Opinión Internacional

Carratú y López Hidalgo

De acuerdo al Vicealmirante (Re) Iván Carratú Molina, “el concepto de guerra asimètrica en contra de Estados Unidos le permite (a Chávez) equiparse militarmente y plantearse una estrategia militar ofensiva hacia Colombia en un momento determinado (…)”. La intervención de Estados Unidos “ocurriría a la hora de desatarse una escalada de conflicto activa de Venezuela hacia Colombia o contra otro país” (entrevista con Roberto Giusti, El Universal, 11-09-05).

Según palabras del Inspector General de la FAN, General de División Melvin López Hidalgo, el Plan Colombia “es una amenaza latente. Nos preocupa que se trate de crear un incidente fronterizo entre ambos países para buscar excusas y aplicar la Carta Democrática, apoyándose también en la matriz de opinión según la cual estamos respaldando la subversión” (entrevista con María Daniela Alvarado, El Universal, 12-09-05).

Meses atrás, el comandante general del Ejército, Raúl Baduel, había advertido que una de las hipótesis de guerra que se manejaba en el Alto Mando era que Venezuela pasara a formar parte de la “extensión” de conflictos armados que se desarrollan en “países vecinos” (Plan Colombia).

Es decir, los principales voceros militares del gobierno y de la oposición coinciden, desde distintos puntos de vista, en que el peligro de una guerra de Venezuela con Colombia es real, aunque permanezca “latente”. La cuestión es poder determinar el momento exacto del estallido final.

Uribe quisiera que la explosión aguardara su reelección, si esta se convierte en realidad. Para Rumsfeld las agujas del reloj comenzarán a girar en sentido inverso a partir de la llegada a manos de la revolución bolivariana de los esperados 100 mil fusiles rusos Kalashnikov. Se verá.

Pero el factor tiempo del Plan Colombia II se resolverá cuando Estados Unidos logre sujetar firmemente en la estructura del Plan Andino (fase II del Plan Colombia) las piezas que están flojas (Ecuador) o sueltas (Bolivia).

Sin Ecuador no hay Plan Colombia-Patriota ni Plan Andino. El bamboleo de Palacio es insostenible como posición de un gobierno que se encuentra estacionado sobre un piso de papel. Palacio quiere estar bien con Estados Unidos y Venezuela. Asegura que dejará seguir operando la base de Manta, pero afirma que no respalda el Plan Colombia y por lo tanto el eje Estados Unidos-Colombia no puede contar con los efectivos militares ofrecidos por Lucio Gutiérrez para garantizar el Plan Frontera Norte, diseñado como muro de contención de las FARC.

La política de Palacio frente al Plan Colombia-Andino es la de un ratón que cree jugar alegremente con dos felinos.

Bolivia decidirá rápidamente si forma triángulo revolucionario con Venezuela y Cuba, o si se alineará con Estados Unidos. Si se realizan las elecciones presidenciales, gane o pierda Evo Morales, los resultados serán cuestionados, por unos o por otros. Fuera de casualidades geográficas, centenares de soldados estadounidenses ya se encuentran estacionados en Paraguay, a 250 kilómetros de la frontera con Bolivia.

Pero el lugar donde se revelará el factor tiempo será en la frontera colombo-venezolana, aunque los primeros elementos de la ecuación -no los únicos- se encuentren en Quito o en La Paz.

López Hidalgo y Carratú tienen razón. Vea usted.

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