Opinión Internacional

La gran guerra del Medio Oriente, definirá la relación Chávez-Irán

El halcón ultraderechista de origen ruso Avigdor Lieberman fue designado Viceprimer Ministro y Ministro de Asuntos Estratégicos, una cartera creada para encarar la guerra con Irán

(%=Image(8747054,»R»)%)De acuerdo a información suministrada por el diario israelí Haáretz, el Ejército de ese país comenzó la preparación para una guerra con Siria y con Hezbolláh, a la que se sumaría Irán. El plazo máximo para el inicio del gran conflicto está previsto para el mes de junio, aunque la alarma roja será colocada entre los meses de abril a agosto. Los altos mandos israelíes estiman que hacia esa fecha serán atacados por sus enemigos chiítas, y por lo tanto decidieron congelar los planes de reestructuración de sus filas y la reducción del servicio militar obligatorio.

Igualmente, después de la sorpresa recibida con Hezbolláh en el mes que duró la guerra del Líbano, donde el Ejército de Israel sufrió la pérdida de un número considerable de tanques y soldados, el Alto Mando decidió impulsar aceleradamente la construcción de los carros de combate Merkava-4, para remplazar a los Merkava 2 y 3, vulnerables a los proyectiles antitanque de Hezbolláh. Previendo una guerra de larga duración los israelíes están también desarrollando un sistema de intercepción de misiles tierra-tierra de mediano alcance, para evitar que se repita la lluvia de misiles ocurrida por el bombardeo de Hezbolláh durante la pasada guerra.

Otro eco de la gran crisis que aparejó la contienda para los israelíes, es la discusión de cómo pasar la Comandancia de la Retaguardia de manos militares a las civiles, dadas las quejas sobre la actuación de los uniformados en la protección y evacuación del casi millón de ciudadanos que quedó atrapado bajo el fuego de Hezbolláh.

La revelación de Haaretz fue confirmada por una declaración del Teniente Coronel Gay Hazoot, Jefe de la División 91 para Galilea, quien aseguró que el Ejército israelí había comenzado a prepararse para la posibilidad de una nueva guerra con el Líbano, si fracasa la Resolución 1.701 de la ONU, y para un eventual conflicto armado con Siria. Hazoot acotó que “ahora estamos tomando medidas para que Hezbolláh no vuelva a sentarse en la frontera. El muro de separación ahora tiene unos sensores especiales y, lo más importante, se está intensificando el entrenamiento, sobre todo de las fuerzas de reserva”. Por supuesto, cualquier confrontación con Siria incorporará de una vez a la guerra a Irán, que tiene un pacto de defensa mutua con los sirios.

Israel destinará aproximadamente 70 mil millones de dólares en 2007 en materia de defensa. El presupuesto de defensa, que será aprobado finalmente hacia fines de año, es 3 veces superior al de salud y el doble del correspondiente a educación (EFE, 30-10-2006).

LA EXTREMA DERECHA AL PODER

Para enfrentar la nueva etapa bélica el Primer Ministro Ehud Olmert incorporó a la coalición de gobierno al ultraderechista Avigdor Lieberman, fundador y jefe del partido Israel Beitenu (Israel es Nuestro Hogar). Israel Beitenu agrupa a los numerosos inmigrantes de Europa del Este, fundamente de origen ruso, que pasan del millón de personas y tiene 11 parlamentarios. Lieberman fue designado Vice Primer Ministro y Ministro de Asuntos Estratégicos, cargo creado para él. La misión principal del nuevo Ministerio es el “trazado de políticas estratégicas contra las armas de destrucción masiva de Irán”. Nacido en junio de 1958 en Moldova, ex Unión Soviética, Lieberman emigró a Israel en 1978, cuando tenía 21 años. Finalizó estudios en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Entre las posiciones radicales de Lieberman figura la exigencia de separación física de judíos y árabes, para que Israel “sea tan homogéneo como sea posible”. En una oportunidad dijo: “La fuente del conflicto aquí no son las tierras. No es la ocupación. No son los colonos. Es un choque entre dos pueblos y dos religiones. En cualquier parte del mundo donde hay dos pueblos y dos religiones, ya sea en la antigua Yugoslavia o en el Caucazo, o en Irlanda del Norte, hay conflicto”.

El plan de Lieberman es instalar por la fuerza a los árabes-israelíes en territorios palestinos, Lieberman plantea la expulsión inmediata de la minoría árabe-israelí. Llegó a proponer la ejecución de los diputados árabes al Parlamento israelí por “traición a la Patria”. Lieberman acusó a los congresistas árabes de haberse reunido con dirigentes de Hamás.

