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La Perdida del Estado de Virginia y la Lucha Cultural de los Demócratas

El Fracaso de los demócratas en las elecciones de Gobernador el martes 02/11/2021 en el estado de Virginia y la  apretada reelección de Phil Murphy en Nueva Jersey frente al republicano Jack Ciattarelli (50,03 %-49,22 %), habría que inscribirla en la retoma de la lucha cultural que un sector importante de la elite dirigente del partido demócrata reinicio a partir de la de la victoria de Barak Obama en el 2008. Intentemos explicar por que creemos esto. En la campaña electoral del 2008, el enfrentamiento que mantuvo el candidato Obama con el candidato republicano John McCain, descansó por parte de Obama en una defensa por una política social orientada preferiblemente hacia la salud, la educación y las pensiones, siendo que la reforma del sistema de salud en los Estados Unidos siempre ha estado enfrentada por fuertes intereses económicos creados que se han opuestos sistemáticamente a los cambios en la prestación de los servicios de este sector tan importante para los ciudadanos de cualquier país del mundo. Pero que en los EEUU cobra una relevancia importante por ser el país más rico del mundo. 

Es así como el plan de salud de Obama se oriento a reforzar a Medicare y a Medicaid. Medicare es un programa de cobertura de seguridad social administrado por el gobierno de Estados Unidos, el cual se encarga de proveer atención médica a todas las personas mayores de 65 años o más jóvenes consideradas discapacitadas debido a graves problemas de salud, como cáncer, insuficiencia renal con necesidad de diálisis, otras. Medicaid es un programa de seguros de salud del Gobierno de Estados Unidos para la gente necesitada. El plan de salud de Obama se oriento a que nadie por falta de medios, por mala salud o por condiciones previas fuera excluido de un seguro. Es así como Obama sostuvo la opinión que los que no tenían seguros es porque no se lo podían permitir, y por lo tanto se imponía cambiar esta situación reformando el sistema de seguros de salud bajando los precios de las primas y de los seguros privados hasta 2.500 dólares para una familia típica, reducir los costos de las consultas médicas y de las medicinas. En esta misma dirección Obama planteo imponer un nuevo impuesto sobre las nóminas a las medianas y grandes empresas que no ofrecían a sus empleados seguro médico. Este impuesto se aplicaría a comprar el seguro médico para quienes no lo tenían. (La política social de Obama’. Luis de Sebastian)  

Obama logro que se aprobara en el Congreso la Ley de Cuidados de Salud a Bajo Precio a pesar de la oposición de los republicanos. Esta Ley de reforma de salud integral fue promulgada en marzo del 2010, la cual popularmente se conoce como la «Obamacare”. Esta ley tiene 3 objetivos principales, a saber:

1) Hacer el seguro médico accesible, disponible para más personas. La ley ofrece a los consumidores subsidios («créditos fiscales») que reducen los costos para los hogares con ingresos entre 100% y 400% del nivel federal de pobreza FPL. (Índice Federal de Pobreza) Si sus ingresos superan el 400% del FPL, aún puede calificar para el crédito fiscal para la prima en 2021.

2) Expandir el programa de Medicaid para cubrir a todos los adultos con ingresos por debajo del 138% del nivel federal de pobreza. (No todos los estados han ampliado sus programas de Medicaid.)

3) Apoyar métodos innovadores de prestación de atención médica destinados a reducir los costos del cuidado médico en general.

Esta referencia de la política social de Obama es importante tenerla en cuenta para entender la retórica anticomunista de los republicanos contra Obama, la cual han profundizado contra Biden. Es así como el discurso contra el plan Build Back Better del presidente Biden ha sido demonizado por los republicanos. Este plan estaría dirigido a financiar el alivio de COVID-19, impulsar la recuperación económica, invertir en nuevos programas sociales dirigidos a fortalecer a los trabajadores asalariados de la clase media de los EEUU orientado a que todas las familias trabajadoras tengan la oportunidad de construir una vida decente, en lugar de simplemente conformarse en luchar por sobrevivir. Se trata de cerrar la brecha de Medicad y expandir Medicare para incluir servicios de salud como cuidado dental, de la vista y el cuidado auditivo, a la vez que reducir los costos de los medicamentos al permitir que Medicare negocie directamente los precios con las compañías farmacéuticas, prevé igualmente inversiones en la reconstrucción de la infraestructura de los Estados Unidos, además de un incremento notable en la inversión para la lucha contra el cambio climático.( What a time to be alive-and fighting for Americans’ future.  Antjuan Seawright. THE HILL. 18 octubre 2021).

