Entretenimiento

París pachanguero

(%=Image(8397336,»L»)%) Es sábado por la noche y estamos ahora en una de las discotecas que ultimamente tienen mucho éxito en París, El Latina Café, en Los Campos Eliseos. El sudor lava los cuerpos que se mueven sudando en medio de las pistas colmadas, la luz tamizada, dorada, rojiza, el frenesí que produce el baile de la salsa es atenuado por la falta de espacio, por el exceso de asistentes, uno se siente metido en una lata de sardinas donde hace treinta y siete grados de temperatura Por falta de espacio la gente baila, no hacia los lados, cosa imposible, sino saltando, subiendo y bajando y rozándose, frotándose, hombres y mujeres, jóvenes en su mayoría, europeos, africanos, antilleses, hispanoamericanos.En las escaleras y los mostradores no cabe un alma, cada persona con un coctel o una cerveza en la mano y la espuma que se derrama de los vasos rebosantes. ¡Perdón!, ¡excuse! hay que empujar, abrirse paso, para ir a las pistas o para ir al bar o para ir a los servicios; » ¡es el infierno !», dice Mikaela, una estudiante antillesa.

Para entrar a esta nueva discoteca (no tiene más de tres años de fundada) es ya toda una odisea, hay que hacer la cola, hay que esperar en la calle fría del invierno. En París en raro hacer cola para entrar a una discoteca, hay tantas y tan buenas. Eso muestra que algo extraño está pasando por aquí. Desde hace más o menos siete años en París y en otras ciudades y pueblos de Francia proliferan los conciertos, las fiestas y las clases de Salsa. Los europeos se están dando cuenta de que el sol, a través de la Salsa, los ritmos afro-caribes y la cultura latina, también puede calentar en invierno. Y es que en el antiguo continente es la fiebre. También los italianos, alemanes y suecos están bailando la Salsa, se están impregnando de la cultura y de la sensibilidad latinoamericana que es caliente, picante, mestiza y tropical. Es un fenómeno planetario, hasta en los helados países del este de Europa, las antiguas.

naciones comunistas se baila Salsa. Al recalentamiento del planeta, acontecimiento negativo, corresponde el » recalentamiento» de las poblaciones del norte, evento muy positivo ya que son nuevos valores los que se afirman, como por ejemplo el «realismo mágico» y la «innata» alegria de vivir propia de la sensibilidad afro-amerindia y latina que, dicho sea de paso, posee una confianza inquebrantable en la vida. Así, hace poco, al preguntarle a Compay Segundo, tras su fama y su éxito rotundos, que es para él lo mejor de la vida, no vacila en contestar que lo mejor es vivir, estar vivo. «Tengo 92 años y todavía tengo la alegria de vivir. Mi problema es la alegria de vivir», dice, (1). Y Felipe Ferrer, del Septeto Habanero, comenta entre dos conciertos, uno en las afueras de París y otro en Senegal : » El entusiasmo es nuestro, lo que más nos llena de alegria es saber que la gente aquí posee cada vez más de entusiasmo por nosotros, cada nuevo año que venimos a Francia , ese es nuestro mejor regalo del público europeo»,(2). Hasta hace un par de años el público francés prefería la música «vieja»de Cuba, el Son, pero ahora y cada día más la Salsa conquista su corazón y embriaga su cabeza. Muchos turistas que vienen a Francia se quejan de la frialdad y del carácter huraño y ensimismado de los franceses. La Salsa, y el espíritu latino, enseña a ser alegre, a abrir los brazos al otro, a ser comunicativo y a sonreir, incluso al desconocido de la calle, como signo de paz y reconocimiento.

Hasta hace sólo unos 10 años en París existían un par de discotecas y bares latinoamericanos, hoy se cuentan por docenas y se siguen abriendo a un ritmo acelerado. Hasta hace poco los cursos de Salsa no existían, ahora se cuentan también por docenas y las discotecas para atraer a los clientes ofrecen cursos para iniciarse o perfeccionarse en la salsa. De tal manera que en París ahora es posible ir cualquier día a bailar o a aprender a bailar la Salsa.

