¿Por qué apoyar a Asad?

Difícil entender que gobierno alguno pueda favorecer la sanguinaria represión que sufre el pueblo de Siria. Los últimos reportes dan cuenta de bombardeos indiscriminados, como el de la ciudad de Hom, cuyas calles han quedado sembradas de cuerpos de mujeres y niños luego de ser atacada con artillería pesada. Son ya más de seis mil las víctimas en estas protestas contra el despotismo, que se suman a las miles acumuladas desde que la dinastía Asad se hizo dueña del país en 1970.

Padrinos de este genocidio son Rusia y China, suplidores de armas a Siria. Resueltamente han invocado la autodeterminación para vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU todo intento por detener el acto genocida y evitar que desemboque en guerra civil. Rusia ha ido más lejos enviando a su canciller a Damasco a reiterar su apoyo a la masacre, con el peregrino guión -como en los tiempos de la guerra fría- de que todo es obra de la CIA.  Estos mismos argumentos han sido utilizados por el régimen venezolano, que incluso emprendió una campaña en Latinoamérica de respaldo a la tiranía de Asad.  

Especulando sobre otros factores en la coincidencia de los gobiernos de Rusia, China y Venezuela en apoyar este genocidio. ¿Será que también anticipan la agudización de protestas en su propio suelo? ¿Las que en este invierno le han quebrado el piso de hielo a los abusos y crímenes de Putin; las que sigilosamente reprime a diario la dictadura china desde comienzos del año pasado y en Venezuela, las que habrían de producirse si se cumplen las amenazas gorilas de impedir por la fuerza un triunfo de la unidad democrática?  Si así fuese, se entiende que pongan  sus barbas en remojo: les conviene el precedente de mantener a la ONU lejos de sus asuntos…