El Build Back Better incluia inicialmente un gastos por 6 billones de dólares el cual seria pagado principalmente a través de un alza de impuestos a los ricos estadounidenses y sus corporaciones, pero una vez que este plan (Build Back Better) entra a discutirse en el Congreso el mismo comienza a ser obstaculizado por los republicanos y dos senadores demócratas (Joe Manchin y Krysten Sinema) quienes han sido financiados electoral y políticamente en sus respectivos Estados (Virginia Occidental y Arizona) por corporaciones farmacéuticas. Es esta una de las razones por la cual estos dos senadores demócratas se han dedicado conjuntamente con los republicanos a obstaculizar el plan estrella de gasto social del presidente Biden. El Build Back Better se inicio con 6 billones de dólares de presupuesto, luego que entra en discusión en el Congreso, el mismo es reducido a 3.500 billones de dólares, pero la jugada perversa e inconsecuente de los dos senadores demócratas lo habrían llevado hasta el momento de escribir este articulo (7/11/2021) a 1.750 billones de dólares.

La retorica anticomunista y el discurso contra el plan Build Back Better del presidente Biden, están dirigidos a promover los objetivos políticos y los valores culturales de los supremacistas blancos, al tiempo que distorsionan  y enmascara la lucha contra las desigualdades estructurales en que viven los estadounidenses. La retorica anticomunista y el discurso de los republicanos y los supremacistas blancos destila agresividad racista, y no es casual que del mismo modo este dirigido contra la gente de LGBTQ, el Black Lives Matter (BLM), el  Me Too, y otros grupos sociales que han sufrido discriminaciones, lo cual ha contribuido a reactivar los insultos y otras expresiones de violencia despectivas contra la vida social y profesional de estos grupos sociales.

El problema para los republicanos y la supremacía blanca de los Estados Unidos es en estos tiempos la discusión de la igualdad y la libertad se ha extendido mucho mas allá de las Universidades y las vanguardias políticas, es decir, otros grupos sociales y en especial las clases medias asalariadas y la juventud, hoy están discutiendo y analizando sobre estos dos valores (igualdad y libertad) desde una perspectiva económica, sociológica y política, lo cual hace que, “la ley y el orden” ya no es posible mantenerse sin las consideraciones subyacentes de los problemas económicos, sociales y políticos que hoy confronta los Estados Unidos. Vale decir, mantener el orden social frente a manifestaciones como las que ocurrieron en los EEUU a raíz de la muerte de George Floyd por parte de un policía, es hoy mucho más complejo.  

Es así como vemos que según una información de la BBC, en el 2016 según los últimos datos disponibles, el patrimonio promedio de una familia blanca en los EEUU, era casi siete veces mayor que el de una familia negra mientras que la brecha de los recursos económicos entre blancos y negros era mayor en 2016 que en 1983, año en que se recopilaron por primera vez los datos de riqueza familiar negra. (Racismo en EE.UU. 6 gráficos que muestran cómo ha cambiado la situación de los afroestadounidenses desde los años 60. Jake Horton, BBC 19 junio 2020), de modo que la lucha cultural de los demócratas es contra estas desigualdades en el país más rico del mundo.

Fue por todo lo anteriormente anotado que el 03 de noviembre de 2020, los estadounidenses votaron a favor de los demócratas en contra de las políticas de los 4 años de Tump, lo cual le permitió a los demócratas el control de la Cámara, el Senado y la Casa Blanca con base a que finalmente se enfrentarían los problemas más urgentes de los EEUU tales como: el derecho al voto, los derechos civiles, la atención médica, la atención al cambio climático, los problemas inherentes a la inmigración, el control de las ventas de las armas de fuego, otros. Pero la figura del obstruccionismo le ha dificultado a la administración del presidente Biden salir adelante en la solución de estos problemas. Es verdad que el obstruccionismo tiene una existencia de casi 200 años en el senado pero su uso solo despego en los momentos de era de Jim Crow, cuando lo senadores del Sur utilizaron la táctica para bloquear el progreso de los derechos civiles y el voto de los negros, pero en los dos últimos dos años el obstruccionismo se ha utilizado para bloquear 32 votaciones en el Senado, casi 13 veces al año. Apenas en el mes de octubre 2021, los republicanos del Senado usuraron el obstruccionismo para evitar debatir la legislación sobre el derecho al voto. (To ensure equality for all, Senate must end filibuster. David N. Cicilline. THE HILL. 25/10/2021).

