El anzuelo que no debemos picar
Si algo ha caracterizado a lo largo de los años —casi siglos— al comportamiento nuestro como país, (con algunas y muy honrosas excepciones) frente al agresivo, provocativo, y totalmente premeditado de nuestro vecino Colombia, es la casi inacción cuando en la practica la situación ha ameritado reacciones enérgicas.
Hemos asumido comportamientos absolutamente fuera de lugar, más bien torpes, como lo son en la actualidad.
Resulta obvio, que las ultimas situaciones de tensión diplomática han sido utilizadas para tratar de desviar y bajar la presión interna a esa olla que en estos momentos es Colombia.
Analicemos cuan oportuno resulta para los gobernantes del vecino país, el soltar precisamente en estos momentos, a modo de globo de ensayo, la reclamación por la detención y posterior liberación del secuestrador aéreo, aunque es justo reconocer que fue este gobierno el que ha manejado la situación de la manera más torpe posible, sirviéndole en bandeja de plata la posibilidad de hacerlo, como diría cierto personaje: se la pusimos bombita.
Cabe aquí un comentario que días después hizo nuestro ex canciller, que como de costumbre, previamente había negado la presencia del secuestrador en suelo patrio, DIJO EL POBERETTO: «Lo que pasa es que la presencia de los cuerpos de seguridad de Colombia ES una violación de nuestra soberanía», o sea pues, que mientras nadie se entere no hay violación. Pero como los muchachos chiquitos, cuando se ven descubiertos: «¡¡¡¡¡YO NO FUI, YO NO FUI, FUE ÉL, FUE ÉL!!!!! ¿Aló? ¿Aló?»
Como les decía pues, más oportuno imposible. Nuevamente le hemos dado oxigeno al gobierno Colombiano desviando así una vez mas toda la atención de la población de su país, hacia un posible problema con Venezuela y obteniendo con ello, un poco de apoyo y solidaridad automática precisamente en estos momentos de tanta necesidad para su supervivencia en el poder. Porque de eso se trata; éticamente, técnicamente, y moralmente, el gobierno esta desprestigiado, necesita desesperadamente, generar un estimulo de gran intensidad que le dé siquiera un poco mas de piso político, a ver si la tormenta pasa (pero a nuestra costa).
De todo esto, lo que más me preocupa es que la situación es perfectamente aplicable al gobierno del Teniente Hugo Chávez Frías. No vaya a ser que lo que se está buscando es justamente desviar la atención de la población de la grave situación actual, acudiendo a la exacerbación de los sentimientos patrióticos y resulta que los tipos no son torpes, sino mal intencionados (mal pensado yo).
Por todo este planteamiento, es que considero que le estamos haciendo el juego a los liberales y conservadores Colombianos. Y a los no tan liberales, pero si muy conservadores Venezolanos del gobierno. Aunque deberíamos conceder el derecho de duda, aceptando que unos lo hacen bien intencionadamente, mas otros, lo hacen absolutamente conscientes del daño que le causan al país. El problema esta en desenmascarar, que no saber, quienes son unos y otros.
Al resto de los declarantes diarios , una buena sugerencia: «Se es dueño de lo que callas, y esclavo de lo que dices…»
Debemos recordar, que nuestra historia esta llena de estas manipulaciones de nuestros vecinos (ciertamente, no de su gente, de su gran pueblo, sino de algunos de sus dirigentes en el tiempo.), nótese que a estos no los llamo hermanos, porque si lo fueran no estarían tratando de aprovecharse constantemente de nuestros errores, o mejor dicho; de los errores y desatinos de tantos «cancilleres, y Estadistas» que hemos tenido. (Especialmente en los dos últimos años)
No debemos hacerle el juego ni a los políticos en turno del vecino país, ni a los del nuestro. Muchas de las declaraciones que estos dan, tanto en nuestros países, como a ciertos órganos divulgativos del exterior, conllevan una clara actitud de generar polémica, y de mantener vivas algunas situaciones para provecho propio.
No debemos picar ninguno de los dos anzuelos
Como país soberano, no nos debe preocupar, el que nuestra actitud firme pero ajustada a derecho, pueda causarle extrañeza a ningún personaje por importante que este sea, y es bueno que se sepa; que aunque no somos guerreristas, tampoco somos bobos, y que desde el siglo XIX hasta nuestros días, siempre hemos sido punta de lanza para Ayudar, Libertar y apoyar a nuestros países vecinos, y que ahora, en estos momentos en los que estamos en dificultades, lo que exigimos como pueblo, a ambos gobiernos es respeto, respeto a nuestra inteligencia, a nuestra dignidad, y sobre todo respeto a nuestras opiniones.
Amanecerá y veremos.