Y es que tanto en Estados Unidos, país donde la comunidad latinoamericana, mestiza, logró en estos últimos años, afirmarse como unidad cultural, social y económica, siendo el español de los «hispanos» la segunda lengua y la comunidad hispana la segunda más importante, como en Europa, vemos un interés creciente por la cultura y la músicas latinoamericanas: la Salsa, el Merengue, la guaracha, el Son y el Mambo, el Chachacha y la Charanga. En Francia hay conciertos con las mejores orquestas como la Orquesta Aragon, El Septeto habanero, y el grupo Niche, se presentan los mejores solistas como Celia Cruz, Willy Colón, Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Oscar de León, Rubén Blades. Se editan revistas como la «Revista Latina», «Latina news». Otras revistas, como Trad Magazine y Jazz Magazine, dedican capítulos enteros a la música tropical venida de América Latina. Aquí mismo se está creando y produciendo la música. La moda latinoamérocana en su dimensión más caliente, su tendecia Caribe, se ve por todas partes: en la publicidad, en la moda o arte del «bien vestir», en el cine, en la radio,en los centros comerciales, en los bares y cafeterias, en las empresas, en la comida y en la cerveza, . Ahora la «tendance», lo distinguido y elegante en París es lo latino, lo salsero. !Quién iba a pensarlo !, !qué sorpresas da la vida!, la juventud burguesa y aristócrata y real europea bailando esa música de los » bajos fondos «, esa música salida de los exclavos negros llevados por los españoles como mano de obra regalada a América, esos ritmos que aún no hace muchos años eran prohibidos por la racista clase dominante en Cuba. Pero ahora, en Francia, para estar en la onda se «debe saber bailar salsa». Y no parece que sea una simple moda pasajera. Ante el estilo de vida basado en la carrera contra el reloj, en la vida individual super programada, codificada, hasta en el más mínimo detalle, ante el exceso de racionalismo, ante una vida reducida a perseguir la Quimera de los mil y un fines sin fin, ante una vida limitada al eterno retorno del » boulot – métro – dodo » (trabajar, tomar el transporte, dormir), ante todo eso la gente «se pellizca», se da cuenta de que necesita encontrar formas alternativas de existir, de divertirse, de apasionarse, de celebrar la alegria de vivir. La gente está descubriendo por fin, y eso lo vemos en la importancia que ha adquirido ultimamente «el día de la música » y los eventos musicales, cada vez más numerosos y seguidos activamente por millones de personas, viejas y jóvenes, en Francia y en muchos países, la gente descubre la verdadera finalidad de la vida que es todo menos ese incesante ajetreo entre la necesidad y la persecución de todo tipo de fines para satisfacerla y paradojicamente aumentarla, ¿hasta dónde?. Hasta el infinito que brutalmente viene a interrumpir la muerte.

¿A qué se debe ese entusiasmo por la Salsa? A que es una música endiablada e infernalmente alegre y afirmativa y saludable, una vitamina de felicidad.

La salsa en Francia y en Europa se extiende como un virus, cuyo remedio para acabarlo no existe todavía, como un huracán que a su paso borra y acaba con todo lo viejo. Las orquestas de Salsa figuraban hasta hace pocos meses dentro de las quince mejores ventas de cada mes y la única frecuencia que difunde dicha música, Radio Latina, ha visto casi cuadruplicar su audiencia en los dos últimos años.

Asistimos entonces a una especie de neo-mestizaje cultural y musical: las tradicionales canciones de Edit Piaf y de Jacques Brel convertidas al ritmo de la Salsa. Lo que hizo recientemente el cantante colombiano Yuri Buenventura con la famosamente triste canción de Brel «Ne me quitte pas» («No me dejes»). En la versión original de Brel la canción da ganas de sentarse a llorar por la sensación del carácter irrevocable del abandono y de la separación, por la sensación del quejumbroso y lastimoso «traumatismo » ocasionado por la dependencia edipiana. En cambio, en la interpretación de Yuri Buenaventura la
canción, la letra, sigue siendo triste pero gracias a la música, al tempo, a la clave, al » humor simiesco » expresado por el ritmo, ya no dan ganas de sentarse a llorar sino de reir y de pararse a bailar . Todo eso quiere decir que se está saliendo del europeocentrismo, Europa está metamorfoseándose al » » ponerse en el pellejo del Otro «, al asimilar e integrar al Otro, al diferente, a la cultura diferente del Otro, del «tercer Mundo». El neo-mestizaje consiste en este caso concreto de la canción de Brel, en la «conquista del territorio», aquí el «cuerpo» y «alma» de la canción, en la captura de su código, en la mezcla y luego en la transmutación de la esencia de este código: el paso de la tristeza a la alegria, y es que la facultad principal de la Salsa consiste en tratar cualquier problemática, por dura y horrorosa que sea, siempre dentro de un ritmo alegre y bailarín, un humor afirmativo, una afirmación hasta en el corazón mismo de la negatividad, de la sordidez, de los bajos fondos.Esto último lo sentimos muy bien en la canción de Rubén Blades titulada «Pedro Navaja» o el destino trágico, la prostitución y el asesinato, de los emigrantes latinoamericanos pobres en Nueva York. Neo-mestizaje que supone las etapas previas de la «conquista», la seducción, la «colonización», y la transmutación de la sensibilidad, en este caso francesa y europea, que en adelante es mestiza, mezclada, múltiple, atravesada por corrientes del norte y del sur, corrientes afectivas de las zonas frias y heladas, anglosajonas, y de los espacios cálidos y tropicales, caribeños, de esa América, no del norte ni del sur sino del Caribe, ese crisol de razas y de pueblos, esa zona del medio, esa frontera entre norteamérica y latinoamérica, ese «subcontinente» mágico, exuberante, ardiente, allí donde el sol enceguece por su claro resplandor y el agua del vasto océano bulle en la proliferación de millones de diminutOdiamantes.

