Opinión Internacional

Gobierno y Farc quieren meter el acelerador al proceso de paz

La divergencia de tiempos y plazos en la mesa de negociación para el Gobierno y las Farc, que al principio se convirtió en uno de los puntos de discordia, pareció encontrar ayer su punto convergente cuando al reanudar las conversaciones de paz ambas delegaciones manifestaron que «se necesita celeridad en el proceso». Esta celeridad parece estar abocada a la consecución de resultados positivos que legitimen este proceso y en el cual, según Humberto de la Calle, jefe de la comisión negociadora, «la gente quiere ver un proceso eficaz, digno, rápido, serio». Por eso el llamado fue a la guerrilla a caminar «a ese nuevo ritmo y a buscar rápidamente acuerdos».

La respuesta de las Farc no se hizo esperar y a través del jefe negociador «Iván Márquez «, declaró que las Farc también están interesadas en avanzar rápidamente. «Sí, queremos mejorar el ritmo del proceso de negociación. En lugar de tanta retórica, que empecemos con propuestas concretas para ver cómo avanzamos, nosotros queremos llegar pronto a un entendimiento», dijo «Márquez».

No hay lentitud del proceso

El analista del conflicto Moritz Akerman aseguró que el cambio de dinámica en los tiempos de la negociación se debe básicamente a que ambas partes son conscientes de que no hay una amplia simpatía por el proceso. A esto se suma la percepción de la gente que cuando «escuchó a Santos decir que el proceso tenía que terminar en noviembre de este año, se sorprendió pensando que estaba más adelantado de lo que está». Por esta razón es que Akerman aseveró que la celeridad que ayer solicitó el Gobierno es para mostrar resultados de orden humano, como evitar más muertos; de orden económico, porque la paz esta costando más allá de lo presupuestado para la propia sociedad colombiana, y de tipo político, para asegurar una posible reelección.

Pero el especialista Jairo Delgado, director de análisis del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga, manifestó que en esta celeridad las Farc también están urgidas de resultados que evidencien su participación seria en el proceso que tiene tiempos y características propias. «Hay que tener claro es que el Gobierno no va a incurrir en un desgaste si no reconocería que las Farc han considerado de manera mucho mas sincera acordar o firmar un acuerdo. Sí se pueden obtener resultados en poco tiempo y esa ventaja la da el haber construido o planificado una agenda antes de sentarse en la mesa de negociación».

Es necesario ir despacio

Aunque Gobierno y Farc hablan de «meterle el acelerador» al tratamiento de los puntos de la agenda, el analista político Jaime Jaramillo Panesso cree que es prudente y necesario que se dilate el proceso de paz «porque no es posible que una guerra de casi 50 años se vaya a resolver en un tiempo limitado». Según Jaramillo, lo que debe tener limitaciones es la agenda y esta no puede someterse al cuatrienio presidencial, y la celeridad está determinada por los afanes del ejecutivo que busca resultados. «No se puede planear conforme a los deseos subjetivos del Ejecutivo. El problema de la paz es tan importante que debe someterse a la prolongación necesaria», manifestó Jaime Jaramillo.

Sin embargo, el hermetismo en la mesa de negociación y los casi dos meses de discusión que lleva el primer punto de la agenda sobre las políticas agrarias y de desarrollo rural, ha generado la sensación de dilatación del proceso de paz, lo que según varios analistas desencadenaría desconfianza en una mesa vista con escepticismo, desde el inicio, por gran parte de la sociedad.

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