Los EEUU no puede continuar siendo un país donde los republicanos y la supremacía blanca continúen obstaculizando los avances sociales de una sociedad que cada vez es más multiétnica, impidiendo o oponiéndose al disfrute de los derechos de todos los demás estadounidenses. Los Estados Unidos es un país de 332 millones de personas, según el censo del 2020. Un aumento poblacional del 7,4% en comparación con el último censo del 2010. Sin embargo, este crecimiento es el más diverso y menos blanco en la historia del país. De hecho, la gente que se identificó como blanca representa ahora el 58% de la población, bajando de un 64% en el 2010 y de un 69% en el 2000. Casi la mitad del crecimiento total fue resultado del incremento en la población hispana, que con 62,1 millones ahora representa el 18,7% del total de la población estadounidense comparado con el 16,4% en el 2010. Por su parte, los que se identificaron como asiático-americanos crecieron un 35% a 24 millones y los afroamericanos crecieron un 5,6% y ahora son un 12,1% del total de la población. (¿Por qué es tan importante, electoralmente hablando, el censo de Estados Unidos? Cristóbal Vásquez 16/08/2021 https://www.france24.com/es/).

Este sentido la lucha cultural ha estado presente en la praxis política de los demócratas durante más de medio siglo, es así como la reacción violenta a los derechos civiles alejó al Sur del Partido Demócrata a mediados de los sesenta; el crimen, la asistencia social y la violencia urbana erosionaron las lealtades de la clase trabajadora blanca. Estos temas que fueron tratados por los demócratas a través de sucesivas campañas electorales, ayudaron a que los republicanos ganaran la presidencia en cinco de las seis contiendas presidenciales entre 1968 y 1988; solo las consecuencias posteriores al Watergate llevaron a Jimmy Carter a una estrecha victoria electoral en 1976. (One Lesson of Virginia? The Culture War Still Works. Jeff GreenfIeld 03/11/ 2021).

El carácter de la lucha cultural de los demócratas pareciera estar inspirado en las ideas de Antonio Gramsci quien planteaba que el poder se gana a través de las ideas. Gramsci escribió en sus cuadernos de la cárcel que la batalla por las ideas es la verdadera lucha por la hegemonía, y que esta última, se da primero en el seno de la sociedad civil, es decir, cuando se gana en la sociedad, casi siempre se gana en la política. Es igual a lo que sucede en el mundo económico, cuando una empresa o una marca pierden el respeto, la consideración o la reputación en la sociedad, su liderazgo en un mercado o sector no es suficiente para mantenerse.

Gramsci planteaba lo siguiente: “Adueñarnos del mundo de las ideas, para que las nuestras, sean las ideas del mundo”, es decir, para Gramsci la lucha por las ideas debía entenderse como una acción cultural, como un fenómeno de masas y como una herramienta indispensable para construir hegemonía, para construir un modelo societario, destacando así que la madre de todas las batallas es la lucha cultural.            

“La revolución política no se trata de una elección o un candidato. Se trata de transformar Estados Unidos y continuar la lucha por la justicia económica, social, racial y ambiental. Tenemos que seguir trabajando juntos para promover el futuro progresista que todos apoyamos. ¿Crees que es moral cuando el 20 por ciento de los niños de este país, el país más rico de la historia del mundo, viven en la pobreza?, ¿Crees que es aceptable que el 40 por ciento de los niños afroamericanos vivan en la pobreza? ” (Senador Bernie Sanders).

