América Latina: integración política, además de comercial
La integración de América Latina y el Caribe debe ser política, además de comercial, para que la región tenga una mayor relevancia en el proceso de globalización, coincidieron expertos en un foro convocado por el SELA en la capital venezolana.
Es necesario «reincorporar el debate sobre integración en la agenda regional», dijo Otto Boye, secretario del SELA (Sistema Económico Latinoamericano), al hacer un balance del seminario de dos días que finalizó este viernes en la sede de la entidad.
Esta actividad formó parte de los actos de relanzamiento del SELA desarrollados con un decidido apoyo del gobierno de Venezuela, que también incluyó la reapertura de la sede que fuera destruida por un incendio en febrero de 1998.
«Este tema tiene que ser enfrentado porque el contexto internacional hace urgente la integración de nuestros países. Ese contexto, signado por la globalización, puede hacernos perder la última oportunidad que tenemos los latinoamericanos y caribeños para integrarnos», añadió Boye.
El foro «Integración latinoamericana y caribeña: una empresa posible y necesaria», que reunió a analistas, académicos y altos funcionarios de organismos internacionales, fue una propuesta del organismo para recuperar su espacio de reflexión y discusión de la coyuntura latinoamericana y caribeña en el contexto mundial.
Estadísticas presentadas en el foro señalan que América Latina y el Caribe produce bienes en igual cantidad que Alemania, pero tiene un peso menor en la economía internacional porque no se presenta unida.
El secretario del SELA llamó a los gobiernos de la región a que acuerden posturas comunes de cara a las tratativas para crear el Área de Libre Comercio de las Américas y ante una posible nueva ronda de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio.
«Nuestra región tiene que prepararse para defender sus intereses en forma enérgica ante estos dos procesos de negociaciones», aseveró el diplomático chileno, para quien los países latinoamericanos y caribeños tienen como primer reto identificar esos intereses comunes.
El SELA, creado en 1975 por iniciativa de México y Venezuela, es un organismo que reúne en la actualidad a 28 países latinoamericanos y caribeños.
Las conclusiones del seminario serán entregadas en forma simultánea a los gobernantes de los países miembros.
Boye, en una de sus intervenciones en la reunión, insistió en que las propuestas de integración regional son, «en esencia, de carácter político» y «deben señalar un camino a los Estados, que deberá ser respaldado por una voluntad política constante».
El ex presidente guatemalteco Vinicio Cerezo y el senador chileno Sergio Bittar coincidieron en resaltar la «dimensión política» del proceso de integración.
«La integración es más que un negocio, es un proyecto político de la sociedad. Necesitamos un proyecto político común si queremos avanzar en ella», recalcó Bittar.
Por su parte, el presidente ejecutivo de la Corporación Andina de Fomento, el boliviano Enrique García, dijo que la integración regional «no es un lujo sino una necesidad en el contexto actual, dominado por la irreversible realidad de la globalización».
A su vez, el intelectual brasileño Helio Jaguaribe insistió en la necesidad de inscribir a América Latina y el Caribe en un contexto de reacomodo mundial.
«Hay que observar que el mundo se prepara para la formación de un nuevo orden internacional, que sustituirá al precedente régimen bipolar, y que estamos inmersos en un proceso de globalización de efectos devastadores para los países de la periferia», recalcó el también ex ministro brasileño.
Como una vía concreta de fortalecer la unidad regional, el secretario de la Asociación Latinoamericana de Integración, Juan Francisco Rojas, instó a acelerar las negociaciones para crear una zona de libre comercio entre la Comunidad Andina de Naciones y el Mercado Común del Sur.
