Opinión Internacional

La tragedia de la debacle del desastre

La democracia norteamericana ha sufrido el mayor revés en toda su historia reciente, recuperarse puede tomarle varios años, está claro que en el futuro los propios estadounidenses se horrorizarán de sus gobernantes y verán este episodio como el de mayor mal, superando al macartismo y su cacería de brujas. Estados Unidos de América ha perdido el liderazgo, está sin rumbo, siguen sus líderes actuando con ira y declarando sin pensar mucho. Rumsfeld ha dicho que quiere el respeto de los derechos humanos para los prisioneros de guerra pero no para los terroristas.

De una súper potencia símbolo de las libertades, se ha convertido en el hoyo negro, de futuro incierto. La solidaridad mundial expresada tras el 11S, se transformó en todos contra Estados Unidos de América, auto aislado en la comunidad internacional. Tomará tiempo recomponer las piezas y armar nuevas relaciones basadas en la persuasión y la confianza, antes que en la amenaza.

No sabemos si podremos ver la selección completa de fotos de las torturas, pero lo que si sabemos es que las fotos de los ataúdes con soldados norteamericanos son prohibidas de ser publicadas y que el mismo presidente Bush, evita ir a los entierros para evitar se le fotografíen. Son los norteamericanos para todo efecto práctico, victimas de la desinformación.

Margaret Thatcher dijo que a los dictadores había que azotarlos, lo dijo en referencia a Leopoldo Fortunato Galtieri. Eso mismo parece haber ocurrido con la díscola Administración Bush. La guerra por la liberación fue un abucheo que terminó en la sangría interminable que los diarios reseñan. Los voceros oficiales del Ejército hablan de una retirada general, reconocen no sentirse bienvenidos. Las fotos han liquidado el último resquicio de la llamada superioridad moral. Una locura entre la soberbia y la ignorancia cultural.

Los republicanos siempre criticaron de la Administración Clinton la ausencia de operaciones terrestres en las acciones militares en las que participó Estados Unidos y lo hicieron ver como una debilidad de carácter. La guerra aérea con mínima exposición de tropas, en los Balcanes trataba de imponer con ventaja, de usufructuar de la superioridad militar y tecnológica. Hoy los republicanos pueden percibir los ecos de aquellos frutos que tal estrategia brindaba. El poderío militar es disuasivo, debe vencer con su sola y amenazante presencia. Al presentar batalla aparecen otros elementos como la voluntad, el espíritu, el ingenio, arrojo y la improvisación, el factor sorpresa entre otros.

No haberlo entendido en su momento nos lleva a descubrir que una cámara fotográfica es capaz de generar pánico en Washington y que un grupo de mal alimentados y harapientos iraquíes, de mínima educación son capaces de lograr victorias ante la mejor fuerza militar del mundo. Vietnam no será la peor derrota norteamericana. Otra más, si los iraquíes pueden, podrán seguro los coreanos, también las guerrillas colombianas. Se alimenta un espiral peligroso colmado de estados y escenarios díscolos. Caído el gallo, los pollos se desbandan.

La tragedia norteamericana de la debacle político militar de este desastroso episodio internacional reciente, es el espectro de debilidad que produce, es el fin de una Era, antes colmada por superpotencias. Si el 11S es el mayor ataque terrorista conocido, lo que vino después, fue el suicidio más grande de la historia.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba