El EditorialOpinión
No basta con cambiar de gobierno
Sustituir unos hombres por otros no necesariamente resolverá la crisis de nuestro país si ese cambio no lleva consigo una profunda transformación en la mentalidad e ideas nuevas sobre cómo se debe conducir a Venezuela para no seguir cayendo en los errores del pasado que dieron paso al proceso de destrucción sistemática de nuestra nación.
Mientras el debate político se centre en contraponer las bondades o las perfidias del capitalismo o del socialismo, seguiremos anclados en conflictos que tienen su origen en el siglo XIX, y que están esencialmente asociados a la revolución industrial que es un hecho histórico que no tiene ya relevancia alguna en el siglo XXI.
Vivimos una etapa de grandes aceleramientos que modificarán totalmente las relaciones humanas en las distintas sociedades del planeta, la combinación del desarrollo frenético de la inteligencia artificial, unida a los desarrollos vertiginosos de la biotecnología y, además, lo que implica el desarrollo de la nanotecnología y de la robótica, producirán grandes cambios en el empleo creando mayores desigualdades sociales, a menos que los diversos estados se preparen para capacitar a sus poblaciones para que puedan responder a las nuevas exigencias que generará la nueva economía humana y del conocimiento.
Hoy en Venezuela no solo no hemos realizados los cambios necesarios en nuestro sistema educativo, sino que más bien se ha intentado ideologizar a los jóvenes, lo que significa retrotraerlos en el tiempo a las realidades que prevalecieron a finales del siglo XIX y gran parte del siglo XX.
Por eso, si los hombres y mujeres que gobernarán en el futuro no dejan de lado el discurso político confrontacional basado en ideologías del pasado, y no presentan ideas nuevas para prepararnos para responder a los desafíos que impondrá la nueva revolución industrial, quedaremos aislados y a la zaga del progreso de la humanidad.