Antiamericanismo inoportuno
Un numero importante de diarios y semanarios occidentales centraron sus páginas de opinión ésta última semana concentrándose en la interrogante del ¿por qué ese antiamericanismo? tan inconveniente, como paradójico y matizado a la vez; en esa tónica Eli Bravo en un artículo titulado «Abriendo los ojos» El Universal 20 de Octubre 2001, se hace partícipe de ésta interrogante global y se pregunta si «…¿existe un solo responsable de éste marasmo mundial? …»
¿Por qué es inconveniente el antiamericanismo? El maniqueísmo antinorteamericano dice que los talibanes son criaturas que los Estados Unidos engendraron, alimentaron y educaron durante la guerra fría, ¿y? ¿Eso los hace menos fascistas? ¿Debemos bajar la guardia ante ellos?
¿Es incomprensible el antiamericanismo? ¿Cómo se puede ser antinorteamericano?, Si los Estados Unidos no son un bloque homogéneo, ni cultural, ni político; ¿cómo odiar a una nación compuesta por lo básico de los pobres de Europa y más recientemente por los de América latina?
¿Tiene el antiamericanismo un matiz universal? El antiamericanismo es virulento en el mundo musulmán, pasional como siempre en el tercer mundo, subyacente en los rusos y chinos y condescendiente entre los europeos.
En medio de tantas interrogantes, es así como presenciamos atónitos la frivolidad del neotercermundismo que sin ocultar su sórdido júbilo al ver a la primera potencia humillada, no escatima en el ancestral y demagógico ejercicio de criticar al tío Sam. ¿Cuál es el discurso de ésta nueva demagogia? Los ricos son todos corruptos, los pobres tienen todos los derechos, la verdad es un simulacro de la dominación. ¿Dónde esta la novedad?
Si hoy alguien se declara antiafricano, antisemita o antieuropeo sería inmediatamente tratado de racista, en cambio pareciera que ser antinorteamericano es algo políticamente correcto, para algunas izquierdas.
¿Cuál confrontación entre norte y sur? Si bien es cierto y evidente que la pobreza es la chispa que enciende la violencia, no estamos obligados en nombre del antiamericanismo a asistir a una representación truncada de la realidad.
Al igual que muchos antinorteamericanos que con sobradas razones reclaman que en los Estados Unidos se practique la pena de muerte, por qué no hacerlo contra China o contra Cuba, entre otras naciones acostumbradas a tan atávica como inútil herramienta contra el crimen, practicada abiertamente a fines más políticos e ideológicos que penales.
En medio de tantas interrogantes y constataciones que hemos hecho desde el pasado 11 de septiembre, no permitamos que los celos de los incapaces nos conduzcan directo al precipicio, asumamos el mal sacudiéndonos esa infantil incapacidad de superar el miedo.
