Opinión Internacional

Como devolverle a la causa de Moncayo su fuerza original

La confrontación abierta entre Moncayo y el Presidente Uribe en la
Plaza de Bolívar se ha interpretado como un debate entre desiguales,
una bobada con ventaja para las Farc o un espectáculo circense. Y
contiene un poco de cada juicio. Pero se olvidan condiciones que
reflejan la confrontación como una oportunidad para devolverle a esta
causa su fuerza original

Claro, una condición de la disputa entre Uribe y Moncayo tiene
fundamento en la versión heroica de nuestra historia política. Desde
los orígenes mismos del período republicano, la historia se nos enseñó
como el resultado heroico de individuos que encarnaban los sueños
frustrados de la mayoría. Esta versión épica de la causa política está
incrustada en el celebrado duelo entre Bolívar y Santander que recoge
hasta nuestro tiempo dicotomías extremas de la vida pública. La
coartada heroica termina por transferirle al profesor Moncayo causas
superiores, sin preguntar razones de contexto ni preocuparse por
calcular las consecuencias.

Nuestra versión heroica de la causa política es patética en Uribe.

Convencido de su personalidad carismática, el Presidente percibe en
cada encuentro comunitario una oportunidad para defender su gobierno
como doctrina de salvación. Lo que explica su estilo de predicador.

Frente a la multitud agolpada el Presidente sólo podía escucharse a sí
mismo. De modo que afirmado en su conciencia como elegido de las
masas, desestimó los motivos originales de la marcha de Moncayo
-encontró un antagonista- y se abalanzó para ganar los aplausos de las
masas y los titulares de los medios.

Todo este espectáculo es una desgracia. Porque no nos permite superar
una trampa heredada. Y porque transforma una causa familiar de grandes
dimensiones en un espectáculo verbal. El error de Moncayo y sus
asesores consistió en aceptar el duelo en público – peor si solicita
de nuevo una audiencia en la Casa de Nariño – . Porque la
independencia de su causa original: la liberación de su hijo,
constituye el acontecimiento central. Y aleja la naturaleza del
problema como parte de una confabulación en contra del Gobierno o de
las Farc. Superando la expectativa heroica, al pedir la liberación de
su hijo, la causa de Moncayo se convertía en un problema humanitario,
visible en el dolor de un padre de carne y hueso.

La coartada heroica en la causa de Moncayo tiene relación también con
el poder de los medios de opinión. Quienes se encargan de hacer grande
lo pequeño y viceversa. Los medios han ido socavando la fuerza
original de la causa y trasladan sus ventajas al mercado oportunista
del político aventajado. Irónicamente esos mismos medios que
celebraron la marcha de Moncayo fueron los mismos que lo declararon
perdedor en la confrontación de la Plaza de Bolívar. La opinión
pública se expone a variar de acuerdo con la retórica de los
vencedores. Y ¡qué paradoja! la tentación del espectáculo puede
convertir el dolor de Moncayo en un trofeo de políticos.

¿Cómo avanzar sobre estos escombros? (1) Moncayo debe recuperar la
causa original de su marcha: la liberación de su hijo (2) Los medios
pueden contribuir subrayando el problema particular de un ser humano
con detalles específicos de su tragedia (3) La causa original: el
secuestro, debe confrontarse con quienes deben tener una respuesta
concreta: las Farc. Porque si podemos argumentar en beneficio de la
causa de Moncayo, tenemos que alegar en contra de quienes son los
responsables directos del cautiverio de su hijo.

Una causa de origen individual puede llegar a desencadenar una cascada
de acontecimientos superiores, pero por ahora la causa del profesor
Moncayo no debería fundarse en la versión heroica de nuestra historia
política, sino en una tragedia familiar.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba