Opinión Internacional

Los Merca Terroristas

En España ha surgido la polémica al descubrirse una supuesta extorsión por parte de ETA. Los más famosos cocineros vascos, Juan María Arzak y Pedro Subijana han declarado ante el juez Fernando Abreu por contribuciones de 36 mil euros al movimiento terrorista. Hace unos días en un artículo use el termino “merca terrorista” por lo que quisiera profundizar el tema. Ha sido difícil calificar y definir terrorismo, principalmente porque las acciones que persiguen desatar miedo no son exclusiva actuación de grupos paramilitares, sino que está enraizado en la sociedad en variopintas formas, algunas muy sutiles. La amenaza pública, provocar el miedo colectivo y el acto de bombardear públicamente con explosivos son separados por líneas sutiles. Son pocos los estados que no llevan adelante o han emprendido acciones de sabotaje a tercero países, así que identificar el terrorismo internacional es difícil precisamente porque los llamados a definirlo, temen quedar atrapados en sus propias palabras.

También existe un manejo politizado del asunto, que deja a la sociedad inmersa en estos fenómenos violentos. El 30 de abril del 2003, recién Colin Powell dio la orden ejecutiva 13224 divulgada por el Federal Register por la cual Batasuna, Euskal Herritarrok y Herri Batasuna fueron incluidas como grupo terrorista y con ello afecta a sanciones. Las razones de la permeabilidad estadounidense son ampliamente conocidas y son el pago del apoyo de Aznar. Practica nada original. No olvidemos que por arte de magia los multimedia norteamericanos censuraron de sus pantallas y primeras planas la barbarie rusa en la guerra de Chechenia, todo ello después del apoyo incondicional de Putin a Bush.

Así pues la sociedad global ante la amenaza de Armas de Destrucción Masiva, sigue con filosofías tan descabelladas como “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” No hemos unificado una política mundial aún. Ignorando que el poder letal de estas organizaciones criminales superan en mucho a los países, inmersos en una decadencia de poder total, pues este también es asumido por las multinacionales. Así el estado de derecho es endeble.

Cuando se inventó el concepto de “narcoterrorismo” identificando la alianza de los grupos terroristas con el narcotráfico, se evidenció como los grupos insurgentes en realidad perseguían fines económicos, son una sociedad colectiva con objetivos lucrativos ilegales. La protección del narcotráfico para desestabilizar políticamente una región y subvertir el futuro de las economías prósperas, afectando a sus juventudes principalmente quedó al descubierto con una palabra, la de narcoterrorismo. El continúo éxito y permanencia de la lucha colombiana tendrá un trasfondo político, pero éste se convierte en secundario. El negocio de los cupos, plagios y homicidios bajo contrata son la fuente de ingresos, el atractivo y la real vigencia del problema.

En el conflicto iraquí vemos con precisión este fenómeno cuando se tratan de ataques. La resistencia contra la ocupación de la nación propia debería ser ¿Terrorismo o patriotismo?

Toda sociedad tiene derecho a la paz y también ha emprender la defensa de sus intereses. Más cuando esos intereses son políticos, el uso de la fuerza ha sido siempre justificado y entendido a lo largo de la historia. Por ello, los grupos terroristas siempre han deseado ser visto como guerrillas. ETA bien podría ser un grupo independentista, más los fondos deberían ser entregas voluntarias de su propia comunidad, la que dice representar. Partimos del principio mencionado líneas arriba y que se ajusta al derecho del libre destino de una sociedad. Más cuando ese grupo surge arrojándose prerrogativas políticas y usa la extorsión, los cupos de guerras y el secuestro, se convierte simplemente en una pandilla criminal que persigue fines económicos bajo la mascarada política. Careta que no debe permitírsele usar.

El 11S hasta donde se sabe, no fue acompañado bajo la extorsión económica, el objetivo era totalmente político. Terrorismo puro. Si el caso de la escuela de Beslán asaltada el 1 setiembre, no obedecía más que a inflamar el Cáucaso, no teniendo objetivos financieros como la búsqueda de prendas económicas, podría tratarse también de terrorismo puro. El 11M gira en ese mismo universo de persecuciones políticas. En ese caso, el fin buscado era conocido por todos. El retiro de tropas españolas.

En la Posición Común 2004/309/PESC del Consejo, de 2 de abril de 2004 publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea, se da una lista de personas y organizaciones terroristas. Creo oportuno señalar, que debe avanzarse en separarse a los que usan la violencia indiscriminada e ilimitada para conseguir fines políticos de los que usan la violencia indiscriminada e ilimitada para obtener ganancias económicas. Esta claro, y se tendría que ser ingenuo en no entender que toda organización requiere fondos para operar, pero debe llamarnos la atención sobre como se recaudan. Por un lado, es legitimo que una sociedad financie sus grupos de defensa, más no debe ser aceptable el chantaje, extorsión, secuestro o el asesinato para mantener financiación. Precisamente se puede dialogar con organizaciones políticas ilegales que usan el terrorismo, pero solo se conseguirán excusas e imposibles con los que ya hayan montado un negocio criminal y por lo tanto con los segundos no queda más que la persecución hasta su extinción en rejas perpetúas.

En el viejo Iraq, vemos la convergencia de ambos fenómenos. Grupos que atacan legítimamente a un ejército considerados por la mayoría de la sociedad global, de invasión, en una clara guerra ilegal y también criminales avezados que buscan la anomia general y que han encontrado en el secuestro su principal fuente de financiación. Allí la política es una excusa. El objetivo de los secuestros en muchos casos es pedir rescate. La mascarada política sirve de perfecta excusa para reclutar adeptos idealistas y explotarlos, para beneficiarse de alguna amnistía política en pro de la pacificación de la zona, entre otras.

Bajo esta propuesta que hago, la pretendida e ingeniosa transmisión de Orson Wells, la adaptación en radio de “La Guerra de los Mundos” del 30 de octubre de 1938, sería merca terrorismo. Un comunicador en búsqueda de estilo y audiencia no puede generar histeria colectiva simplemente para mantener altos niveles de audiencia e ingresos.

Por lo demás, no vemos tanto terrorismo como merca terroristas. Esto, fenómenos que se ve en las Autodefensas Unidas de Colombia, FARC, Sendero Luminoso, MRTA, ETA y en decenas de grupos armados que operan en Iraq bajo la excusa de la Jihad. Merecen el titulo de merca terroristas, pues no persiguen realmente fines políticos, sino que este es una excusa para ganar un espacio más legítimo, aunque en realidad son un negocio y se manejan más por leyes de mercado y por el interés de la ganancia.

(*): Site del autor: www.josemusse.com

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