Jaque Mate
(%=Image(5637021,»L»)%)Esta claro que quien tejió los delitos del 11 de septiembre es un genio de la sutileza y la maldad. No solo llegó a humillar e irritar a la primera súper potencia, además ha sabido sostenerse incognoscible. Es posible que Osama Bin Laden sea el estratega, pero también podría ser otro intelecto el compositor de tan abominable fatalidad. Debido a la falta de presentación de pruebas convendría ensayar las posibilidades que fuera otro el causante, aún siendo el mismo Osama puede haber parido lo que se conoce como una «doble puerta falsa». En ella se podría mostrar un vídeo en el que se apreciara a los pilotos suicidas con terceros, apropiando la autoría del martes negro a un ateneo de homicidas nuevos excluyendo causas musulmanas de por medio. La teoría matemáticas de juegos nos dice que debería hacerse así.
No descartaría por ejemplo a los chiflados asesinos de la pandilla de McVeigh, a los tocados de la secta Davidiana, menos a los perturbados grupos anticastristas, ni a las desquiciadas fuerzas paramilitares de supremacía blanca. En realidad no debemos descartar a ningún de estos fantoches.
Serán musulmanes los brazos operativos, después de todo sí tenemos los nombres de los pilotos que enrumbaron contra los rascacielos. Pero probablemente ellos pudieran ser logrados bajo el auspicio de un tercero. Alguien ha propuesto una supuesta denuncia contra el Mossad, que se dice habría planeado esto hace varios años para llevar una corriente que reafirme su cosmovisión geopolítica contra los palestinos. Es decir, un talento bien podría contratar árabes con estrategia y financiamiento israelí o de otra nacionalidad y cognición. Sin siquiera recelo de sus verdugos. La misma organización patibularia garantiza mutismo, invisibilidad.
¿Qué ocurre con EE.UU. si resulta que Afganistán y los talibanes nada tuvieron que ver? Pudo haber sido Hussein, un columnista del Herald dice sospechar de Castro. ¿Qué resulta con la credibilidad y percepción de los Estados Unidos de América si bombardea un país inocente?
Cuestionar su solidez es tan importante para erosionar el soporte internacional que el mismo Bin Laden pudo haber creado una puerta que en apariencia lo libere y sepulte de paso a su archienemigo. No se pasme sí mañana una alineación incógnita se adjudica los crímenes. Esa sería la jugarreta maestra que despeñaría un ego internacional, un crédito y bajaría un perfil nacional en forma tan atronadora como la misma caída de las torres norte y sur.
Quizás solo este esperando más errores y desaciertos. Las bombas son inteligentes, los que las lanzan no. Probablemente el geniecillo del «hommo videns» en cuestión ansía veamos más imagenes de bodegas de la Cruz Roja destruídas por el Pentagono antes de descubrirse como un abanderado de David Koresh.
