Opinión Internacional

Evo- navaja

No hay democracia que subsista a la política de los cercos al Congreso, de las presiones y las amenazas cada vez que se tienen que resolver leyes que se asaltan con cuchillo y a punta de navaja.

Otra vez y cualquiera que sea el resultado por el que nuestro país tendrá que esperar hasta el borde de la madrugada, hemos tenido que asistir al tejemaneje del Presidente reunido en Palacio de Gobierno con Fidel Surco, el caudillo de la Confederación Nacional por el Cambio (Conalcan), mientras en los mismos aprestos golpistas se encontraban reunidos los ministros Quintana y Rada con los Altos Mandos Militares.

Desgraciadamente estas escenas ya no revisten ninguna novedad, tanto es así que sabemos que al borde de la media noche que es el plazo fatídico que dice haber fijado la coalición golpista conformada por el pacto militar-campesino- con que el gobierno acuchilla por conservar su hegemonía, victimizando una y otra vez a Bolivia que es hoy por hoy un país donde todo se consigue con un partido que termina siempre definiendo sus políticas en tiempo suplementario y donde el oficialismo gana por penales comprados o con un arquero de oposición maniatado, que en todo caso es lo mismo.

No tengo ganas en absoluto a esperar la definición de la media noche, donde con seguridad la cenicienta acabará bajando las escaleras a tropezones, perdiendo no sólo las chancletas sino la compostura y transformada grotescamente en un ejército de ratones que arrasan todo el banquete, algunos con sombrero y poncho, otros con terno y corbata y otros con charreteras.

El día fue muy movido, tanto así que el señor José Luís Exeni, planteó desde la Corte Nacional Electoral una defensa acérrima a su patrón electoral fabricado a imagen y semejanza del partido de gobierno, hecho a medida para que el Presidente gane no sólo su reelección sino el poder total.

Adolfo Chávez, el presidente de la Cidob, se retiró dicen que enojado y según su expresión desilusionado, sin que esto signifique nada por supuesto, porque con seguridad que lo volverán a convencer por dos peniques y una bolsa de pipoca, porque nunca tuvo una postura definida, ni nunca exigió lo que realmente le corresponde a los pueblos indígenas del Oriente. Fue dice la primera vez que se sintió engañado, sin reconocer que los indígenas del Oriente siempre han estado en el papel de los minoritarios del mundo indígena boliviano, jugando de suplentes sin posibilidad de entrar de verdad a definir el partido. Ese es el motivo por el que el vicepresidente en una declaración apresurada dijo que Adolfo Chávez y la Cidob deberían tener paciencia y comprensión.

Adolfo quien fue el centro de las declaraciones de ese juego de las desilusiones no consiguió definir quién lo engañó, no respondió a la pregunta de una periodista que le pedía que diga quién lo engaño y Adolfo siguió deslizándose diciendo “nos engañaron”, por lo que dejó ver que seguía protegiendo al marido y a los amantes también. Le costó formular una crítica, se lavaba la boca, las manos y después se quedo patinando pese a los porrazos que recibió en la pista de las ambigüedades.

Adolfo dijo una cosa cierta, porque dijo que Bolivia está gobernada por “el partido de turno” y esa es una buena definición aunque le faltó decir que gobierna el partido de turno asaltando cortes, congreso, y a los soberanos a punta de navaja.

Los congresistas Masistas hablaron hasta los codos de la decisión orgánica de renunciar al filo de la navaja para que se cierre el Congreso. Por último en Bolivia ese ya no es el punto que vaya a crear un mayor tipo de hecatombe que la que ya vivimos en la medida en que venimos presenciando que hace mucho tiempo que la democracia está siendo acuchillada y que estos últimos cortes de navaja sólo terminarán de desangrarla.

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