Opinión Internacional

9-11 ‚ 11-9

Hay dos fechas que son referentes de nuestros tiempos, y que al omitir el año en que cada uno de estos eventos ocurrió, estremece la paradójica coincidencia de cómo una simple voltereta de números puede ser la metáfora de cuán contrarias son las visiones de mundo que coexisten en occidente: El 9 de noviembre de 1989 (9-11), aniversario que invita al optimismo, y el 11 de septiembre de 2001 (11-9), conmemoración que invoca a un llamada de atención contra el peligro del fanatismo.

La primera efemérides, que se festejará en pocos días, es la llamada “Caída del Muro de Berlín”, y es el acontecimiento que simboliza el fin de una época y el comienzo de otra, no solo para Alemania que inició su camino a la reunificación, sino para toda Europa y Norteamérica que, eventualmente, se encaminarían por la senda de la unión bajo el esquema del capitalismo y el libre mercado – en diferentes matices – y los valores de la libertad y la búsqueda de los Derechos Humanos (con todos sus defectos), en contraposición a lo que representaron los totalitarismos de derecha y de izquierda del siglo 20.

Se puede debatir si esa es la fecha que con justicia marca la era post-guerra fría, pues los polacos aducen, con razón, que el descalabro del comunismo comenzó con las protestas del movimiento sindical Solidaridad, liderado por Lech Walesa, mientras que los rusos les recuerdan a los europeos, sin ningún orgullo, que fue la política de reestructuración de Gorbachev en la URSS, la Perestroika, la que inició la fundición de la “Cortina de Hierro”.

En cambio, para los norteamericanos y algunos europeos, el 11-9 de 2001, es sin discusión, la fecha fundacional de la nueva era en que vivimos, en la cual, el estilo de vida y los valores del 9-11 que se celebran esta semana, están amenazados por eventos que ocurren en remotos lugares de Afganistán, Pakistán, Sudán, Arabia Saudita, etc., en donde se instaura y desarrolla una versión radical e violenta que se contrapone a la de siglos de lucha contra el fanatismo religioso y la intolerancia.

Los atentados terroristas de Al Qaeda de 2001 generaron una visión de mundo muy distante y distinta a la de la mayoría de los europeos que ven como la fecha fundacional de nuestros tiempos al 9-11 y no al 11-9, y es por que eso que si bien Berlín-1989 es motivo de celebración alemana, y con ciertas reservas, en toda Europa, Nueva York- 2001, y luego Madrid-2004 y Londres-2005, ponen en duda que la humanidad se dirige por el rumbo entusiasta de la unión y la caída de barreras.

En Occidente Contra Occidente, el filosofo francés André Glucksmann nos recuerda que Sócrates planteó, siglos atrás, que nuestras diferencias más feroces y más irreconciliables giran en torno a ideales que se quieren compartir y a ideas que se suponen comunes. En Atenas se exhibía un mismo amor hacia el Bien, la Belleza y la Verdad, pero a la hora de desentrañar que se entendía por estos conceptos, comenzó la batalla de ideas que hasta hoy perdura. Glucksmann extrapola que cuando las certezas, principios y esperanzas de Occidente libran batalla con otras versiones occidentales de estos mismos conceptos “las incomprensiones, los furores y los cinismos en seguida entran en danza”.

Esta danza, que incluye el giro del 9-11 al 11-9, seguirá causando vueltas y vuelcos en el debate de con quién y contra quién existimos.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba