Opinión Internacional

De la incertidumbre a la ansiedad

Hasta hace poco se decía que en los últimos dos años los bolivianos vivíamos en la incertidumbre causada por un Gobierno que decía una cosa y hacía otra con propósitos que nadie esclarecía del todo. Parecía que se seguía un plan de acción a veces discernible aunque luego se sumergía en la ambigüedad y contradicción que con el tiempo (menos mal) fue reconocido por la mayoría del pueblo como subterfugio de un izquierdismo que propendía justificar los medios para lograr sus objetivos. Los ejemplos incluso hoy se repiten en la prensa, en las calles y salones del país hasta con sorna. Hoy, de la incertidumbre epidémica se ha pasado a la ansiedad nerviosa.

Ansiedad sobre todo de concretar el sistema de gobierno que las regiones quieren. Esto está dando lugar al entrevero. Enunciados como “vietnamizar Bolivia”, “benianos a las armas”, “soberanía para la Media Luna”, “movilización de cinco mil ponchos rojos”, “vigilias”, y tonterías como el “control de precios para controlar la inflación”, “ancianos alfabetos podrán cobrar”; insistir en poblar AASANA con adeptos al Gobierno; “se prohíben las exportaciones de carne, arroz, azúcar” etc., demuestran la ansiedad con que proceden moros y cristianos. Los motivos son distintos pero el resultado es el mismo. Ansiedad y más ansiedad y por lo tanto pérdida de orden, paciencia y serenidad.

Este Ejecutivo bisoño nunca supo administrar las ansiedades propias y menos las ajenas, como la pantomima de la “Asamblea Constituyente”; los clamores de autonomía; el traslado de la capital a Sucre; la seguridad jurídica que necesita la inversión; y el poderío de Hugo Chávez y sus dólares que ni el mismo Evo podrá controlar. De todas maneras, este Ejecutivo todavía dizque ansía gobernar pero las cadenas de su izquierdismos lo impiden; no lo dejan ser pertinente, menos honesto ni siquiera con los llamados movimientos sociales que por el momento le sirven.

El cálculo parece haber sido que estos movimientos sociales desinformados y dirigidos por “informados” de izquierda constituían una población mayor en votos que la población del país libremente informada que somos los demás. Todo en aparente democracia. Pero como decía Albert Einstein: “todos somos ignorantes pero no todos ignoramos las mismas cosas”.

El problema de las políticas del Gobierno es que no cubren lo que creen cubrir ni menos lo cubren en el momento óptimo concebido por ellos. Y jamás lo cubrirán porque cada boliviano pensante, dado su individualismo y propensión a la anarquía, a la manera Orteguiana (del filósofo español José Ortega y Gasset y no del reciclado Daniel Ortega) tiene un punto de vista único y difícilmente resoluble en torno a la compleja realidad boliviana (ni qué decir de la realidad política). Cada boliviano pensante sabe a su manera cómo defender su reducto vital de los embustes de cualquier gobierno y más todavía de éste.

Esa manera de ser jamás aceptará el cubanismo, o el deísmo-tiránico y sangriento de las culturas precolombinas. La mita, por ejemplo, es de origen andino. También lo son otras cosas aberrantes como la “justicia comunitaria” de azotes aplicables hoy en la forma más inconstitucional a los bolivianos que no quieren acatar paros de transportes en La Paz y otras partes. Al respecto ¿dónde queda la consigna de “mejor justicia” proclamada por este Poder Ejecutivo que permite semejante salvajada cuando los que nos desvivimos por llamar Bolivia a algo factible, la vemos cada vez más cubierta de aberraciones oficiales repletas de desinformación y diseñadas para descorazonar, desilusionar y hasta agotar a los bolivianos pensantes mestizos, tan originarios como cualquier otro?
Insisto, hoy la ansiedad busca una certidumbre que este Gobierno no podrá ofrecer porque no sabe cómo. Me refiero a una certidumbre que afiance la democracia, la empresa privada y la institucionalidad estatal regidas por leyes constitucionales de modo que la multietnicidad y la pluriculturalidad encuentren cauces de convivencias. Tratar de perpetuar la ansiedad en función al doble discurso, a las verdades a medias, a los engaños, a las tendencias y tácticas dilatorias ya no va. Ni el Presidente sabe lo que acontece a su alrededor, y sus ministros se aprovechan de ello y de él. Al abogado y presidente Siles Suazo pasó lo mismo. Lo inexplicable y hasta misterioso es el origen de la noción de que todos los bolivianos queríamos una sociedad comunitaria, socialista, centralista y caciquil a la manera cubana (¡!) Qué error.

¿Cómo es posible que las “ONGs europeas” causantes de esta manera de ver Bolivia no se dieron cuenta, entre otras cosas, de que los aymaras y quechuas eran y son minoría, y que históricamente han sido y somos mestizos los que hoy nos resistimos a que este Gobierno continúe? La ansiedad de erradicar las necedades de este Ejecutivo se basa en la convicción generalizada, hoy más que nunca, de que es un error contumaz creer que todos somos gregarios a la manera qué ¿inca? www.eforobolivia.org

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