Opinión Internacional

Estructura Morfologica del ALBA

NI EL ALBA NI EL ALCA SON ESQUEMAS DE INTEGRACIÓN

Resumen ponencia

El proceso de integración en América latina, a diferencia del iniciado en Europa, hace ya 50 años con la firma del Tratado de Roma; pareciera no encontrar hasta el momento un rumbo definido que le permita salir del marasmo en el cual se encuentra.

En este orden de ideas, los mecanismos tradicionales de integración conocidos como son: Unión Aduanera; Mercado Común o Unión Económica, representados en el MCCA, la ALALC o el Acuerdo de Cartagena, al no haber podido cumplir sus objetivos, debieron mutar o transformarse, no solo en sus siglas, sino en sus estructuras, propósitos y metas. Sin embargo, hoy esos cambios parecieran tampoco satisfacer las necesidades o dar solución a los grandes retos que conlleva la integración regional, a partir de la desaparición de la guerra fría; la caída del muro de Berlín o los nuevos desafíos que acompañan a la globalización.

El propósito de esta ponencia es analizar bajo un rigor estrictamente académico y con las herramientas que brinda el Derecho Internacional Público, la más reciente de las propuestas que se incorpora a lo que llamaríamos “la telaraña” de la integración regional, conocida como el ALBA.

Para ello en primer termino se precisara de acuerdo al Derecho Internacional Publico y la Convención de Viena de los Tratados (1969) las características fundamentales del ALBA en cuanto a su entrada en vigor, observancia, enmienda, modificación, nulidad, terminación, mecanismos de adhesión y sistema de denuncia.

Seguidamente, a partir del Derecho de la Integración, se buscara la identificación o puntos comunes de esta novedosa propuesta, con los ya conocidos mecanismos tradicionales de la integración. En un ejercicio de derecho internacional publico comparado se recurrirá a los tratados Internacionales firmados por la Republica para determinar a que tipo de acuerdo pertenecería el ALBA.

Para concluir este análisis, se recurrirá a otra propuesta como es el ALCA para demostrar que ni el ALCA ni el ALBA son acuerdos formales de integración; sino más bien mecanismos coadyuvantes al proceso de integración regional
J.Gerson Revanales M.

ESTRUCTURA MORFOLOGICA DEL ALBA
NI EL ALBA NI EL ALCA SON ESQUEMAS DE INTEGRACION

Tabla de contenido

Introducción
PARTE I

La Telaraña de la Integración
* El Acuerdo de Libre Comercio de Las Americas (ALCA)
* La Alternativa Bolivariana para Las Américas (ALBA)
• Orígenes
• Definición
• Declaración
• Miembros
• Naturaleza De La Propuesta
• Aspectos Jurídicos e institucionalidad del (ALBA)

PARTE II
Ni el ALBA ni el ALCA son esquemas de integración
Como comentarios finales,

ESTRUCTURA MORFOLOGICA DEL ALBA
NI EL ALBA NI EL ALCA SON ESQUEMAS DE INTEGRACION

Introducción
La integración regional o latinoamericana a la luz de otros procesos más exitosos, ha transitado por distintas derrotas, dependiendo en algunos casos de sus actores, en otros de factores políticos y en gran parte a las circunstancias económicas. A la par, Europa es muestra de un proceso de integración exitoso que acaba de cumplir 50 años en estos días, al celebrar el “L” aniversario de la firma del Tratado de Roma el 10 de abril de 1957.

La relación económica ha sido y es un elemento clave en los procesos de integración; Así vemos que desde el poco conocido Zollverein en la Alemania del siglo IX; conocido este como la primera manifestación de una Unión Aduanera, hasta los Acuerdos de Schengen y Mastrich con la Unión Europea, las relaciones comerciales han sido un factor vital para la consolidación de esta Unión, lo cual nos revela que los compromisos políticos superiores como la negociación de una constitución, pueden ser posteriores a las negociaciones económicas y comerciales, para permitir avanzar a estas, en esa telaraña de intereses y necesidades, que es el camino de la integración.

Para Francia, compartir recursos estratégicos fue una decisión política de gran alcance, y esta era la intención manifiesta de Robert Schuman, ministro francés del exterior, cuando el 9 de mayo de 1950, en su discurso para promover el tratado de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero CECA, invito a Alemania, un antiguo enemigo, y luego a todos los países europeos interesados, a compartir parte de su soberanía como gesto de reconciliación y primera manifestación de la idea europea.

En el caso de la Unión, Europea, el acero y el carbón eran materias primas esenciales para la industria de los años cincuenta. El tratado de la Comunidad Europea para el Carbón y el Acero conocido por sus siglas CECA fue firmado en París el 18 de abril de 1951 por Francia, la República Federal Alemana, Italia y los tres países del Benelux: Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Pero fue Jean Monnet bajo su presidencia entre 1952 y 1955 quien puso en marcha la CECA (vigente el 18 de febrero de 1953 para el carbón y el mineral de hierro y el 1 de mayo para el acero).

