.

Las razones a las que nos referimos la expresa claramente Zapta al escribir: “1) Primero: Carmona Estanga ha unido el gremio empesarial; 2) Segundo: unido el gremio, Fedecámaras toma posesión del liderazgo y, dentro de Fedecámaras, él de manera indiscutible; 3) Tercero: Carmona Estanga y Fedecámaras son los artífices del primer golpe politico contra Chávez: el paro del 10 de diciembre de 2001; 4) Cuarto: con esa derrota, el poder del chavismo se requebraja; 5) Quinto: requebrajado el poder del chavismo, el pueblo, los partidos, los sindicatos, la sociedad civil en general, toman aliento, se dan ánimo; 6) Sexto: Carmona Estanga derrota a Chávez a punta de paciencia, argumentos, serenidad, mostrando las armas del trabajo y del esfuerzo, de la empresa y de la creación de riqueza; 7) Séptimo: es así, como en diciembre de 2001 se ha convertido, después de Hugo Chávez, en la figura más representativa del páís. Es la alternativa; 8) Octavo: cualquier politico que se escogiera como presidente no garatizaba la unidad de la transición, Por lo menos, hasta el 12[de abril] en la madrugada; en realidad, era Carmona Estanga quien podía garantizar esa unidad. Para la Asamblea Nacional, [Luis]Miquilena manejaba la opción del diputado Alejandro Armas de las filas disidentes del chavismo. Porque sonaba que buena parte de la fracción parlamentaria roja(se habla de 15 diputados) le daba la espalda a Chávez; 9) Noveno: Carlos Ortega(1940), el líder sindical, no había podido unir ni siquiera a la CTV: 10) Décimo: la Iglesia no está interesada en nombrar cura presidente; 11) Undécimo: después de la experiencia de Chávez, lo natural es que resultatra inconveniente un militar presidiendo el poder; 12) Duodécimo: no hay politico  con suficiente prestigio que una al país. No era Miquilena. No era Petkoff. No era [Alejandro]Armas.¿Qué dirigente de partido?”(p.349-350).

Por ello fue nombrado. No creemos que quede duda que cuando salió de Venvisión esa noche, aunque diga lo que diga, es verdad, no se fue escondido, pero si salió con la idea de ir a reunirse con los militares en el Fuerte Tiuna.

Fue Presidente, dos días. No estaba preparado para serlo, su gran preparación era otra, esa nadie la discute, ni nosotros para quienes la figura de Carmona será siempre la de un hombre que un momento de mil dificultades no estuvo a su altura e hizo un gran daño. Quizá pudiera pensarse que un Golpe de Estado, cuando estos habían desapartecido en América Latina, era un error. Pero lograr que Chávez renunciara era un deseo colectivo: de allí la gran manifestación del 11 de abril: esta fue una rebelión popular. Pero ninguno de los marchistas, varios murieron cuando fueron abaleados por orden de Tiburón Uno, es decir Hugo Chávez. Pero nadie quería lo que Carmona hizo. Todos queríamos democracia. En cambio, Carmona, con su Acta lo que hizo fue destruir la democracia, eliminar todos los poderes. El día de la lectura del Acta y de la autojuramentación fue una hora triste para el país. El Acta era conocida, en el libro Zapata señala que fueron enviadas con antelación 12 copias. Nosotros conocíamos que Jorge Olavarría fue considerada por él, un constitucuionalista, recibió una de esas copias. Es “un adefesio constituciuonal” les dijo a aquellos que se la llevaron. Pero Carmona no escuchó a nadie. Y cosas peores: al llegar a Miraflores no cambió la guardia que custodiaba al Presidente, cosa que un politico hubiera hecho, inlcuso antes de llegar al Palacio.

Al día siguiente, el documento fue publicado en fotocopia por El Universal, una de los jóvenes que rodeaban a Carmona quiso ser nombrado Jefe de la Guardia Presidencial: un cargo que siempre ha ejercido un militar. Aquello era de hecho no sólo un error sino una gravísima alteración de una tradición, provocada por aquel joven venededor de armas.

