Opinión Internacional

La revolución bolivariana es un modelo?

El “modelo venezolano”, como lo llama ahora la prensa internacional, tiene imitadores en Bolivia y Ecuador, y despierta el entusiasmo de gran numero de electores desde México hasta Perú. Hasta ha hecho despertar a Bush de su largo desinterés por nuestra región. Pero si quiere consolidar su liderazgo beneficiando con un cambio sólido y duradero a los pobres y marginados de América Latina (mas allá de algunos países exportadores de hidrocarburos), Chávez tendrá que echarle un buen chorro de agua a su brebaje marxista-leninista, que quizás sirva para emborrachar a Evo Morales pero probablemente no a Correa, y ciertamente no a Ortega, ese zorro viejo que ya se perdió una vez en ese bosque. Si la revolución bolivariana se continúa enzanjonando en su maniqueísmo y Chávez en su obsesión de poder y en su arbitrario personalismo, provocando fuga de capitales y de cerebros, desinversion y desempleo, su fracaso mas bien servirá de lección de cómo no se hacen las cosas.

El „modelo venezolano‰ hace patente su irresponsabilidad y su oportunismo cuando ignora las inmensas posibilidades de Venezuela a la hora de tratar de erradicar la pobreza. Es uno de los pocos países del mundo que puede simultáneamente lograr altas tasas de inversión, redistribuir buena parte del ingreso nacional a los pobres, y mantener niveles de consumo cercanos a los de un país desarrollado. Todo ello sin aumentar la presión fiscal por encima de la media latinoamericana de 22% del PNB. Es cierto que la miopía, el egoísmo y la incompetencia de los que hubiesen podido hacerlo en los 80 y 90 es lo que explica la llegada de Chávez al poder, pero no hay que tenerlas todas consigo para lanzarse hoy, con esas mismas ventajas, a una revolución marxista. Malo para el „modelo venezolano‰.

Después de los muy radicales discursos de principios de Enero la mayoría de los venezolanos, incluyendo a muchos chavistas, ha concluido que estamos en manos de un gobierno que ha perdido el contacto con la realidad. Es cierto que los decretos-ley derivados de la Habilitante dan la oportunidad de corregir el tiro, pero la Ley contra el Acaparamiento ya indica que hay una tozuda disposición de reducir, si no de eliminar, la función del mercado en la formación de los precios. Los „talibanes‰ seguramente aplaudirán cuando quiebren empresas, mientras mas mejor, y el estado claro que se encargara de crear la cooperativa que las sustituya, con dinero por delante. Eso se podrá hacer una, dos, quizás cincuenta y cien veces, pero después se le acaba el dinero a cualquiera, incluso a este gobierno. Malo también para el „modelo venezolano‰.

La contundente victoria electoral de Diciembre hubiese podido servirle a Chávez para repulir sus credenciales democráticas, especialmente después del pronto reconocimiento de Rosales. Se hubiese podido aprovechar esa importante ocasión para echar por la borda el entupido dogmatismo comunista cubano y las acusaciones de cesión de soberanía para instrumentar una solución creativa y mas venezolana, adaptada a nuestras muy particulares condiciones nacionales, dándole también así un contenido original al tan mentado socialismo del siglo XXI. Pero más pudo la obsesión de poder, que suele ser insaciable e impaciente, y el resentimiento, que siempre nubla la razón: reelección indefinida, partido único, y Ley Habilitante. La opinión publica internacional, que había sido favorable a Chávez en su gran mayoría, dio un vuelco de 180 grados y empezó a hablar de dictadura. Malo nuevamente para el “modelo venezolano”
Hoy las cosas no podrían presentársele mejores al gobierno. El control del estado es total, todos los oportunistas y un gran número de pobres veneran al Comandante, el dinero es mucho y seguirá entrando, las alianzas internacionales están bien lubricadas, y muchos candidatos presidenciales latinoamericanos apoyados política y de otras maneras por Venezuela ganan elecciones por márgenes más que respetables. El régimen vive un momento estelar, pero su vulnerabilidad también ha ido en vertiginoso aumento.

El proceso de ideologización ha sido un fracaso descomunal en este país de niños malcriados y mamadores de gallo. Cooptado por el poder, el sistema judicial es ineficaz para contener la corrupción, y los intentos de combatirla desde el poder han descubierto una olla de una fetidez tal que el propio poder la ha vuelto a tapar rápidamente. Chávez ha acabado con toda discusión abierta dentro de su propio movimiento político, tratando a sus seguidores como lacayos, reduciendo sus sueldos y prácticamente anunciándoles su cesantía con la nueva ordenación territorial. Así se quedaron desprovistos de gente valida Arístides y Bokassa, y también Hitler y Stalin. Eso si, muy bien rodeados de los profesionales de la conchupancia. No, esto no puede ser modelo de nada, pero si asusta a los Estados Unidos y los hace ser más generosos, habrá servido de algo. Pero el precio para Venezuela habrá sido muy alto.

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