Por su parte Latinoamérica, sin desconocer los intentos con el Congreso Anfictiónico de Panamá, los esfuerzos que se han venido haciendo desde la década de los 60 con el MCCA y el Tratado de Montevideo con la ALALC, la región, se debate en una telaraña de mecanismos, que no terminan por concretar cual es el derrotero de nuestro proceso hacia la integración.

A partir del Mercado Común Centro Americano MCCA se han creado no menos de 10 modelos dirigidos a la integración, cada uno con un objetivo y propósito distinto, algunos de ellos mutando hacia nuevos esquemas u otros dando origen a otros mecanismos debido a su propia ineficiencia para alcanzar sus metas, como fue el caso de algunos países miembros de la “ALALC” cuando tomaron la decisión de conformar el Pacto Andino; por lo cual podemos atrevernos a afirmar que esta telaraña de modelos y esquemas todavía genera nuevas propuestas y nuevos retos.

La Telaraña de la integración
Antes de entrar en materia, me permitiré hacer algunas precisiones sobre el proceso o los procesos de integración regional:
Mientras Europa se construyo sobre tres tratados: la CECA, el EURATOM y el Tratado de Roma que dio origen a la Europa de los 25, nosotros luego de múltiples experiencias a partir del MCCA y de la ALALC, hoy nos debatimos en determinar si la vía es reconvertir todos los procesos en una Comunidad Sudamericana de Naciones o apostar por nuevas propuestas como el ALCA o el ALBA las cuales en todo caso serian solo una etapa o un componente hacia un proceso de integración.

En consecuencia, como primer paradigma, encontramos que América Latina frente a una integración regional, hoy hace apuestas por el Libe Comercio, donde los compromisos supranacionales quedan de lado.

Es importante tener claro que el concepto de integración va mucho más allá de una Zona de Libre Comercio o de unos acuerdos de cooperación; por esta razón, nuestra hipótesis sostiene que: ni el ALCA ni el ALBA pueden ser consideradas como esquemas de integración.

Nuestra afirmación no tiene el propósito de entrar en el debate político o ideológico; sino hacer una disección académica del ALBA y analizar que es y hasta donde llega como propuesta; para lo cual partiremos de ¿que es un proceso de integración?, ¿como son sus estructuras? y ¿cuales son sus características dentro del marco constitucional y jurídico?, para así cumplir con nuestro compromiso de esta mañana de hacer un análisis morfológico de la estructura del ALBA.

Como se ha aprecia en la lámina el ALBA de acuerdo a sus objetivos o definiciones teóricas, no responde o se enmarca en las estructuras o esquemas conocidos de integración, al no decirnos en su marco jurídico, que tipo o modelo de integración propone, por lo cual quedara para los estudiosos en el futuro generar una nueva categoría, si este es el caso, en bases a sus características y objetivos
Para precisar un poco más nuestra afirmación, haremos una comparación entre el ALCA como propuesta de un Área de Libre Comercio para las Américas; y el ALBA como repuesta política.

EL ACUERDO DE LIBRE COMERCIO DE LAS AMERICAS (ALCA)
Como sabemos todos, una ZLC tiene como fundamento eliminar todas las barreras existentes al comercio de bienes y servicios, además puede existir, sin ser necesariamente parte de un Acuerdo de integración. Un ejemplo común y cercano es el (G 3); en cambio todo esquema de integración requiere necesariamente de una ZLC, junto con un Programa de Liberación en su estructura, debido a que uno de los componentes necesarios en cualquier esquema de integración es la existencia de una ZLC, aunque estos acuerdos hoy ya van más allá del libre transito de bienes y servicios como el TLC negociado entre Colombia y los EEUU.

En cuanto a estas negociaciones, es oportuno recordar que durante la Cumbre de las Américas en Québec, abril 2001 se planteo la adopción del ALCA para el 2005; sin embargo, esta fecha no fue alcanzada debido a las asimetrías, a la complejidad de las negociaciones y a la falta de consenso en ciertos temas como los subsidios. Tampoco se puede olvidar que durante la Cumbre de Mar de Plata, la declaración final sobre el ALCA contó con el respaldo de 29 países, más los 4 del MERCOSUR que solicitaron esperara por los resultados de la Ronda de Doha y de mejores condiciones en las negociaciones; solamente Venezuela voto en contra del ALCA.

