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El huevo de la serpiente: Desequilibrio económico institucional, en posición de ruina

En la fábula de Plinio, convertida en tragedia greco romana, los huevos de la serpiente tenían el poder de la eterna juventud,como tales flotaban en las aguas de los ríos y mares contra corriente y podían correr contra viento. Plinio respondía que ello era magia y así logro llevar la historia a la tragedia, quien robaba los huevos ignoraba que, si las serpientes no lo alcanzaban, no representaba para ellas problema alguno, ellas existían en los huevos robados, y que sus manos volverían serpientes, solo el tiempo lo lograba. La otra parte de esa tragedia, la real, llevo a Plinio, un científico de las ciencias naturales a morir estudiando Vesubio en erupción. 

De la historia a la tragedia, el curso de Venezuela por el camino de una revolución socialista, idéntica todas las que conocemos, encontramos curiosos y perversos fenómenos causados por la agenda de asfixiar y acabar el capital privado, precondición político-institucional dirigida a crear un sistema de servilismo, un régimen de sometimiento del ciudadano a un sistema fundado en la dependencia del presupuesto -ingreso y el gasto del Estado.  

La constitución y sus leyes crearon una estructura de la propiedad privada, la cual abarca hasta los derechos de propiedad sobe la vivienda, sector sometido a un régimen de intervención.   

En esas condiciones la depredación del mercado inmobiliario de viviendas y otras actividades económicas fue restringido para dar paso a un masivo sistema financiero de blanqueo de capitales en el mercado inmobiliario.  

El caso del debilitamiento extremo de los derechos de propiedad de las viviendas, por regulación y discreción del Estado nos sirve para mostrar el derrumbamiento de los derechos de propiedad fenómeno que se ha conducido vía expropiaciones violentas.  

Alegórico a la historia contada  por Plinio y traída en el inicio de esta nota,  encontramos como la reacción social y política de la sociedad, pese que se inició desde el mismo momento del arranque de la revolución, el rol del conocimiento en la sociedad fue deslucido, mediocre, descompuesto y totalmente desafinado con la realidad político institucional y su impacto en la economía nacional ya entre 1999 y 2003 y que graficamos con una colosal salida de capitales, inflación y caída violenta de la actividad economía (-13% en 2001).  

La opinión publica en relación en lo que a la economía se refiere se ha concentrado en el estatus de la macroeconomía,  una típica reacción de una economía, donde la teoría económica y el análisis económico se convierten a la “ingeniería social” dado que anterior al problema macroeconómico, hemos visto el derrumbe del rule of law, destrucción de instituciones, el desmantelamiento de lo poco que teníamos economía de mercado, un mundo donde los precios ya no existen como instituciones del intercambio, oferta y demanda. 

A la sociedad venezolana le toca hoy vivir las mismas experiencias de aquellos países que en Asia, Europa, África y América vivieron o viven en el socialismo. En nuestro caso, la intelligentzia venezolana  no interpretó el peligro, los grupos políticos, todos de la familia del socialismo, no estaban preparados para proyectar la manera como en el futuro cercano un país podía empobrecerse en dos décadas, hoy a vastos círculos la política se ha desdoblado de la realidad política y económica, mantenidos por la corrupción y el narco tráfico, no podrán asimilar, y contrario a la lógica, muchos han preferido mimetizarse y mutar en la periferia de esa ideología empobrecedora.  

¿Quizás la tragedia en los huevos de la serpiente de Plinio sea un caso ficcional de una realidad, para que correr con los huevos de la serpiente en la mano para escapar de las serpientes?  

Al cabo de 20 veinte años, ¿qué tenemos? Un Estado propietario de las dos terceras parte del PIB, activos en ruina, con escaso valor intrínseco, la plataforma de un déficit fiscal que sobrepasa el 50% del PIB, el restante tercio el tamaño de  la economía privada -incluidos consumidores y trabajadores  como desempleados- solo la quinta parte de los que era en 1998, la hiperinflación y el envilecimiento del bolívar, –debased– , la escasez y la penalización  sobre la libertad, propiedad y derechos de propiedad, por inseguridad de la vida, constituyen la cosecha de aquella lógica, como el obeso mórbido, nada lo calma, el déficit fiscal es ilimitado.  

El analista económico cae en la trampa de la ingeniería social, cree que con un cambio de las políticas macroeconómicas volverá el orden espontaneo y la mano invisible, factores institucionales sin los cuales no hay crecimiento económico. La comprensión de fenómeno económico desee el inicio de la revolución con la nueva constitución, era necesario, por ejemplo, para poder conocer que, hacia finales de la primera década del 2000, Venezuela daba muestras de la hiperinflación y el estrato que causaría, la reacción del mainstream económico era que en un país petrolero no había hiperinflación, ¡pamplinas fritas!  

