Mi reino por un caballo
Carlos Armando Figueredo
La tragedia Ricardo III de William Shakespeare, Ricardo III, tiene una base histórica, a pesar de que contiene mucho de imaginación y tal vez una dosis de falseamiento de la verdad
Cuando nos referimos a las supuestas palabras de Ricardo III “Mi reino por un caballo’, nos atenemos a lo que escribió Shakespeare y no a lo que pudo haber sucedido históricamente. En efecto según investigaciones parece ser que a Ricardo III le habían ofrecido un caballo para que huyera, a lo que él se negó, prefiriendo seguir luchando, como rey hasta la muerte, de esas mismas se desprende que la batalla no fue e Botswarth, tal como fue llamada la batalla que le puso fin al reinado de los Plantagenet y dio inicio al de los Tudor; se le conoció como batalla de Botsworth 25 años después de que ocurrió, pero los autores contemporáneos la conocieron como batalla de “Redemore” o lugar de los cañaverales.
¿Qué se dice en Ricardo III de Shakespeare?
En la escena IV del Acto V cuenta como fue el fin del rey tirano, en la batalla de Botsworth. Derribado de su montura, tendido en el sueldo, suplica por un caballo, para poder salvarse. Sus palabras son las siguientes:
Rey Ricardo
¡Un caballo, un caballo! ¡Mi reino por un caballo!
[A lo cual contesta Wiliam Catesby, su más fiel consejero]Catesby
Retírese, señor mío: lo montaré en un caballo,
Tal vez no sea verdad lo que dice Shakespeare pero, como se dice en italiano: “Se non è vero, è ben trovato”.
Por osada analogía, podemos valernos de la historia que cuenta Shakespeare, para comparar con la historia de Venezuela bajo el chavismo-madurismo. Podríamos escribir una pieza teatral en la que Chávez, en abril de 2002, preso en Fuerte Tiuna y custodiado por dos capitanes, dice: “Un avión, un avión, mi presidencia por un avión”. Lo mismo podría escribirse sobre Nicolás Maduro, en febrero de 2019: “Una salida, una salida, mi presidencia por una salida.” Un general de 4 soles, de su confianza le diría: “Retírese, mi Presidente, lo pondré en un avión.