La situación en el Palacio de Carmona era tal que un oficial, de la guardia de Chávez, le dijo al profesor Brian Nelsón que si él hubiera querido habría podido haber entrado al despacho presidencial y matar a Carmona.

Luego, además, pese a la concertación Fedecámaras-CVT-Iglesia, no logró entenderse ni con Carlos Ortega y le dio la espalda a Miquilena, quien hubiera podido lograr que Carmona tuviera el apoyo de la Asamblea y, desde luego, una juramentación constitucional. Y no aquella comedia, que parecía una fiesta en La Esmeralda, que fue el momento de la autojuramentación. De hecho aquella noche lo que pudo suceder fue que la nación estuvo más cerca que nunca del inicio de una dictadura de derecha, encebezada por Carmona. El general Efraín Vazquez Velasco refirió al profesor Brian Nelsón que después de haber visto la Autojuiramentación y la lectura del Acta,  una vez terminado el acto, salió con la idea de organizar el derrrocamiento de Carmona. Esto fue lo que nos explicó la cara que vimos por televisión a aquel oficial, jefe del pronunciamiento, mientras se leía el Acta, Carmona se autojuramentada y la gente presente firmaba el acta.

Hubo otro hecho anterior que no hemos olvidado, seguimos por televisión, como todo el país, todo el proceso de ese día. Cuando Carmona: sudado, mal vestido, sin corbata, anunció que el sería el nuevo Presidente, previo pidió permiso a los Generales para hacer el anuncio. En esos momentos, y en las horas siguientes, cada vez que los periodistas se acercaban a hacerle preguntas sobre decisiones que debía tomar, Carmona contestaba “eso lo resolveremos mañana”, error gravísimo cuando estaba obligado a actuar con celeridad. Los venezolanos que recordamos la madrugada del 23 de enero de 1958 vimos, después de haber huido el dictador, como rápidamente se instaló el nuevo giobierno, se juramentó el nuevo Presidente y el gabinete. Carmona no hizo eso.

 

 

 

 

SUGERENCIAS DE CORRECCIONES

 

Hay a lo largo de El suicidio del poder algunos errores corregibles, todos los que indicamos son de orden documental, no interpativos. Veamos: Los que señalamos son errores documentales, no interpretativa. Veámos: 1)la crisis bancaria de 1994 se inició bajo el gobierno de Ramón J.Velásquez, fue entonces cuando se intervino el Banco Latino(p.30); 2) El presidente Lusinchi no nació en Clarines sino en Maiquetía, Estado Vargas, donde también fue bautizado, ello está documentado en los papeles de su expediente universitario en el archivo de la UCV, en donde están ambas partidas. El nombre de su papá fue Manuel Gregorio Chacín. Es decir que se llama Jaime Chacín Lusinchi, pese a que como hijo natural no usa el apellido paterno(p.42); 3) “Presagio” de García Márquez, que él había anunciado como cuento nunca fue hecho como tal, la idea se transformó en un  guión de cine(p.47); 4) la novela de Vargas Llosa que cita como Leyenda de Maita se tituló Historia de Mayta(p.53); 5) el discurso de Caldera en inglés, durante su primer mandato, fue pronunciado en el Congreso de los Estados Unidos, no en la ONU, en donde no era necesario por ser el español uno de los idiomas de la organzación(p.82); 6) tras hacerse leer Doña Bárbara, por su secretari, el Dr. Antonio Requena, Juan Vicente Gómez ofreció a Gallegos el cargo de Senador no de Ministro de Educación. El escritor prefirió tomar el camino del exilio y desde Nueva York envió su renuncia(p.106); 7) donde se lee “Dominica” debe leerse “Dominicana”(p.197);

 

 

 

 

 

 

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