A diferencia de ciertas músicas recientes como la Tecno, la Salsa igual que el Tango tiene la magnifica cualidad de que es un baile que se hace en pareja lo cual hace posible el diálogo, el contacto estrecho, corporal y sensual con la pareja,el enriquecimiento mútuo. . En este sentido la Salsa es una danza intempestiva que va en contra de las tendencias actuales de la sociedades más avanzadas donde el individualismo y la urgencia de autonomía individual a llevado a que el individuo, hombre o mujer, baile solo, solo como un autómata triste en medio de una pista repleta de gente, y eso por la gregaria pasión de seguir la corriente del «bastarse a si mismo», por no tener que molestarse en ir hacia el otro, en pedirle al otro que baile, por el orgullo vanidoso de quedarse encerrado en si mismo, por la tendencia general del hundirse cada vez más en el » autismo solipsista «. Tendencia que se observa también en el empleo dado al desarrollo acelerado y creciente de la comunicación indirecta, a través de las máquinas, del teléfono, del fax, del cine y de la vídeo pornográfica, del email y del colmo de la decadencia, de la muerte, de la comunicación humana directa: el cibersexo. Contra toda esa alta tecnología que se puede convertir en nueva plaga la Salsa y la música tropical nos permiten intercambiar y compartir, no con fetiches ni ídolos virtuales sino con personas de carne y hueso en una comunicación humana, sensible, sensual y calurosa.

Los orígenes de la salsa

Pero la Salsa, que tiene sus orígenes en el Caribe, nació en el camino, no en la cuna sino en la tierra de emigración por excelencia, en Nueva York, la «capital del mundo», el terreno de todas las mezclas,de todas las étnias, de todas las lenguas, de todos los intercambios, de todas las fusiones, de todas las novedades, allí donde todos los flujos, económicos, sociales y culturales del planeta » bullen » y se cruzan.Aunque ya por los años treinta un Son cubano tenía como título : » Echale Salsita » y una orquesta venezolana, en 1966, El Combo Latino sacó su » Llegó la Salsa » sin embargo la Salsa fue desarrollada por los emigrantes hispanohablantes, cubanos, puertorriqueños, dominicanos. Los que sufrieron el exilio y luego se adaptaron y cambiaron y se convirtieron, presionados por el medio ambiente, en algo muy diferente a lo que habían sido en su tierra natal pero que a la vez lograron salvar sus raíces y su identidad a través de la afirmación de su cultura original. La Salsa fue construida a partir de ritmos afrocubanos como el Son, nació, como el Tango en Argentina, en el barrio pobre, en los «bajos fondos» de Nueva York. Fue la manifestación artística y cultural que permitió la unión y la idenficación de una comunidad de emigrantes.

¡A bailar!

La mayor parte (más del 80 por ciento) de los asistentes de las discotecas de Salsa son europeos. Algunas de las
discotecas donde se puede bailar Salsa en París son La Coupole, 102, bd du Montparnasse, 75006; Les Etoiles, 61, rue du Château d’Eau, 75010; La Java, 105, rue du Fbg-du-Temple, 75010; Le Bajalo, 9, rue de Lappe, 75011; Le Divan du Monde, 75, rue des Martyrs, 75018, etc..

Notas:

(1) Entrevista hecha por Huberto Suárez para la Revista Latina n° 2, Paris 2000.

(2) Entrevistado por César Cancino después del concierto dado por el Septero Habanero el 2 de junio de 2000 en el Forum de la tienda Fnac de Noisy Le Grand, a 10 kilómetros al este de París.

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