Los orígenes de esos fenómenos son diversos; de allí nuestro paralelo de la Tragedia de los huevos de la serpiente de Plinio,  ninguno es autogenerado, ni auto sostenible, todos nacen de un complejo sistema económico fundado sobre el interés de un Estado/Gobierno, un ente capturado por grupos de interés políticos, mercantiles y militares, en el cual el eje de ese poder político pivotearía en el gasto para alimentar y sostener ese ente,  y en la naturaleza de su ingreso fiscal y por control de los precios, del mercado y de los derechos de propiedad; la trilogía vital de la historia del individuo racional, del homo economicus. La ingeniería social no permitió comprender el fenómeno institucional que traería la economía al colapso y su destrucción. 

Este es el mecanismo que garantiza que el impacto negativo redistributivo que causa el gasto publico creciente como la gula del obeso, más ingreso, creando una curiosa tautología financiera y monetaria que genere ingresos fiscales adicionales al gobierno, para drenar el capital de la gente, los privados y con ellos, el impuesto inflacionario, pagar el crecimiento del Estado,  una  balanza económica utilizada para empobrecer, por consecuencias intencionadas, momentos es los cuales el individuo desprevenido cuelga de la faz de la paradoja sin apreciarlo con anticipación. Un mal ejemplo de uso del conocimiento en la sociedad (Hayek).

Es la esencia de ese esquema redistributivo, independiente de cómo se financia ese gasto, sean impuestos, deuda, o windfalls como el ingreso petrolero, el gobierno se encargará de hacer del dinero un símil fiscal, el dinero existirá en su forma nominal y solo satisface a los depredadores y quienes medran del Estado, y en la otra forma, como mecanismo de pago y como demanda de dinero, digamos, por razones precautelativa.  

En manos de la gente, ese dinero envilecido lo ha empobrecido y seguirá empobreciéndolo hasta el final, donde, por ejemplo, hablemos de una caja CLAP  “matahambre» y la Estado de Servidumbre lo hagan dependiente del mendrugo oficial, él es parte de esa nomina i hasta que el fenómeno se convierta en vorágine y la violencia social, ya en el terreno, fracture la geografía política del país, un típico fenómeno africano, natural de un Estado Fallido, y del cual no está nadie inmune, una vez que el caos y la sobrevivencia del Estado Fallido decida que el país se desintegra en pedazos, aun siendo una República, fracturada y pobre, muy pobre. Una amplia geografía del país ya avanza sobre esa perversión, ciudades, pueblos, tienen mafias que controla al ciudadano inmerso en esa pobreza.

Es la tragedia del venezolano quien mientras más rico y poderoso es el Estado/Gobierno y los grupos de interés que lo depredan, más pobre es el ciudadano, su medio ambiente le impide sobrevivir, escapa y emigra, literalmente hablando, hasta el momento en que el gobierno cierre la jaula. Venezuela estaría entrando en ese umbral, donde el trade off entre la paz y la violencia social esta dictada por el poder de los grupos que viven de la violencia, un sector que crece a gran velocidad y los que utilizan las armas en poder del Estado quienes al final buscaran sobrevivir uno sobre el otro. La división político territorial del país ha dejado de tener sentido ante esa atroz realidad, las fronteras entre los Estados, en muchos de ellos simplemente no existen; desde Bolívar hasta el Zulia, una diagonal dibuja un país desintegrado. 

En ese plano, para que el ingreso fiscal petrolero, especie de windfall, operaba como grasa del sistema, los grupos de interés, políticos, militares y mercantiles se aseguraron de que la renta del recurso, petróleo, fuese propiedad del gobierno, la gran creación de JP Pérez Alfonso, el Estado rentista-  que la propiedad de la renta, el régimen dispone que ella fluya al gobierno como ingreso fiscal, regalías o derechos, impuestos y dividendos  a sí mismo, lo cual es realmente risible, pero la política es así. La paradoja nos lleva a la tragedia, y no al revés, era el propósito de la Esfinge que ella impuso a Edipo, con la obligación de conocerse a sí mismo. Edipo, respondió la interrogante de la Esfinge, es el hombre…y su vida fue perdonada, se encargarían los huevos de la serpiente, acabar con Edipo Rey.   

Cuando el windfall se acaba, como realmente ocurrió, como todo maná, rentan al Estado/Gobierno fueron por lo que los ciudadanos habían ahorrado, la hiperinflación y el impuesto inflacionario, la depreciación de la deuda de ese Estado, la devolución y el orden jurídico que mutila derechos de propiedad se encargaron de trasferir ese poder de compra al gobierno. Este es el momento, o umbral que hoy vive el venezolano que no dispone de recursos para emigrar, independiente que el flujo migratorio este aproximándose a los 10 millones en los próximos tres (3) anos, a juzgar por el actual ritmo de 2500 a 3000 migrantes diarios.  