Por todo lo anteriormente anotado, soy del criterio que la victoria de los republicanos el martes 2 de noviembre de 2021 en el estado de Virginia, habría que inscribirla entre otras cosas (la posición asumida por Joe Manchin y Kyrsten Sinema al negarse a votar por el plan estrella de gasto social del presidente Biden ante de las elecciones) a la lucha cultural de los demócratas. Además, tendríamos que agregar a todo lo anterior que los demócratas están planteando que en las escuelas públicas se enseñe a los niños el racismo y la historia de Estados Unidos, es decir, que habría enseñar la tan discutida “teoría crítica de la raza”. Por cual en mi criterio no fue solo la inacción del Congreso para aprobar el plan de gasto social por 3.500 billones dólares, ni la posición de los dos senadores demócratas cretinos (Joe Manchin, de Virginia Occidental, y Krysten Sinema de Arizona) financiado por corporaciones farmacéuticas, sino también los otros aspectos subyacentes planteados en la campaña electoral del estado de Virginia. Esta campaña de los demócratas trascendió la simple elección de un gobernador para entrarse en la lucha cultural que los demócratas reiniciaron desde 2008 con la elección de Obama. No es producto de la casualidad que Barak Obama y el presidente  Joe Biden visitaran e intervinieran directamente en la campaña para apoyar la opción de Terry McAuliffe.

En esta lucha cultural a los demócratas se le ha escapado que esta pasa, no solo por difundirla a través de los canales regulares de la estructura del partido demócrata y los medios de comunicación y “propaganda”, sino también que hay discutirla con los estadounidenses en sus respectivos estados, pues hay que persuadir a los padres de que los niños estadounidenses están en el deber de saber que la constitución original de la Republica de Texas protegía la esclavitud y prohibía a los indios y «africanos» convertirse en ciudadanos (La Formación de la constitución de Texas 1833-1836. Manuel González Oropeza), mientras que a los niños de Nueva York deberían enseñárseles que los desarrollos suburbanos prohibían a los negros comprar casas. (El destructivo legado de las políticas racistas de vivienda en Estados Unidos. Richard Rothstein. 17 de julio 2015. https://www.equaltimes.org/squelettes/img/et-logo-pos-xs.png).

 La extrema polarización y la amenaza contra la democracia que encabeza Donald Trump dentro de un partido republicano que cada vez mas se hunde moralmente en sus extremismos, tales como; el de afirmar que el cambio climático es un fraude. Un partido republicano que en otros tiempos llevo a Abraham Lincoln a la presidencia de los EEUU en 1864, quien sentó las bases iniciales para la reconciliación nacional y la integración de la raza negra. A Teodoro Roosevelt, quien fue el presidente que inicio la lucha contra los monopolios y el capitalismo salvaje. El partido republicano de estos tiempos luce desdibujado y rendido ante un Showman de espectáculos y de Casinos como Donald Trump. El partido republicano de hoy es contrario a las ideas y las ideologías así como también a la ciencia, el conocimiento, la razón y la realidad misma. El partido republicano Trump desconoce unas elecciones presidenciales legítimas y se dedica a su vez a aprobar leyes que hacen cada vez más restrictivo y difícil el voto. (El Nuevo partido Republicano. Alfredo Toro Hardy. El Universal, 15 de Septiembre de 2021.  https://www.eluniversal.com/)

“No corrí para determinar qué tan bien me iba a ir en las urnas. Corrí para asegurarme de cumplir con lo que dije que haría como presidente de los Estados Unidos.”

“Dije que me aseguraría de estar en una posición en la que lidiáramos con el cambio climático, donde nos moviéramos en una dirección que mejoraría significativamente las perspectivas de que los trabajadores estadounidenses tengan buenos trabajos y buenos salarios. Y además, me aseguraría de que resolviéramos la crisis causada por Covid.” (Joe Biden dismisses bad polling and says domestic agenda set to pass. Victoria Bekiempis and Martin Pengelly. The Guardian 31 de Octubre de 2021) Estas declaraciones del Presidente Biden confirma que el partido Demócrata esta decidido en esta hora difícil para los EEUU continuar librando la lucha cultural que retomo en el 2008 con la elección de Barak Obama, he de acá que los demócratas no deben tomar el revés electoral del estado de Virginia como una señal de derrota, sino como un aviso de que el electorado todavía no ha entendido en que consisten sus propuestas para avanzar en la lucha cultural por un Estados Unidos menos inequitativo desde el punto de vista del reparto de la riqueza y para ello es necesario profundizar en que consiste el plan Build Back Better para el  gasto social, pues cuando este plan de gasto social sea entendido a los republicanos les va a resultar difícil oponerse al mismo, y cuando esto ocurra la lucha cultural de los demócratas abra empezado a ganar a los ricos de los Estados Unidos y al partido Republicano de Trump.   

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