Opinión Internacional

El principio del fin

A Grecia nadie la quiere ayudar a salir del pozo. La crisis derivada del endeudamiento saca a la luz una debilidad fundamental entre los 16 países que usan el euro.

Alemania y Francia, le han dicho a Grecia que se solidarizan con ella y con sus esfuerzos por tomar medidas de austeridad y contener al déficit, pero su apoyo es más bien del orden moral y no incluye ayuda concreta.

Algunos analistas, políticos y observadores dicen que la crisis actual podría frustrar la incorporación de Letonia y forzar a Europa a reconsiderar hasta qué punto quiere estar unida.

Las normas que rigen el gasto público según las cuales el déficit no puede ser superior al 3% de la producción económica  no se cumplen a cabalidad. Será posible hacerlas más severas para garantizar que no se producen excesos como los de Grecia, que adulteró las cifras de su presupuesto por años.

Quién paga si alguien se declara en mora. Si los países que respetan las reglas rescatan a los que no lo hacen, no se generan incentivos para no cumplir con las normas, pues se sabe que alguien va a rescatarlos.

La crisis financiera «no solo representó el derrumbe del modelo de cleptocracia (basado en el robo y la corrupción), sino que también refleja las debilidades congénitas de la Unión Europea».

Especialistas son de la opinión  que, si bien la unión supone solidaridad, una unión monetaria sin una unión fiscal, o sea, sin unión política, es una contradicción.

Cinco años atrás, en referendos en Holanda y Francia, la ciudadanía rechazó en forma abrumadora una constitución para la UE que ampliaba su jurisdicción sobre los asuntos locales. La reticencia a sacrificar parte de su soberanía es una de las razones por las que Gran Bretaña se resiste a abandonar la libra y adoptar el euro.

Grecia es un gran ejemplo de que uno no debe ceder el control de su divisa.

La economía británica y las finanzas públicas ya están lo suficientemente mal, sin aportar dinero para resolver los problemas que se crean otros en la UE.

Economistas  suecos se oponen a la adopción del euro, sostiene que la actual crisis demuestra que Suecia hizo bien en conservar la corona como divisa.

Y están seguros que se va a fracturar tarde o temprano, porque es imposible tener una moneda común en una zona tan grande y diversa. No hay una solución real para Grecia en la UE. Están desvalidos y no tienen las herramientas para salir adelante.

Qué pasaría si los problemas de Grecia se expanden a otras economías frágiles como las de Italia, España, Portugal e Irlanda y lo

Preocupante  es el mensaje que les está dando a los otros gobiernos.

El no protegerse los unos a los otros sería un gran fracaso para la UE.

Los países del euro tienen que empezar a construir un marco de trabajo explícito que regule su interdependencia fiscal. Analistas consideran que Grecia representa una prueba para la UE.

Esta crisis es una ocasión para la unión monetaria europea, y de aclarar las brechas que hubo desde el primer momento. Tenía que suceder, y sucedió.

Si toman las medidas indicadas, podrán reforzar la unión monetaria en una época de penurias económicas, sin embargo, la mayoría de los europeos se preocupan de sus propios problemas y la idea de que se usen sus impuestos para ayudar a Grecia no les cae muy bien.

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