La extrema izquierda chilena
Las tropelías del grupo de vándalos y desaptados que desde el 11/10 mantiene en zozobra a Santiago, cuando dieron inicio a un plan perturbador del orden institucional chileno, por el aumento de la tarifa del metro, cuyas reacciones organizadas y dirigidas, concienzudamente, con fines desestabilizadores a fin de promover la necesidad de un régimen socialista/comunista, ya superado tras la muerte de Salvador Allende, nos retrotrae a los años 60 de la democracia venezolana, cuando durante la época de la guerra fría, la penetración castrocomunista con acciones de las guerrillas urbana y rural, mediante acciones subversivas –insurrección armada- , cobraron la vida de honrosos oficiales y contingente de tropas de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales, así como el trastorno de la producción petrolera mediante actos de sabotaje a nuestra principal industria, por aquel tiempo a manos de transnacionales (Creole, Shell, Mobil y otras); actividades delictivas llevadas a cabo mediante organizaciones que, coincidencidentemente, ostentan los revolucionarios chilenos: MIR o Movimiento de Izquierda Revolucionaria, fundadado en 1965, aunque desde 1962 ya teníamos a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) de fundamentos marxistas-leninistas a fin de coordinar los grupos rebeldes incipientes en el país con intenciones de deponer al presidente Rómulo Betancourt, quien debió enfrentar la insurrección armada infiltrada en los cuarteles –intentonas-.
En Chile, Los estudiantes izquierdistas impulsan “acciones legítimas de desobediencia civil” por el “aumento del costo de la vida” y el” aumento de tarifas del metro”, decicisión ya revocada.
El Frente Amplio, alianza (Nueva Mayoría y Chile Vamos) de izquierda conexa, ideológicamente, con Podemos de España, los kirchneristas, con el Foro de Sao Paolo y, se presume, hasta con el PSUV. Además, con partidos y movimientos políticos de izquierda, liberales igualitarios y ciudadanos que aspiran a reemplazar al bipartidismo chileno.