Hooliganismo intelectual
Al movimiento antiglobalización el planeta le queda pequeño: Seattle, Washington, Praga, Niza, Porto Alegre, Quebec, Göteborg y Génova, a sus líderes les sobran horas de vuelo pero pareciera faltarles ideas y sentido democrático. Ante la globalización, una multinacional de ciudadanos – ricos – ha nacido, con la firme intención de hacerse escuchar – en la calle y por Internet – en la mira el FMI, la OMC, el Banco Mundial, su talón de Aquiles la violencia y su propia ilegitimidad democrática.
¿Quiénes son? ATTAC – hija de Le Monde Diplomatique -, la Confederación campesina francesa de José Bové, los tute bianche juventud radical italiana, Socialist Workers Party británico, la KCTU poderosa central sindical coreana, la AFL-CIO americana que defendía tortugas y focas, movimientos más pequeños como los sweatshops, un cúmulo de ONG en defensa del ambiente y la condonación de la deuda, los de Vía Campesina de Brasil y los Ya Basta de Mexico; pero la guest-star de Génova son los «Papa Boys», en representación del Vaticano. ¿Algo en común? casi todos escuchan a Manu Chao.
Ante éste universo contestatario y multicolor, cada cual tiene su parte de razón, pero les cuesta demostrarla, debido a que solo participan en discusiones de tipo ideológico.
¿A quiénes representan? Es difícil creer que sean los portavoces de las masas de los países en vía de desarrollo, ¿Se trata entonces de la opinión pública de los países ricos y emergentes? ¿Por qué no participan en campañas electorales para popularizar sus puntos de vista? ¿Son todos avantgardistas bien vestidos, comidos e instruidos pero maleducados? Sin que sus exigencias sean caducas. ¿Qué distancia hay de la contestación primaria a la proposición de ideas?
El menú del G8 (club de 7 países ricos y Rusia) en Génova será: reforzar el sistema económico multilateral y sus instituciones claves; reemplazar el dispositivo de gobernavilidad heredado de la guerra fría en vista de la inclusión de potencias emergentes (China y la India) en las discusiones sobre economía global y el conflicto entre EE.UU. y Europa en cuanto a ambiente, seguridad y energía.
La minuta de los antiglobalización: anulación de la deuda externa de los países más pobres, aplicación del impuesto Tobin, bombas molotov y muchas piedras.
