Opinión Internacional

Exigir idiomas nativos es un desatino

Exigir el aprendizaje de aymara, guaraní y quechua en las escuelas normales de Bolivia es un desatino y hasta una aberración porque se trata de aprender algo poco útil, cuando lo que más necesitan los futuros profesores es aprender bien castellano, tanto el oral como el escrito, que dicho sea de paso hoy se muestra deficiente en casi todas las esferas del país. Por otro lado si queremos mejorar la educación de la niñez y juventud aymara, etc., es necesario mejorar la enseñanza del castellano porque de lo contrario estamos socavando nuestro futuro. Si no podemos enseñar bien castellano ¿cómo podremos enseñar los referidos idiomas nativos? Saber dos idiomas mal no mejorará la comunicación de profesores a alumnos ni mucho menos.

Los sabihondos que están conduciendo la política educativa de Bolivia al parecer vienen diciendo en forma concesionaria y hasta desganada que también se debe enseñar castellano básico en las escuelas de Bolivia. No señores, en Bolivia no solamente es necesario enseñar y aprender el castellano básico sino también el avanzado e incluso el técnico porque los profesionales bolivianos deberán competir nacional e internacionalmente con gente que habla y sobre todo escribe bien el castellano. Se trata de un asunto de sobrevivencia profesional en un mundo globalizado cada vez más competitivo y demandante.

Vista así las cosas, ¿pueden decir los sabihondos del Gobierno qué cabida tienen la enseñanza y el aprendizaje del aymara, guaraní, quechua en el mundo globalizado de hoy? Porque por si los sabihondos no se han enterado o no quieren enterarse, Bolivia está en un mundo que se globaliza cada día más sobre todo ahora que China, India y Brasil se van convirtiendo también en grandes consumidores de productos primarios como el gas natural que Bolivia, por su actitud confusa, mediocre y socialistoide, no está pudiendo producir ni comercializar como se debe. Y las inversiones que el país necesita en todos los quehaceres económicos ¿se tramitarán mayormente en idioma nativo? Por supuesto que no.

Si de aprender idiomas se trata yo creo que las escuelas normales y otras del país incluyendo las universidades estatales y las privadas deberían enseñar inglés, sí señor, hoy más que nunca porque las finanzas internacionales entre las que se cuentan las búsquedas de capital privado de inversión para la industria del gas, la industria agropecuaria, la minera y otras incluyendo las tramitaciones técnico-legales con las organizaciones multilaterales de financiamiento, se hacen en inglés. Incluso cuando los interlocutores representantes de éstas hablan castellano, solamente el texto legal en inglés del contrato es válido. Si el castellano queda en segundo plano en cuestiones de importancia crucial como éstas, imaginemos dónde quedan el aymara, el guaraní y el quechua.

Por supuesto que en Paraguay se habla guaraní por doquier pero también se habla y escribe castellano. Además, es una cuestión histórica que el indio guaraní nunca hubiese sido conquistado en su totalidad por los españoles ni por nadie en parte por su ubicación geográfica y en parte porque en territorios guaraníes nunca hubo minería como la de la plata. Además, se trata de un idioma que se halla muy bien y harmoniosamente acompañado por el castellano. Lo que resulta en otro aspecto.

Ese aspecto es que el individuo guaraní y otros de las Américas, nunca fueron explotados y martirizados por intermedio de la mita como lo fue el indio andino, valluno y llanero, de lo que hoy es Bolivia, durante la colonia. Durante la república la explotación continuó. De ahí la inquina andino-boliviana de los quinientos años, etc. Por eso el prurito de revancha que busca manifestarse de una u otra forma aunque sea irracionalmente como ésta de querer imponer el aymara, guaraní y quechua en las escuelas normales y estoy seguro que, con el tiempo, en otras de Bolivia.

Port ahí se menciona precipitadamente que la dignidad de las etnias nativas de Bolivia está en juego con esto de hablar o no hablar su idioma, o que otros lo hablen. Nada más equivocado y hasta alocado porque la dignidad de cualquier ciudadano del país, aymara, guaraní, quechua, leco o lo que sea solamente se enaltecerá cuando ese ciudadano tenga empleo remunerado decentemente; cuente con más y mejores hospitales al alcance de todos; acceda a mejores escuelas que enseñen ciencias exactas y humanidades en castellano correcto; se desarrolle la infraestructura del país en su totalidad; se diversifiquen las exportaciones; esté YPFB en manos de profesionales y no de politicastros; y cunda el profesionalismo para bien de todos.

Ahora, que se debe impartir instrucción en los idiomas nativos mencionados, y otros, a los que quieran aprenderlos por razones turísticas, románticas, históricas, políticas o la que sea por supuesto que sí, y en todas las regiones donde la demanda lo exija. Pero obligar a nadie a aprender idiomas nativos no solamente es inconstitucional, sino estulto y costoso.

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