“Aplastar” y “quebrar”
Constituyen dos verbos transitivos que el presidente TRUMP ha utilizado para deslastrarnos, potencialmente, de la rémora chavomadurista, cada uno con sus acepciones respectivas según el DiRae: “aplastar”, derrotar, vencer, humillar; “quebrar”, templar, suavizar o moderar la fuerza y rigor de algo, vencer una dificultad material u opresión, romperse, disminuirse o entibiarse, ceder, flaquear, entre otros.
Pero, cuando ignoramos la filología o estudio de una lengua, que, por obcecaciones y resquemores, hacen surgir frases infelices y contradictorias, tales como: “A Venezuela no la aplasta nadie”, sin reparar en que dos negaciones podrían generar una afirmación, comprenda NM que su régimen está EXECRADO por la comunidad de naciones que respalda, decidida e íntegramente, al presidente interino Juan Guaidó, puesto que el sistema socialista y el reconcomio inadmisible y enfermizo de sus líderes, traducido en odio visceral, solo promueve una devastación ruinosa en cualquier Estado nación, tal y como lo ostenta, hoy por hoy, el caso Venezuela enfrentada, hoy día, con su mejor cliente por antonomasia.
En efecto, Venezuela, por descaro y desvaríos de una dirigencia obtusa, reprobada (quebrada) y apisonada contra el suelo, no por amenaza exógena alguna, sino por las contradicciones y tiranía de sus dos últimos gobernantes, uno de ellos en ejercicio actual como usurpador y en resistencia burda a la transición democrática, por lo cual, envuelto en su desespero, pretende invalidarla en búsqueda de culpables por su ineficacia y desidia, obvias tanto dentro como fuera del país, sin confusión ni reparo alguno, ante toda comunidad conciente y crítica por la dirigencia de un socialismo funesto, retardatorio, sectario, engreído y desesperanzador.