Ese fenómeno no pertenece solamente al régimen de Chávez y Maduro, viene de los tiempos de Betancourt -quien junto con JP Alfonso decidieron hacer realidad lo que R Betancourt expuso en su libro, Venezuela Política y Petróleo donde el objetivo final era el de la nacionalización del petróleo. También aparecen en el mismo orden Luis Herrera y Jaime Lusinchi, pero a un ritmo más lento, la balanza migratoria se hizo negativa hacia mediados de los ochenta con el razonamiento del dólar y las mega-devaluaciones del bolívar que lo acompañan desde 1982 hasta hoy.  

Ese proceso de violencia política y la caída del ingreso per cápita -expresado en moneda dura ($)-  junto con la (hiper)inflación, contribuirían a la masiva fuga de capital humano, fenómeno acelerado por la llegada de la violencia militar y los golpes de Estado que nos dijo claramente que la partidocracia mal llamada democracia llegaba a su fin con la dirección de uno de sus creadores, Rafael Caldera, el último presidente de esa cosecha centralista, nacionalizadora y creadora de un país potencialmente con hambre; un resultado fácil de ser pronosticado fenómeno que  venía acompañado de migraciones masivas por un lado y de hambre por el otro lado. El primer factor económico e inscrito en la historia de muchos países de ese comportamiento económico de gigantismo del Estado, por un lado – enriqueciendo- los grupos de la clase política encargados de la redistribución de la renta del petróleo y por el otro empobreciendo a la mayoría que no tenía “acceso” de ese windfall de ingreso petrolero.

Así llegaba al final la ‘Venezuela petrolera’, cuyo colapso aparecería cuando el mecanismo de renta petrolera creado por JP Pérez Alfonso y R Betancourt, al momento del colapso de la industria petrolera fenómeno que era fácilmente predecible una vez que los cambios instituciones aceleraría al de la nacionalización de 1975. Las fuerzas de la violencia política y social acelerarían el proceso de destrucción de la industria petrolera, ya castigada por el alza de los costos marginales y la caída de la renta del petróleo ya en tiempos donde los cuales esa renta no podría pagar los problemas nacionales los cuales en el pasado era capaz de tapar huecos sociales y políticos con el manejo redistributiva de la renta del petróleo.

Al caer precipitadamente la renta del petróleo -en términos per cápita-  a finales de 1988, la fractura de la nación comenzó a ejecutarse, los grupos de la violencia social se aliaron con militares junto con grupos de privilegiados que vieron sus beneficios resbalar montaron la cacería contra el gobierno de esos días -CAP II-  y con  el portaestandarte de militares y otros líderes políticos, Caldera y un grupo de dirigentes que sentían el escalofrío de la violencia revolucionaria, jugaron al golpe y la violencia pensando que su colaboración les perdonaría su legado. La participación de los partidos de la partidocracia mal llamada democracia, la Republica fallece para dar origen a una revolución política que traía como meta reventar los derechos de propiedad y transferir al Estado ahorro, y el trabajo del ciudadano.  

La fórmula impuesta es igualar salarios e ingresos, lo cual en un entorno de mayor igualdad en la medida que crece la pobreza, crea las condiciones de fractura política, institucional mencionada arriba como un standard africano. Como puede verse en un análisis de ingeniería social -de tipo macroeconómico- no podía comprender ni mucho menos ayudar al hombre de a pie a que entendiera que vivía en unas tierras que fue enjuiciada y castigada para que se arruinada.  

En pocos años, esa relación del ingreso fiscal que paga el gasto es perversa, dado que los incentivos en juego  son los que los controlan , grupos  políticos, mercantiles y militares, -en asociación al narcotráfico la política del día se convirtió en el oficio de saquear el Tesoro de la Republica y descapitalizar la industria petrolera nacional, dislocar los acuerdos comerciales, industriales y económicos con empresas internacionales,  expropiarlos, lo que nos ha puesto en el estrado de tribunales internacionales como Estado fallido por más de treinta casos, incapaz de respetar contratos, para nombrar los más importantes– perversa porque como los incentivos de captura de la lenta  tiene movimiento perpetuo, la renta no produce dolor producirla, cuando es por ejemplo, esfuerzo privado.  

