Opinión Internacional

La Asamblea General de las Naciones Unidas y el concepto de abuso internacional

El concepto de “abuso” tal y como lo define la Real Academia de la Lengua Española en su acepción de abuso de autoridad es aquel que “comete un superior que se excede en el ejercicio de sus atribuciones con perjuicio de un inferior”. Este mismo concepto concebido en términos de derecho se define como “el ejercicio de un derecho en sentido contrario a su finalidad propia y con perjuicio ajeno”. Esta noción se aplica con frecuencia en las relaciones internacionales, siendo el mas conocido aquel relacionado con las relaciones comerciales que tradicionalmente es utilizado por las grandes potencias económicas.

Esta introducción sirve para ubicar el tema objeto de este artículo, pues por un año más la Organización de las Naciones Unidas se reúne para celebrar su 61º período ordinario de sesiones de la Asamblea General, y como de costumbre abordará los temas de su agenda, que coinciden en ser los mismos que interesan a la comunidad internacional. Si bien anualmente se celebra esta especie de ritual, para la gran mayoría de los ciudadanos comunes de los países miembros no pasa de ser un evento rutinario sin mayor significación.

En el caso de Venezuela esta Asamblea ha cobrado inusitada importancia por hacer de la elección de nuestro país a un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad, un asunto de la mayor prioridad para el gobierno nacional en su medición de fuerzas con la primera potencia mundial.

Mucho se ha dicho en torno al discurso del Presidente en este escenario, por ello no nos referiremos al mismo, lo que si haremos es resaltar la oportunidad que se perdió al no saber utilizar adecuadamente, ni siquiera para lograr sus propios objetivos, un foro como el segmento del Debate General de los Primeros Mandatarios del orbe, así como la utilización del concepto de abuso internacional.

La Asamblea permite a los altos representantes de los países miembros expresar sus percepciones y puntos de vista sobre los temas de la agenda, impulsar propuestas e iniciativas relacionadas con los mismos, resaltar logros de las gestiones gubernamentales, anunciar planes futuros para recibir el reconocimiento internacional o promocionar las virtudes de una candidatura a cualquiera de los órganos de la Organización. En el caso de haber sido imputado de alguna irregularidad o de existir dudas con respecto a ciertas posiciones, la Asamblea brinda la ocasión de defenderse o aclarar las situaciones.

Una de las reglas de oro en las relaciones internacionales es la de no personalizar los temas, ni llevar al plano multilateral los asuntos bilaterales. En este caso, dicha regla fue más que ignorada ya que no solo se mostró al mundo la animadversión personal de un Jefe de Estado por otro y el poco respeto que le amerita la majestad del cargo que igualmente ostenta gracias al voto popular ejercido democrática y soberanamente por los ciudadanos, sino que también se puso en una incómoda posición a la comunidad internacional al mostrarles la situación de deterioro en que pueden estar las relaciones bilaterales, dando ejemplo de la manera descortés y notoria con sometimiento al escarnio público, cómo se manejarán los nexos con cada país allí representado y con los cuales tenemos relaciones diplomáticas.

Puede decirse entonces que se abusó de la confianza de los Estados Miembros, que se vieron forzados a escuchar como se les ignoraba pues la preferencia estaba centrada en un solo país, y se abusó también de la propia Organización al ser utilizada para objetivos bilaterales y no globales al tiempo de ver desdeñada su propia agenda.

De igual forma se abusó y se mostró el poco respeto que merece el reglamento de la Asamblea y los propios Estados allí representados, al sobrepasar el límite de tiempo reglamentario acordado a cada participante de conformidad con las disposiciones de la Organización.

En cuanto a la Organización resalta que todos los Estados Miembros, por diferentes razones, confían en ella. Aunque puedan encontrarle defectos, sus críticas son constructivas destinadas a ayudarla a superar los problemas y las limitaciones, pues se parte del principio de que la entidad supranacional no es sino un reflejo de lo que sus miembros quieren que sea, así como que el mundo sería peor sin la existencia de una Organización como las Naciones Unidas.

Por lo tanto todos, sin excepción y a diferentes niveles como es natural, participan activamente en sus deliberaciones, aportan ideas, respetan su reglamento, los acuerdos alcanzados y acatan sus resoluciones, pero todos aún los más pequeños, muestran su disposición a utilizar una de las armas mas preciosas de las relaciones internacionales como es la negociación, ninguno, ni débiles ni poderosos, se plantea la imposición de las iniciativas ni de las ideas, todos apuestan a dialogar, a conciliar y sobre todo a negociar.

Renegar por el solo placer de hacerlo de un organismo internacional del que somos parte, descalificarlo y desacreditarlo, sin haber tomado iniciativas para adecuarlo a los nuevos tiempos y hacerlo mejor para cubrir los intereses de todos, es una prueba mas de lo que significa utilizar el concepto de abuso internacional.

Sin duda que en la ONU como en otras latitudes se cosecha lo que se siembra y para Venezuela este año la cosecha será magra, países grandes y pequeños, ricos y pobres, con diferentes sistemas políticos y sociales, aliados o no, convencidos como están de que Naciones Unidas trabaja para hacer del mundo un lugar mejor, sopesaran muy bien lo que significa ser abusados en el único recinto que históricamente permite absolutamente a todos sus Estados Miembros tener voz y voto con respeto, dignidad y en libertad.

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