Opinión Internacional

Iraq: políticos “de alquiler”

Se ha hablado mucho últimamente del rechazo por parte de la minoría sunita de Iraq al proyecto de Constitución avalado tanto por kurdos como por los chiítas, de este conflictivo borrador de Carta Magna que pretende compaginar conceptos tan dispares como la preponderancia de la ley islámica (Shari’a) en la elaboración de la nueva normativa legal y la introducción del muy occidental criterio de federalismo, sugerido por Washington.

Los sunitas, que representan alrededor del 20% de la población iraquí, estiman que el actual anteproyecto de Constitución podría abrir la vía a la desintegración del país, ya bien a través de las brechas que constituyen un verdadero peligro para el precario equilibrio entre musulmanes moderados y radicales islámicos (léase chiítas) o de una división territorial arbitraria, que permitiría a las demás étnias hacerse con el control de gran parte de los ingresos procedentes de la explotación de los yacimientos petrolíferos situados en el Norte y el Sur de Iraq.

Mientras los legisladores de Bagdad estaban enzarzados en ese dificultoso debate, que podría abrir la vía hacia una guerra civil, los politólogos occidentales tratan de esbozar (¡ya era hora!) el perfil de estos “padres de la Patria”, hombres y mujeres llamados a sentar las bases de un país “moderno”. Un ejercicio éste que permite descubrir la verdadera faz de los parlamentarios iraquíes, de estos seres que decidieron formar parte de las instituciones ideadas para la puesta en marcha del operativo “Democracia en Iraq”.

Pero no se trata de conocer los antecedentes de todos y cada uno de los miembros del actual Gabinete o de quienes integran la Asamblea Constituyente, sino pura y simplemente de sorprendernos ante el hecho de que la gran mayoría son ¡dobles nacionales! En efecto, el actual Primer Ministro, Ibrahim al Jafari, es ciudadano británico, al igual que otros cinco miembros de su Gabinete. También cuenta el Gobierno con un vicepresidente francés y otro, saudita.

El Portavoz de la Cámara, Hajim al Hassani, es titular de un pasaporte estadounidense. Varios legisladores pertenecientes al Partido Nacional Islámico siguen identificándose con documentos de viaje expedidos por la vecina República Islámica de Irán. Se trata, en definitiva, de antiguos exiliados y expatriados, dispuestos a despejar la vía hacia la “democracia a la iraquí” y la edificación de estructuras nacionales de un país que, según Washington, debía haberse convertido en un referente para los demás Estados de la región. Cabe preguntarse, sin embargo, si la peculiar percepción de estos improvisados políticos refleja los sentimientos profundos de la mayoría de la población chiíta, kurda o cristiana. Y también, qué suerte correrá la actual clase política al término de la etapa constituyente, teniendo en cuenta el hecho de que muchos “legisladores de alquiler” reconocen que echan de menos sus cómodas residencias de Londres, Washington o California y que no descartan la posibilidad de regresar a Occidente una vez finalizada su misión en Bagdad.

Curiosamente, a los “demócratas” de George W. Bush les atrae mucho más el confort del “primer mundo”. ¿Por qué será?.

Adrián Mac Liman.

Escritor y periodista, miembro del Grupo de Estudios.

Mediterráneos de la Universidad de La Sorbona (París).

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