Opinión Internacional

Níger y las solidaridades automáticas

El gobierno venezolano acaba de manifestar su rechazo a los acontecimientos de Níger, señalando en un comunicado de la Cancillería que “la elección democrática de Mamadou Tandja en 1999 y su reelección en 2004 había puesto fin a tres décadas de dictaduras militares y golpes de Estado, por lo que este golpe militar, en momentos en los cuales se procuraban vías de conciliación entre el Gobierno Legítimo y la oposición sume al país y al Pueblo nigerino en un camino incierto de vuelta al pasado”. El comunicado respalda asimismo el llamado de las Naciones Unidas a la “reinstalación del orden constitucional y las autoridades legitimas en esa nación de África Occidental”, pero evade referirse a la condena que hizo su Secretario General al presidente Tandja en sus “intentos de permanecer en el poder mediante métodos no constitucionales”, al reprobar el golpe.

El comunicado evita muy convenientemente hacer referencia a la situación que condujo precisamente a este golpe militar y que nada tiene que ver con una hipotética procura de “vías de conciliación” entre el gobierno y la oposición. Con lo que sí tiene mucho que ver es con la disolución del Parlamento y la Corte Constitucional por parte del presidente “legítimo” de Níger, en su empecinamiento por perpetuarse en el poder.

Pero, situémonos un poco en el ambiente de Níger, un desértico, pobre y mediterráneo país al sur del Sahara, que pasó al menos 70 años bajo el dominio colonial francés, hasta su independencia en 1960, para comprender mejor los acontecimientos recientes. Con una de las tasas de analfabetismo más altas del mundo, sujeto normalmente a persistentes sequías y con pocos recursos naturales, excepto por el uranio, oro y petróleo descubiertos recientemente, lejos de desarrollar un sistema democrático y estable de gobierno, ha sido presa fácil de gran inestabilidad política. En 1999 sus habitantes aprobaron mayoritariamente una nueva Constitución, que preveía elecciones presidenciales con la participación de una amplia gama de partidos. Un año más tarde, Mamadou Tandja, un ex militar que participó en el golpe militar que derrocó al primer presidente electo del país en 1974, y sirvió luego como ministro del interior, fue electo como presidente tras dos infructuosos intentos en 1993 y 1996, logrando más tarde su reelección en 2004.

El año pasado, en una serie de acciones que traen a la memoria episodios vividos recientemente en nuestro continente y a medida que se aproximaba la expiración de su segundo y ultimo mandato, Tandja se empecinó en realizar una enmienda constitucional para deshacerse de los obstáculos legales que le impedían presentarse como candidato para un tercer período. La Corte Constitucional falló dos veces en contra de sus planes de convocar un referéndum a tal efecto, al considerarlo ilegal y señalar que tal convocatoria sólo podría realizarse previo el voto afirmativo de las tres cuartas partes del Parlamento, respaldo que no estaba en capacidad de obtener, por lo que simplemente optó por disolver el Parlamento y destituir a los miembros de la Corte Constitucional, en un claro golpe constitucional, asumiendo así todos los poderes del Estado. Aparte de los sectores de la oposición, algunos países, como los EEUU e incluso la anterior potencia colonial, Francia, alzaron su voz para condenar entonces los acontecimientos. El país ha estado desde octubre de 2009 sujeto a un creciente asilamiento de parte de la Unión Africana y de la Comunidad Económica de los Países del África Occidental (ECOWAS), conformada por sus vecinos más cercanos, las cuales aplicaron diversas sanciones a Níger.

A pesar de todo ello, el referéndum se llevó a cabo en agosto de 2009, en donde, como era de esperarse, obtuvo una aplastante victoria, en medio de los señalamientos de la oposición de que el referéndum no sólo era ilegal sino que además sus resultados habían sido manipulados. Sin embargo, el presidente Tandja justificó sus acciones con el argumento de que el pueblo de Níger (siempre el pueblo, por supuesto) deseaba su permanencia en el poder para supervisar los eventualmente multibillonarios negocios que se avizoran en petróleo, minería y obras de infraestructura, lo que seguramente habrá constituido el mejor aliciente para tratar de perpetuarse en el poder. La modificación constitucional así aprobada le otorgaba mayores poderes y extendía su mandato presidencial por tres años más.

La Unión Africana ha condenado el golpe y pedido “un rápido retorno al orden constitucional”. Por su parte, la Cancillería francesa señaló que su país condenaba “cualquier toma del poder por métodos no constitucionales”, mientras los EEU expresaron que el Sr. Tandja había propiciado su propio destino al “tratar de extender su mandato en el cargo”, aunque añadieron que no defendían la toma violenta del poder. El Secretario General de la ONU condenó igualmente el golpe, al reiterar su “desaprobación de los cambios no constitucionales de gobierno, al igual que los intentos de permanecer en el poder mediante métodos no constitucionales”. Aunque la Junta, autodenominada Consejo Supremo para la Restauración de la Democracia, ha anunciado que quiere convertir a Níger en un ejemplo de “democracia y buen gobierno”, el ejemplo de Guinea tras el golpe de estado de 2008 no es un buen augurio y habría que esperar el desarrollo de los acontecimientos para establecer con mayor certidumbre lo que pueda ocurrir.

Durante el fin de semana se han intensificado los esfuerzos diplomáticos de los organismos regionales y de algunos países vecinos para concertar una rápida salida democrática a la situación. Por segundo día se han registrado manifestaciones populares de apoyo a la Junta provisional de gobierno, la cual ha prometido la realización de una pronta elección presidencial como salida a la crisis, cuya oportunidad, sin embargo, no fue anunciada. Aunque la toma del poder por los militares ha sido amplia y formalmente condenada, la situación es vista también como una oportunidad para ponerle fin al atolladero político de los últimos meses.

Por el momento, el Sr. Tandja se encuentra al parecer a buen resguardo, detenido en una instalación militar en las afueras de la capital, seguramente reflexionando sobre su desventura y el hecho de que su legitimidad de origen como presidente electo no le haya servido de mucho a la hora de concretar sus planes de perpetuarse en el poder, cuando decidiera deslegitimar su mandato disolviendo los demás poderes y convocando a un referéndum ilegal para cambiar la Constitución a su gusto.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba