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¿Hasta cuándo la mentira?

Antes publicamos un artículo intitulado “El triunfo de la mentira”, entendiendo la perfidia surgida de esta triste “revolución socialista” impulsada por el “comandante eterno”, mentira que pudiéramos llamar inocente, si entendemos que el nefasto personaje, realmente no tenía ni personalidad ni pensamiento racional, y fue seguido por una jauría que nunca entendió a la figura del infausto “loco de carretera”, que un día tuvo la osadía, después de embaucar a otros militares, de hacerlos creer en la “inteligencia osmótica” y los “pajaritos preñados”, ¡una fábula y un cuento de fantasía!

Lo cierto es, que desde el vaho del “por ahora” y la credulidad que acompañó a la mayoría de los venezolanos después del 4F, que con el fulgurante espíritu revolucionario, surgió entonces, muchos de sus adoradores siguen creyendo en la voz mesiánica, ya que a pesar de su ausencia física, el mito se mantiene, pero lamentablemente, todo no es más que eso, un mito que confunde y atosiga sin cesar valiéndose de la mentira, mas no del engaño; todos saben que no volverá, pero piensan que solo promoviendo el cambio usando la fuerza y siguiendo a los cansados líderes que lo promueven, muchos de ellos en el exterior, algún día lo lograremos.

No somos, ni presumimos ser premonitores, pero ya estamos hartos de apagar la luz de la razón encendida por muchos muchas veces, siempre con la falsa creencia de que no nos permitan ser alumbrados, es decir, se ha enquistado el pesimismo en muchos intelectos pensantes, y la mayoría de ellos, acosados por la perversa mentira los transforma en irracionales pesimistas, alabarderos, con su juego: ¡No quiero saber nada de política!

Posteriormente publicamos “La mentira del presagio”, donde dijimos que después de casi veinte años de luchas contra este monstruo adefésico, debimos reconocer que caímos en una inopia mental atosigante, al extremo de llevarnos por el camino del desespero y el desencanto, sin mirar atrás para ver quién o qué nos persigue. Sin dudas, era y es una situación mordaz que solo podemos desechar o remover con un sano criterio inteligente, que nos aparte de la ruindad que se ha apoderado del venezolano pensante. No podemos continuar con el estribillo de que ¡No hay nada que hacer y necesitamos que el mundo externo nos meta la mano para cambiar de gobierno, porque con esta autoridades, este CNE y en aquel entonces la ANC, no se puede y no lo lograremos!.

Dijimos lo que hoy repetimos: “si revisáramos la conducta de los venezolanos que se autoubican en la llamada oposición, no podemos entender cómo es que la mayoría dice que: ¡La oposición está vendida, todos son unos colaboracionistas y no hacen nada!; otros, para la gran mayoría, ¡Ni el gobierno ni la oposición sirven, hay que comenzar a estructurar una verdadera oposición!, ¡Es increíble lo que ocurre, pareciera que solo a la deriva es la forma de navegar en este mar tormentoso! Sin dudas, hay que hacer milagros de sindéresis, pero ¡Todo se puede!

Pero lo más grave es que casi la generalidad de los opositores se enfrasca en una creencia ciega a las presunciones, desechando la acción real, aunque esta sea clara y precisa. Fue lo que ocurrió con motivo del proceso electoral del 20M, cuando hoy, a pesar de la realidad y las consecuencias de la abstención, se sigue dando validez a esa decisión infausta y sin sentido, ¿Cómo podemos lograr un resultado positivo con inacción presagiada?, sin dudas, es posible presumir que lo inesperado es factible, pero  lograr positividad de lo negativo choca hasta con las leyes de las matemáticas, que es la graficación de la lógica: ¡Nada se hace no haciendo!, lo contrario sería una paradoja, porque el virtuosismo real no nos permite prever y suponer, pero es imposible que podamos dar fuerza a un resultado posible pero incierto. ¡Es esto, un futuro incierto, es la base y el fundamento de la mentira!

Lo advertimos ante la insistencia incrédula de no participar en el proceso electoral de aquel mayo: ¡Venderán los lamentos o el llanto entumecido para no reconocer el error, pero será una decepción triste e inoportuna! Advino el proceso electoral de marras, donde no hubo ningún interés político opositor, salvo el conocido preacuerdo hecho por los cuatro venezolanos que se auto postularon para el proceso malévolamente preparado para que la oposición no tuviera tiempo de postular candidato, volviendo a caer en la trampa puesta antes en las de gobernadores y de alcaldes, donde el fracasado gobierno programó su apoderamiento de estos cargos para montar la trampa presidencial.

Parece una mentira, poder repetir lo que dijimos en aquel momento: “Ante este inédito proceso y la mala precisión política de la MUD, que no supo lograr la unidad de partidos ante la adversidad ya repetida con los dos procesos electorales anteriores, se durmió en la nebulosa y le surgió la duda de que hacer: participar o no, pero los laureles le crecieron y como en “rugidos de ratón”, dejó morir el tiempo hasta lo que sobrevino: la postulación de los candidatos Falcón, Bertuchi y otros, quienes hubieran sido los bastiones de una nueva realidad, apoyándolos al no tener candidatos del incomprendido y falaz G-4, que se transformó en la caja de pandora de la MUD y de muchos opositores. Cometieron el mismo error que cuando llamaron a la abstención en las regionales de gobernadores y alcaldes, con el resultado que conocemos y esperamos la sensatez contra su torpeza. El retiro de la MUD de AD, más que disturbio llamó a la reflexión de los partidos­. Hoy, en esta hora menguada de la locura chavista fenecida y en decadencia, hay que poner freno a los intereses partidistas y unir todas las voluntades para terminar con este régimen que no trae más que oprobio y vergüenza. Sin dudas, los cambios democráticos vendrán y la justicia aparecerá; pero es necesaria la sindéresis para traer de nuevo la democracia y la república.” ¡Sin dudas, siempre pudo más el poder y la fuerza de la mentira!

No obstante, hay que tener siempre fe en la esperanza, ¡Basta ya de insistir en que es necesaria la fuerza para acabar con el régimen, y que no se puede negociar con él, cambiemos el esquema del presagio y la mentira y propongamos una idealización de la realidad en la Venezuela de hoy, esa que espera que todos tengamos fe en conseguir el cambio, ya que con ese cambio haremos que cambien también los traidores! ¿Hasta cuándo la mentira?

@Enriqueprietos

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