Venezuela tendrá serios problemas, gobierne quien gobierne, al tratar de retornar al mercado internacional una vez que camine por un rumbo que permita resolver el síndrome de Estado Fallido con nexos terroristas, y cuelgue la reestructuración de la deuda traída por sus asesores, delfines de los multilaterales, la corrupción no tendrá que irse, los multilaterales traerán algunos fondos que serían repartidos, así la corrupción de proyección internacional y la relación con el narcotráfico y mafias blanqueadoras de capitales,  factores de poder estos dos últimos, ligaditos, que se extendieron a todo el continente, bajo la violencia del Foro de Sao Paolo, muchos de ellos en franca lucha para desligarse de los nexos del narco tráfico, con grandes dificultades porque la red del narco tráfico y el narco-estado está conformada por sectores políticos, las fuerzas armadas nacionales, las policías y  grupos de interés dentro de sectores financieros y empresariales. 

Así, los que capturan se convierten en dolientes, y cuando ese privilegio peligra, como ocurrió con las reformas económicas en 1989, la violencia del Estado, armada y política asume la defensa de sus intereses, léase privilegios, a cualquier precio, así paso dos veces, en febrero 1989 y con los golpes de Estado de 1992. Los actores de esa violencia política, la mayoría de los venezolanos jóvenes no lo sabe, fueron los grupos que vieron perder sus privilegios rentistas, políticos articulados en los partidos del estatus y del contra estatus, militares, mercaderes y empresarios – y no emprendedores- arrimados al Estado como tábanos, así como otros grupos, religiosos, y laicos.  

Finalmente, y si hay consenso, un proceso revolucionario –por votos o plomo, para los efectos la misma cosa– se hace del poder, y la lucha entre esos grupos lleva la sangre al rio, pueden más quienes tiene el control de la violencia institucional de las armas del Estado, Así ocurrió en Venezuela desde 1999. Las diferencias entre los grupos de rentistas que se coaligaron y tomaron el poder en 1999 se resolvió en favor del primero al fracasar los golpes de Estado del 2001 y la protesta popular nunca convertida en acción colectiva que se enfrentó al grupo que contralaba el poder.  

Protesta silenciada con una criminal represión del gobierno, pero también frustrada con los años por incoherencia, ineficiencia y un curioso comportamiento ensayo y error que ha permitido -que expresa tácitamente que aún no se comprende que el enorme proceso de destrucción del país constituye una agenda política – el control del poder político y fiscal que ha empobrecido a su gente a los niveles de su existencia hace 40 anos.  Ese capítulo aun esta por estudiarse en profundidad desde el punto de vista económico. Por algunas de esas, y otras razones subyacentes, la sociedad no pudo en su momento descifrar ese fenómeno, la lucha entre los grupos que acabaron con la ‘democracia ‘ en 1992, y que utilizaron prohombres del estatus que sirvieron como celestinos, lo que ellos pensaron podrían dominar una vez que el poder pudriera a los que lo habían tomado en 1999.  

En el mercado político las cosas no fueron distintas, ciertos grupos residuales del “viejo orden” prefieren el reacomodo político, rabos de león, la renta alcanzara para todos sus clientes. El circuito está completo. Como economista, me interesa ese mercado, el político, para investigar sus incentivos, las diversas formas de captura de la renta, su rol en la redistribución de la renta, en la cola del león o en la cabeza del ratón.   Como el gasto enhebra los intereses de otros grupos, una red, una acción colectiva emergió de pobres, ricos e intermediarios políticos, civiles y militares rentistas –todos rent seekers. En estos quince años, el gobierno administro las reglas de la economía, precios, derechos de propiedad, mercado y marco jurídico para condicionar el control social y político, entre ambos más allá de lo que ocurriría con nuestra manera y calidad de vida, el objetivo mencionado requería del uso y abuso de un componente institucional; la violencia. Y efectivamente esta tomó en diversas formas, pero todas automatizadas a los mecanismos de control.  

Así se conocieron la violencia represiva, los grupos paramilitares, llamados grupos bolivarianos, colectivos, milicianos, todos armados y aliados de la justicia revolucionaria de la coerción, crearon una comunidad de intereses junto con las fuerzas regulares militares y policías, conectadas por el narcotráfico,  y en el extremo de la ingobernabilidad “somaliana” que desde luego duraría en la medida que el mercado político satisfaga la ansiedad y los incentivos bajo los cuales reproduce su hábitat. El precio del petróleo y el ingreso fiscal petrolero sirvieron de mesa a ese esquema de gobierno.  

Venezuela no conto con unas elites inteligentes, capaces de divisar el horizonte y crear los resortes de la respuesta social y policía. Esto quedara para el estudio de la historia, hoy es apenas una preocupación académica para los que han vivido la historia, ambas, la de ayer y la de hoy. La mayor parte de la población, los que tienen hoy 30 años, ayer eran muchachos que solo ha tenido frente a si el modelo redistributivo dirigido por militares y un ripio político que se aglomeró en el camino para emboscar la historia.  

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