Opinión Internacional

El amo de la montaña

Durante la guerra de Vietnam, las tropas estaban desmoralizadas. No importaba cuanto se defendiera un punto geográfico, al día siguiente parecía carecer de total valor para los comunistas. Mientras Occidente manejaba el concepto de avance y conquista de espacios, los norvietnamitas entendían la guerra como un daño permanente. Un enfrentamiento “en dónde y cuando sea necesario para desgastar a los estadounidenses”.

Algo similar ha ocurrido en esta guerra contra el terrorismo, de la cual he dicho en varios artículos es imposible de ganar. El objetivo americano se orienta a desaparecer una metodología exitosa, el terrorismo y no a un grupo sedicioso, como bien podría ser la capitulación o aniquilamiento de Al Qaeda.

Sumemos a esto, otro episodio aleatorio que sirve como paradigma. La captura de Sadam Hussein no ha significado el fin de las hostilidades en Iraq. En Bagdad, se arrastran los mismos errores estratégicos de Vietnam, en realidad, cuando en abril del 2003, las tropas de la Coalición declararon unilateralmente el cese del fuego, este continuó. La guerra permanece bajo una fase urbana, en donde Hussein y sus alimañas no son importantes, su captura de nada ha servido.

La reciente muerte del jeque Ahmed Yassin, jefe espiritual de Hamas asesinado por israelíes no conducirá al cese de las hostilidades. No será matando líderes ni encarcelándolos como esto finalice. No olvidemos que antes del atentado al Centro de Comercio Mundial, se produjo el asesinato de Abu Alí Mustafá, Secretario General del Frente Popular para la Liberación de Palestina FPLP. Asesinado justamente el día lunes, 27 de agosto de 2001, por ordenes directas de Sharon. Ayer como hoy se vuelve a jurar venganza a gran escala.

Se equivocan doblemente, en la Casa Blanca y el Pentágono, si creen que la captura de Osama Bin Laden significará el cese de las hostilidades de los grupos terroristas. El 11-M, está evidenciando un alineamiento de otros grupos terroristas, no fue, al parecer el mismo Al Qaeda el que cometió las atrocidades y sí, células terroristas autónomas e independientes que coinciden en tener a Europa y Estados Unidos en la mira como represalia a sus políticas.

El amo de la montaña no será quien encarcele líderes, pues estos serán reemplazados. El fundamentalismo islámico no desarrolla la guerra mágica que practicaron los incas contra los españoles –que por el contrario desplegaron la guerra mística- La reedición que hizo el grupo terrorista Sendero Luminoso contra los últimos gobiernos peruanos de la república, sí cargaba estos elementos mágicos. A la captura del cabecilla Abimael Guzmán Reynoso, la agrupación se desplomó. Catorce años después no ha logrado levantar cabeza a pesar de los reiterados errores y desatinos de la frágil sociedad peruana.

Al mismo tiempo, entendemos que ésta guerra, la mística, pregonada por los fundamentalistas, no pueda ser menguada, ni pueda sujetarse al ámbito policial militar, pues se escuda en la divina providencia y entiende cada revés como pruebas que Dios Todopoderoso les envía y por ende, las derrotas solo alimentan más hazañas sangrientas en un espiral infinito. Tal es el caso de Sa´d ibn Zayd y sus 20 jinetes que habían logrado imponer en una basta región, el nuevo monoteísmo de la antigüedad.

Será solo cuando se eliminen los elementos que la impulsan, sea con la mejora de las relaciones Oriente-Occidente, empezando por la creación de un Estado palestino seguro y viable, cuando las cosas cambien. Entretanto esto no ocurra, frente a la captura del número uno o dos de Al Qaeda, tendrán efectivamente un trofeo político que exhibir, pero una guerra aún en marcha.

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