Hay grandes diferencias entre el pensamiento de Lieberman y el de Olmert. Mientras el actual Primer Ministro consulta sus decisiones con el Departamento de Estado, proclive a seguir negociando con Irán en el marco del Grupo 5+1, esperando que se despeje la tormenta iraquí, Lieberman ha expresado: “El gran tema ahora es la amenaza iraní. No quiero pensar que pasaría en uno o dos años si no nos ocupamos del tema ahora. Estados Unidos no podrá hacer nada contra Irán ya que Bush es débil. Así es que somos nosotros contra ellos” (Jerusalén Post, 24-10-2006).

La reacción entre los árabes-israelíes no se ha hecho esperar. El parlamentario Ahmed Tibi dijo que Lieberman era comparable con Jean-Marie Le Pen, cabeza de la derecha francesa y señalada como racista, o con Jorg Haider, jefe de la derecha austriaca y acusado de neonazi. Otro diputado, Taleb A-Sana, afirmó, al conocer el nombramiento de Lieberman, “hoy es un día negro para la democracia israelí y la marca de Caín para el gobierno de Olmert, que legitima el racismo y el fascismo”, mientras su colega Zehava Galón, se preguntó “¿por qué los miembros del partido Kadima (en el gobierno) y los laboristas le dan la mano a un neonazi?” (Notimex, 30-10-2006).

LA GRAN GUERRA DEL MEDIO ORIENTE Y VENEZUELA

Tanto Irán como Israel vienen preparándose hace tiempo para la Gran Guerra. Olmert ha señalado “No podemos darnos el lujo de permitir a Irán tener armas atómicas”, agregando la frase: “Teherán debe tener miedo por las consecuencias de sus planes nucleares”. De manera explícita, el Primer Ministro amenazó con palabras cargadas de malos presagios: “Los iraníes deben tener miedo de que algo podrá pasar que ellos no quieren que les pase”.

Para esa tarea fue nombrado Lieberman. Una clase política acusada de corrupta, con su Presidente Moshé Katzav enjuiciado por violación, dos Ministros -Hain Ramón y Tzaghi Hanegbi- en los tribunales, acusado, el primero, de haber besado forzadamente en la boca a una militar y el segundo por fraude en la designación de altos cargos (El País, 18-10-2006), y con el 15% de los miembros del Parlamento investigados por distintas razones (AFP, 19-10-2006), no estaba en condiciones de inspirar confianza a su población, todavía traumatizada por las fallas que cometieron sus Fuerzas Armadas y sus conductores políticos en el reciente conflicto del Líbano, en una realidad prebélica de gran magnitud.

En realidad, el discurso del Presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, acompañado de la sucesión de hechos vertiginosos que destacan el crecimiento del poder persa, le proporciona razones a los israelíes para esperar, más temprano que tarde, un grave desenlace al hasta ahora irreversible desencuentro entre chiítas e israelíes.

En declaraciones difundidas por AP (19-10-2006) Ahmadinejad insistió en que “el régimen israelí es ilegítimo y fraudulento” y “no sobrevivirá”. Anteriormente había afirmado que Israel sería “borrado del mapa” de Medio Oriente, además de negar el Holocausto.

Pero, mientras Ahmadinejad pronunciaba sus letales juicios sobre Israel, Irán realizaba maniobras de guerra naval y exhibía nuevos y modernos misiles, con alcance suficiente para llegar a Israel. Hezbolláh, a su vez, comenzaba a reclamar para sí la legitimidad del gobierno del Líbano. Siria, convencida de la seriedad de la advertencia israelí, planteaba retomar conversaciones con su enemigo.

Si la Gran Guerra estalla Israel solamente podrá hacer valer, además de su indiscutible supremacía aérea, el poder nuclear y, tal vez, algún arma inesperada, como lo sugiere la velada amenaza de Olmert. Es posible que si Israel decide lanzar la Gran Guerra Washington se vea arrastrado a adelantar sus tiempos con respecto a Irán. Pero, en cualquier caso –y sobre todo después del desastre sufrido por Estados Unidos en Irak- si se plantea un conflicto será de alta intensidad, más al estilo de la Guerra del Golfo que de la Guerra de Irak, y con el componente nuclear táctico incluido.

La alianza chiíta, que puede atraer a aliados como los palestinos, atacará en todos los frentes posibles, incluyendo el Ejército de mártires como vanguardia transfronteras, anunciando que la guerra es global.

En ese momento se conocerá hasta dónde llegan los acuerdos de la alianza estratégica entre Irán y Venezuela, con todas sus consecuencias.

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