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Medina, Mendoza y la Reforma Petrolera de 1943

La Fundación Francisco Herrera Luque y la Asociación Cultural Corsos de Venezuela, bajo los auspicios de la Alcaldía de Chacao, organizaron un reciente conversatorio a propósito de la publicación del libro Eugenio Mendoza, empresario y buen ciudadano, editado por la Universidad Metropolitana, de la cual fue su fundador, como también lo fue del Dividendo Voluntario para la Comunidad y del Hospital Ortopédico Infantil. El libro, cuyo compilador fue el abogado, poeta e Individuo de Número de la Academia Nacional de la Lengua, Prof. Rafael Arraiz Lucca, fue escrito por 22 autores que cubrieron la fecunda vida empresarial y amplia obra social del emprendedor emblemático del siglo XX venezolano, pionero de la responsabilidad social corporativa en el país.

En nuestro ensayo: Medina Angarita, Eugenio Mendoza y la Ley de Hidrocarburos de 1943, quisimos rendir justo tributo al sensato nacionalismo y sentido de Estado con que el general civilista y su ministro de Fomento condujeron las negociaciones con las empresas petroleras concesionarias para alcanzar, sin traumas para la economía nacional, un notable aumento (a 16,66%) de la regalía de hidrocarburos, después de que, en 1942, se aprobó la primera Ley de Impuesto sobre la Renta (1942).

La Ley de Impuesto sobre la Renta de 1942 y la Ley de Hidrocarburos de 1943 incrementaron considerablemente la participación fiscal del Estado venezolano en los ingresos provenientes de la explotación y exportación del petróleo, en tanto que se logró que las empresas petroleras internacionales se comprometieran a refinar el crudo en Venezuela y no en el exterior, a partir de lo cual se construyeron las grandes refinerías del país (Amuay, Cardón, Puerto La Cruz, Bajo Grande, etc.). El efecto multiplicador de la inversión petrolera permitió que Venezuela, durante las décadas siguientes y hasta los años 70 del siglo XX, creciera a las más altas tasas interanuales, con baja inflación y alto empleo.  Pero la tarea no fue fácil por la firme oposición (entendible como contribuyentes) de algunas de las empresas concesionarias.

El presidente Isaías Medina Angarita, principal propulsor de la Reforma Petrolera de su mandato constitucional (1941-1945), nombró una comisión de juristas y expertos integrada por Gustavo Mantique Pananins (procurador general de la República), Gustavo Herrera, Luis Loreto, Rafael Pizani, Luis Gerónimo Pietri, Ángel D. Aguerrevere, Arturo Uslar Pietri, Manuel R. Egaña, Carlos Pérez de la Cova y Eugenio Mendoza, ministro de Fomento, entre otros. El jefe del Estado envió al Procurador Manrique Pacanins dos veces a Estados Unidos. Este fue atendido positivamente por las autoridades del gobierno de los Estados Unidos en Washington; pero recibió una fría recepción por parte de los gerentes petroleros en Nueva York.

El presidente venezolano escribe una extensa carta a su homólogo estadounidense Franklin D. Roosevelt, explicando las razones y los objetivos de la nueva Ley. Los suministros de Venezuela eran cruciales para la derrota del Nazismo en la II Guerra Mundial. Medina señala que los legítimos derechos de las empresas petroleras serían garantizados en la nueva Ley, consolidando la seguridad jurídica del país. Roosevelt responde que Estados Unidos no procura ningún beneficio especial a sus empresas distinto del otorgado a todas las demás empresas nacionales o internacionales. A la postre, la contribución de Venezuela fue esencial para el suministro de petróleo a las Fuerzas Aliadas de las democracias y el país se ganó la reputación de suplidor seguro y confiable a los mercados mundiales en tiempos de paz y de guerra.

Pese a la comprensión del gobierno del presidente Roosevelt sobre el espíritu, propósito y razón de la Reforma Petrolera, las negociaciones con las empresas concesionarias se tornaron tensas, al punto que el gobierno de Medida Angarita se vio forzado a declarar persona no grata a uno de los gerentes petroleros locales. El ministro Fomento, Eugenio Mendoza Goiticoa, dio un ultimátum a las empresas internacionales y estas finalmente cedieron y acataron la nueva legislación, abriendo un ciclo de inversiones de gran envergadura que elevó la producción petrolera de Venezuela de poco más de 500 mil barriles diarios en 1939, a 1.065.000 b/d en 1946, 1.895.000 b/d en 1954, 2.856.000 b/d en 1960 y 3.708.000 b/d en 1970. Fue la Ley de Hidrocarburos de 1943 la mejor lograda y de más larga duración en la historia económica moderna de Venezuela.

@lxgrisanti

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