El ALCA propone: promover el crecimiento a través del establecimiento de un Área de Libre Comercio con la eliminación progresiva de las barreras al comercio de bienes – servicios y la Inversión; facilitar la integración de las economías más pequeñas y procurar que las políticas ambientales y de liberación comercial se apoyen mutuamente. Como se observa, en ninguno momento, estos objetivos plantean la creación de un esquema de integración; sino servir de promotores o facilitadotes de la integración. Ejemplo de estas negociaciones las encontramos en los acuerdos de Libre Comercio firmados por (China, Chile, México). Quienes consideran que es una vía probada para crear bienestar, humano prosperidad y desarrollo. Aspiraciones que por lo demás las encontramos en la Biblia, el Coran y la Torah judía, el libro de la s enseñanzas

Luego podemos afirmar que el ALCA no profundiza en la integración; se queda en una ZLC sin hacer consideraciones a la soberanía, a las instancias comunitarias ni a órganos supranacionales. Cuando se habla de integración, buscamos el desarrollo humano, pero para alcanzar dicha meta, hay que instrumentar diferentes mecanismos como el establecimiento de una zona de libre comercio, un arancel externo común; la circulación de los factores de producción, la armonización de las políticas macroeconómicas, una moneda única o más aún, la adopción de una constitución, junto con la creación de unas instancias supranacionales, lo cual significa un redimensionamiento del concepto de soberanía, como es el caso de la U.E. En otras palabras, la relación comercial, no debe ser vista no como un fin, sino como un medio para alcanzar la integración y el desarrollo humano, fin último de la integración
LA ALTERNATIVA BOLIVARIANA PARA LAS AMERICAS (ALBA)
De la Alternativa Bolivariana para la América Latina y el Caribe (ALBA) tenemos como características fundamentales, según se desprende de su Declaración de principios y otros documentos fundacionales , que es una respuesta política, con un alto contenido ideológico; segundo no contiene un marco teórica que permita ubicarla dentro de los esquemas de integración conocidos o mejor dicho existentes, para no usar el término tradicionales; y tercero, no contempla una estructura u órganos comunitarios en su dirección; ni presenta posiciones sobre temas como la soberanía o la supranacionalidad

Si nos refiriéramos a los documentos constitutivos del ALBA nos encontraríamos que sus principios, se fundamenta en los vínculos históricos, culturales y políticos que unen a Latinoamérica, es decir se presenta como un nuevo esquema “integrador” que apunta más hacia la visión humanística, social, cultural, científica y tecnológica, pero sin decirnos “¿Qué es?”;.o bajo cual esquema teórico de la integración se pudiera ubicar.

El artículo 153 de la Constitución Bolivariana nos indica lo siguiente: “…………para estos fines, la Republica podrá atribuir a organizaciones supranacionales, mediante tratados, el ejercicio de las competencias necesarias para llevar a cabo estos procesos de integración”, por lo cual nos despeja cualquier duda en cuanto a si el ALCA o el ALBA pudieran ser considerados como esquemas de integración.

A la luz de los procesos de integración, el concepto tradicional de soberanía es mucho más “laxó” o amplio en su interpretación a los fines de profundizar en la institucionalidad y dar paso a los órganos comunitarios; y ninguna de estas dos propuestas (ALCA- ALBA) hacen mención, a la soberanía, ni a la creación de órganos comunitarios ni supracionales, como es el caso de la U.E o de la CAN que cuenta con una Comisión que tiene como función crear la norma comunitaria, un Parlamento y un Tribunal para la Solución de Controversias.

El mismo artículo establece también que las normas que se adopten en el marco de los acuerdos de integración serán consideradas parte integrante del ordenamiento legal vigente y de aplicación directa y preferente a la legislación interna. Hasta ahora, ni en el ALCA ni en el ALBA plantean que sus disposiciones tengan carácter preferente en la legislación interna de cada país. En el caso del ALCA sabemos bien, que el Acuerdo está siendo negociado por los 34 países que conforman el sistema interamericano desde 1994, es decir desde hace 13 años; en cambio en el ALBA aunque el mismo podríamos decir se encuentra abierto a su adhesión, la misma requiere de un alto grado de identificación política e ideológica con el socialismo del siglo XXI, por lo cual creemos que cuente con el consenso regional, en una opinión muy personal.

Orígenes
Sus orígenes los encontramos en una propuesta presentada por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela al resto de los países de la región latinoamericana y caribeña, para contrarrestar la iniciativa del Área de Libre Comercio de las Américas – ALCA-
Como se recuerda, como idea surge por primera vez en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en diciembre de 2001 en la Isla de Margarita. En esa oportunidad el presidente Hugo Chávez expresó
“Queremos un modelo que nos integre de verdad. No un modelo que nos desintegre, que integre a unos a expensas de la desintegración de otros, ese no puede ser el camino. Proponemos desde Venezuela a los caribeños y a los latinoamericanos que vayamos pensando de una buena vez, en otra alternativa; esa creemos que no es posible. Creo que pudiéramos comenzar a discutir sobre lo que pudiera llamarse el ALBA, casi ALCA, pero con B, Alternativa Bolivariana para las Américas. Un nuevo concepto de integración que no es nada nuevo. Ciertamente la integración para nosotros es vital. O nos unimos o nos hundimos. Escojamos pues las alternativas” .

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