Opinión Internacional

Brasil y el castrochavismo

La situación actual me recuerda aquel chiste del individuo que venía cayendo desde un piso 30 y al pasar por el quinto un observador le pregunta “ ¿cómo va eso? y el que iba en picada le contesta, “ por ahora, todo va bien”.

Uno no logra entender como muchos gobiernos siguen aceptando el “todo va bien” sin entender que el “por ahora” es lo que importa. En especial cuando algunos países tienen cancillerías que siempre hemos supuesto muy serias y deberían estar defendiendo los intereses de mediano y largo plazo de sus Estados.

En este sentido hay que reconocer que los cubanos la tienen. Con un trabajo de más de medio siglo, han sembrado lealtades en todo el mundo y organizado redes formales e informales, legales e ilegales, diplomáticas y de espionaje. Sobre ellas es que se ha montado el chavismo. Todo estructurado sobre el antiguo lema del “internacionalismo proletario” que hace creer a los comunistas que la revolución está por encima de sus países, aunque para los hermanos Castro está claro que el país y la revolución son ellos mismos.

Uno de los “infatuados” por Fidel, el gran manipulador de la comarca, fue Lula, quien desde sus inicios revolucionarios fue capturado por el castrismo. Todo aquello de la “dignidad” frente al imperio, del “arielismo” (Rodó) frente a la dominación cultural anglosajona y lo “del buen salvaje al buen revolucionario” (Carlos Rangel), mezclado en un solo personaje: Fidel, doblegó a muchos que aún transpiran las bocanadas revolucionarias de los años cincuenta y sesenta.

Con el Brasil de Lula y ahora de Dilma se desmoronó el mito de esa cancillería de Estado llamada Itamaraty, cuando se hundió en defender los intereses del castrochavismo en la región, los ejemplos de Honduras y Paraguay fueron patéticos. ¿Cómo puede ahora Brasil presentarse como el (sub) imperio benevolente y aspirar representarnos permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, si se ha visto consumido por la inmediatez, en la defensa del castrochavismo y no ha podido enaltecerse a una posición de ecuanimidad?

Pero para entender que en pleno siglo XX subsista el comunismo y se expanda en la región, con sus bemoles que a veces son más fascismo que socialismo del siglo XXI, hay que entender esa circunstancia llamada Chávez y la bonanza petrolera de Venezuela.

Estamos claros, ninguno gobierno en su sano juicio iba a matar a la gallina de los huevos de oro y enemistarse con el régimen chavista. Su chequera inagotable era la muerte de cualquier asomo de principios y la imposibilidad de elevar los intereses crematísticos de las burguesía locales por encima de ellos.

Vamos por el piso quinto, cayendo y muchos aún no se enteran. El final se acerca, pero el daño inflingido por los aliados del castrochavismo a las democracias no se podrá justificar ni olvidar.

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